*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
25 de
enero
*LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO*. (FIESTA)
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y
mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Aclamemos al Señor, en esta fiesta de la
conversión del Maestro de los gentiles.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: CON PRESUNCIÓN DE BÉLICO SOLDADO.
Con presunción de bélico soldado,
galán sale feroz, Pablo, atrevido,
que, si ahora en la cuenta no ha caído,
caerá muy presto del primer estado.
¿Adónde, Pablo, de soberbia armado,
para quedar con una voz vencido?
Seguid las letras, ¿dónde vais perdido?,
que habéis de ser doctor del mayor grado.
Aunque valor vuestra persona encierra,
no es bien que nadie contra Dios presuma:
que dará con los ojos por la tierra.
La Iglesia espera vuestra docta suma:
mirad que no sois vos para la guerra,
dejad las armas y tomad la pluma. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sé en quien he puesto mi fe, y estoy
seguro de que es poderoso para guardar hasta el último día lo que yo le he
confiado.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sé
en quien he puesto mi fe, y estoy seguro de que es poderoso para guardar hasta
el último día lo que yo le he confiado.
Ant 2. Pablo,
te basta mi gracia, que en la debilidad se muestra perfecto mi poder.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR -
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Pablo,
te basta mi gracia, que en la debilidad se muestra perfecto mi poder.
Ant 3. La
gracia de Dios no quedó infecunda en mí, sino que su gracia permanece siempre
en mí.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. La
gracia de Dios no quedó infecunda en mí, sino que su gracia permanece siempre
en mí.
LECTURA BREVE Hch 26, 16b-18
Me he dejado ver de ti para hacerte siervo mío y testigo de la visión en que me
has visto y de otras que te manifestaré. Yo te sacaré de todos los peligros que
te vengan de tu nación y de los gentiles. A éstos te envío ahora para que les
abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, del poder de Satanás
a Dios; para que por la fe en mí reciban el perdón de los pecados y su parte en
la herencia de los justos.
RESPONSORIO BREVE
V. Tú eres un instrumento escogido, apóstol
san Pablo.
R. Tú
eres un instrumento escogido, apóstol san Pablo.
V. Predicador
de la verdad en todo el mundo.
R. Apóstol
san Pablo.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tú
eres un instrumento escogido, apóstol san Pablo.
PRIMERA
LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los
Gálatas 1, 11.24
DIOS ME REVELÓ A SU HIJO PARA QUE LO ANUNCIARA
Os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es cosa humana; y
no lo recibí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
Habéis oído hablar de cómo me portaba yo en otro tiempo en el judaísmo: cómo
perseguía encarnizadamente a la Iglesia de Dios y la devastaba; cómo, en el
celo por el judaísmo, iba más allá que muchos compatriotas de mi edad y me
mostraba celoso partidario de las tradiciones paternas.
Pero, cuando aquel que me eligió desde el seno de mi madre me llamó por su
gracia y tuvo a bien revelarme a su Hijo para que lo anunciara a los gentiles,
en seguida, sin pedir consejo a hombre alguno y sin subir a Jerusalén para
hablar con los que eran apóstoles antes que yo, partí hacia Arabia, de donde
luego volví a Damasco. Tres años más tarde, subí a Jerusalén a visitar a Cefas,
y estuve con él quince días. No vi a ninguno otro de los apóstoles, fuera de
Santiago, el hermano del Señor. Por el Dios que me está viendo, que no miento
en lo que os escribo.
Después vine a las regiones de Siria y de Cilicia, pero las Iglesias de Judea,
que están en Cristo, no me conocían personalmente. Sólo oían decir: «El que
antaño nos perseguía ahora va anunciando la Buena Nueva de la fe, que en otro
tiempo quería destruir.» Y glorificaban a Dios, reconociendo su obra en mí.
RESPONSORIO Ga 1, 11-12; 2Co 11, 10. cf. 7
R. El
Evangelio anunciado por mí no es cosa humana; * y no lo recibí de hombre
alguno, sino por revelación de Jesucristo.
