Musica Para el Alma

lunes, 16 de noviembre de 2020

LAS LECTURAS DEL MARTES 17 DE NOVIEMBRE 2020


 

Lecturas de la 33º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Martes, 17 de noviembre de 2020

Primera lectura

Lectura del libro del Apocalipsis (3,1-6.14-22):

Yo, Juan, escuché al Señor que me decía:
«Escribe al ángel de la Iglesia en Sardes:
“Esto dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas. Conozco tus obras, tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. Sé vigilante y reanima lo que te queda y que estaba a punto de morir, pues no he encontrado tus obras perfectas delante de mi Dios. Acuérdate de cómo has recibido y escuchado mi palabra, y guárdala y conviértete. Si no vigilas, vendré como ladrón y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Pero tienes en Sardes unas cuantas personas que no han manchado sus vestiduras, y pasearán conmigo en blancas vestiduras, porque son dignos.
El vencedor será vestido de blancas vestiduras, no borraré su nombre del libro de la vida y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.
Escribe al ángel de la Iglesia en Laodicea:
“Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios. Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero porque eres tibio, ni frío ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi boca. Porque dices: ‘Yo soy rico, me he enriquecido, y no tengo necesidad de nada’; y no sabes que tú eres desgraciado, digno de lástima, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas; y vestiduras blancas para que te vistas y no aparezca la vergüenza de tu desnudez; y colirio para untarte los ojos a fin de que veas. Yo, a cuantos amo, reprendo y corrijo; ten, pues, celo y conviértete. Mira, estoy de pie a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.
Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.
El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias».

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 14,2-3ab.3cd-4ab.5

R/.
 Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono.

V/. El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R/.


R/. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono


V/. El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino.
El que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R/.


R/. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono


V/. El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R/.

 

R/. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono

 

Martes, 17 de noviembre de 2020

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,1-10):

   1 Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad.

   2 Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico.

   3 Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura.

   4 Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí.

   5 Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa.»

   6 Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.

   7 Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.»

   8 Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo.»

   9 Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham,

   10 pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.»


Palabra del Señor

 

« Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí».  

 

*Subirme a un sicómoro, es signo de entrar en la realidad de reconocer mis errores, defecto y saber que necesito que el Señor me encuentre, pero tengo que ponerme donde él me pueda ver. Para cuando el Señor cruce y levante sus ojos, lleno de amor, cargado de misericordia, me hable y me diga; que baje pronto (Que desea ir a mi casa), que me dé prisa en bajar, que hoy él quiere entrar en mi corazón. El Señor quiere sanarme y sanar mi corazón, para que yo pueda dar respuesta a esta palabra. El Señor me invita al desprendimiento, a entrar en la pobreza y la indigencia de mi alma. Para tenerlo a él como el centro de mi vida. El Señor viene en ayuda de mi pobre corazón, lastimado muchas veces por el odio, por la ambición, por la terquedad, y sobre todo mi falta de sinceridad en todo. El Señor me invita a desear a tener un auténtico deseo de que él entre en mi vida*.  

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.