V. Por
la verdad de Cristo que en mí reside: yo os he anunciado el Evangelio de Dios.
R. Y
no lo recibí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de san Juan Crisóstomo,
obispo
(Homilía 2 sobre las alabanzas de san Pablo: PG 50. 477·480)
PABLO LO SUFRIÓ TODO POR AMOR A CRISTO
Qué es el hombre, cuán grande su nobleza y cuánta su capacidad de virtud lo
podemos colegir sobre todo de la persona de Pablo. Cada día se levantaba con
una mayor elevación y fervor de espíritu y, frente a los peligros que lo
acechaban, era cada vez mayor su empuje, como lo atestiguan sus propias
palabras: Olvidando lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que veo por
delante; y, al presentir la inminencia de su muerte, invitaba a los demás a
compartir su gozo, diciendo: Alegraos y congratulaos conmigo; y, al pensar en
sus peligros y oprobios, se alegra también y dice, escribiendo a los corintios:
Vivo contento en medio de mis debilidades de los insultos y de las
persecuciones; incluso llama a estas cosas armas de justicia, significando con ello
que le sirven de gran provecho.
Y así, en medio de las asechanzas de sus enemigos, habla en tono triunfal de
las victorias alcanzadas sobre los ataques de sus perseguidores y, habiendo
sufrido en todas partes azotes, injurias y maldiciones, como quien vuelve
victorioso de la batalla, colmado de trofeos, da gracias a Dios, diciendo:
Gracias sean dadas a Dios, que en todo tiempo nos lleva en el cortejo triunfal
de Cristo. Imbuido de estos sentimientos, se lanzaba a las contradicciones e
injurias, que le acarreaba su predicación, con un ardor superior al que
nosotros empleamos en la consecución de los honores, deseando la muerte más que
nosotros deseamos la vida, la pobreza más que nosotros la riqueza, y el trabajo
mucho más que otros apetecen el descanso que lo sigue. La única cosa que él
temía era ofender a Dios; lo demás le tenia sin cuidado. Por esto mismo, lo
único que deseaba era agradar siempre a Dios.
Y, lo que era para él lo más importante de todo, gozaba del amor de Cristo; con
esto se consideraba el más dichoso de todos, sin esto le era indiferente
asociarse a los poderosos y a los príncipes; prefería ser, con este amor, el
último de todos, incluso del número de los condenados, que formar parte sin él,
de los más encumbrados y honorables.
Para él, el tormento más grande y extraordinario era el verse privado de este
amor: para él, su privación significaba el infierno, el único sufrimiento, el
suplicio infinito e intolerable.
Gozar del amor de Cristo representaba para él la vida, el mundo, la compañía de
los ángeles, los bienes presentes y futuros, el reino, las promesas, el
conjunto de todo bien; sin este amor, nada catalogaba como triste o alegre. Las
cosas de este mundo no las consideraba, en sí mismas, ni duras ni suaves.
Las realidades presentes las despreciaba como hierba ya podrida. A los mismos
gobernantes y al pueblo enfurecido contra él les daba el mismo valor que a un
insignificante mosquito.
Consideraba como un juego de niños la muerte y la más variada clase de
tormentos y suplicios, con tal de poder sufrir algo por Cristo.
RESPONSORIO 1Tm 1, 13-14; 1Co 15, 9
R. Fui
acogido por Dios con toda misericordia, porque obré por ignorancia en el tiempo
de mi incredulidad. * Y en verdad que sobreabundó en mí la gracia de nuestro
Señor, juntamente con la fe y la caridad de Cristo Jesús.
V. Soy
indigno del nombre de apóstol, pues perseguí a la Iglesia de Dios.
R. Y
en verdad que sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor, juntamente con la
fe y la caridad de Cristo Jesús.
Lecturas
del Conversión de San Pablo
Lunes, 25
de enero de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (16,15-18):
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «ld al mundo entero y
proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará;
el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán
estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán
serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño.
Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Celebremos la conversión del apóstol san
Pablo, que de perseguidor pasó a ser un instrumento escogido.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Celebremos
la conversión del apóstol san Pablo, que de perseguidor pasó a ser un
instrumento escogido.
PRECES
Demos gracias a nuestro Padre que está
en los cielos, porque por medio de los apóstoles nos ha dado parte en la
herencia de los elegidos, y aclamémosle diciendo:
El coro de los apóstoles te alaba, Señor.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de
tu cuerpo y de tu sangre:
en ella encontramos nuestra fuerza y nuestra vida.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has preparado la mesa
de tu palabra:
por ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has fundado tu Iglesia:
por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado el bautismo
y la penitencia:
por ellos nos purificas de todas nuestras culpas.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los apóstoles:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que has iluminado al mundo
entero con la palabra del apóstol san Pablo, haz que quienes recordamos hoy su
conversión, imitando sus ejemplos, anunciemos el Evangelio al mundo y seamos
así testigos de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Fiesta de la Conversión de San Pablo
25 de Enero
La
Sagrada Biblia, en el capítulo 9 de los Hechos de los Apóstoles, narra así La
Conversión de San Pablo:
"Saulo,
respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al
Sumo Sacerdote y le pidió cartas de recomendación para las sinagogas de los
judíos de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores de Cristo, los
pudiera llevar presos y encadenados a Jerusalén.
Y
sucedió que yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le
rodeó una luz venida del cielo; cayó en tierra y oyó una voz que le decía:
"Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?". El respondió: ¿Quién eres tú
Señor? Y oyó que le decían: "Yo soy Jesús a quien tú persigues. Pero ahora
levántate; entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tendrás que
hacer".
Los
hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto, pero no veían a
nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía
nada. Lo llevaron de la mano y lo hicieron entrar en Damasco. Pasó tres días
sin comer y sin beber.
Había
en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión:
¡Ananías! El respondió: "Aquí estoy Señor" y el Señor le dijo:
"Levántate. Vete a la calle Recta y pregunta en la casa de Judas por uno
de Tarso que se llama Saulo; mira: él está en oración y está viendo que un
hombre llamado Ananías entra y le coloca las manos sobre la cabeza y le
devuelve la vista.
Respondió
Ananías y dijo: "Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los
males que ha causado a tus seguidores en Jerusalén, y que ha venido aquí con
poderes de los Sumos Sacerdotes para llevar presos a todos los que creen en tu
nombre".
El
Señor le respondió: "Vete, pues a éste lo he elegido como un instrumento
para que lleve mi nombre ante los que no conocen la verdadera religión y ante
los gobernantes y ante los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo que tendrá
que padecer por mi nombre".
Fue
Ananías. Entró en la casa. Le colocó sus manos sobre la cabeza y le dijo:
"Hermano Saulo: me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció
en el camino por donde venías. Y me ha enviado para que recobres la vista y
seas lleno del Espíritu Santo". Al instante se le cayeron de los ojos unas
como escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Tomó alimento y
recobró las fuerzas.
Estuvo
algunos días con los discípulos de Damasco y enseguida se puso a predicar en
favor de Jesús, en las sinagogas o casas de oración, y decía que Jesús es el
Hijo de Dios. Todos los que lo escuchaban quedaban admirados y decían: ¿No es
éste el que en Jerusalén perseguía tan violentamente a los que invocaban el
nombre de Jesús? Y ¿No lo habían enviado los Sumos Sacerdotes con cartas de
recomendación para que se llevara presos y encadenados a los que siguen esa
religión? "Pero Saulo seguía predicando y demostraba a muchos que Jesús es
el Mesías, el salvador del mundo".
Saulo
se cambió el nombre por el de Pablo. Y en la carta a los Gálatas dice:
"Cuando Aquél que me llamó por su gracia me envió a que lo anunciara entre
los que no conocían la verdadera religión, me fui a Arabia, luego volví a
Damasco y después de tres años subí a Jerusalén para conocer a Pedro y a
Santiago". Las Iglesias de Judea no me conocían pero decían: "El que
antes nos perseguía, ahora anuncia la buena noticia de la fe, que antes quería
destruir". Y glorificaban a Dios a causa de mí.
Apóstol
San Pablo: que tu conversión sea como un ideal para todos y cada uno de
nosotros. Que también en el camino de nuestra vida nos llame Cristo y nosotros
le hagamos caso y dejemos nuestra antigua vida de pecado y empecemos una vida dedicada
a la santidad, a las buenas obras y al apostolado.
Si lo
que busco es agradar a la gente, no seré siervo de Cristo.
25 de
enero
LA CONVERSIÓN DE SAN
PABLO. (FIESTA)
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: SANTA UNIDAD Y TRINIDAD BEATA.
Santa unidad y Trinidad beata:
con los destellos de tu brillo eterno,
infunde amor en nuestros corazones,
mientras se va alejando el sol de fuego.
Por la mañana te cantamos loas
y por la tarde te elevamos ruegos,
pidiéndote que estemos algún día
entre los que te alaban en el cielo.
Glorificado sean por los siglos
de los siglos el Padre y su Unigénito,
y que glorificado con entrambos
sea por tiempo igual el Paracleto. Amén
SALMODIA
Ant 1. Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate
a mi derecha.» Aleluya.
Salmo 109 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oráculo
del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha.» Aleluya.
Ant 2. El
Señor piadoso ha hecho maravillas memorables. Aleluya.
Salmo 110 - GRANDES SON LAS OBRAS DEL
SEÑOR
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su poder,
dándoles la heredad de los gentiles.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El
Señor piadoso ha hecho maravillas memorables. Aleluya.
Ant 3. Reina
el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
Cántico: LAS BODAS DEL CORDERO - Cf. Ap
19,1-2, 5-7
El cántico siguiente se dice con todos
los Aleluya intercalados
cuando el oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente
decir el Aleluya sólo
al principio y al final de cada estrofa.
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios
(R. Aleluya)
porque sus juicios son verdaderos y justos.R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Alabad al Señor sus siervos todos.
(R. Aleluya)
Los que le teméis, pequeños y grandes.R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
(R. Aleluya)
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Llegó la boda del cordero.
(R. Aleluya)
Su esposa se ha embellecido.R. Aleluya, (aleluya).
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Reina
el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 3-5
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran
misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha
hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible,
pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios os
custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento
final.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendito eres, Señor, en la bóveda del
cielo.R. Bendito
eres, Señor, en la bóveda del cielo.
V. Digno
de gloria y alabanza por los siglos.R. En la bóveda del cielo.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Iba Jesús proclamando la Buena Noticia
del reino y sanaba todas las enfermedades de la gente.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL
SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Iba
Jesús proclamando la Buena Noticia del reino y sanaba todas las enfermedades de
la gente.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro Padre, que
maravillosamente creó el mundo, lo redimió de forma más admirable aún y no cesa
de conservarlo con amor, y digámosle:
Renueva, Señor, las maravillas de tu amor.
Señor, tú que en el universo, obra de tus manos, nos revelas tu poder,
haz que sepamos ver tu providencia en los acontecimientos del mundo.
Tú que por la victoria de tu Hijo en la cruz anunciaste la paz al mundo,
líbranos de todo desaliento y de todo temor.
A todos los que aman la justicia y trabajan por conseguirla,
concédeles que cooperen con sinceridad y concordia en la edificación de un
mundo mejor.
Ayuda a los oprimidos, consuela a los afligidos, libra a los cautivos, da pan a
los hambrientos
y fortalece a los débiles, para que en todos se manifieste el triunfo de la
cruz.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Tú que al tercer día resucitaste a tu Hijo gloriosamente del sepulcro,
haz que nuestros hermanos difuntos lleguen también a la plenitud de la vida.
Concluyamos nuestra súplica con la oración que el mismo Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, dirige
nuestras acciones según tu voluntad, para que, invocando el nombre de tu Hijo,
abundemos en buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.