Musica Para el Alma

viernes, 4 de septiembre de 2020

LAS LECTURAS DEL SABADO 5 DE SEPTIEMBRE 2020

Sábado, 5 de septiembre de 2020

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (4,6b-15):

Aprended de Apolo y de mí a jugar limpio y no os engriáis el uno contra el otro. A ver, ¿quién te hace tan importante? ¿Tienes algo que no hayas recibido? Y, si lo has recibido, ¿a qué tanto orgullo, como si nadie te lo hubiera dado? Ya tenéis todo lo que ansiabais, ya sois ricos, habéis conseguido un reino sin nosotros. ¿Qué más quisiera yo? Así reinaríamos juntos. Por lo que veo, a nosotros, los apóstoles, Dios nos coloca los últimos; parecemos condenados a muerte, dados en espectáculo público para ángeles y hombres. Nosotros, unos locos por Cristo, vosotros, ¡qué cristianos tan sensatos! Nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros célebres, nosotros despreciados; hasta ahora hemos pasado hambre y sed y falta de ropa; recibimos bofetadas, no tenemos domicilio, nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; nos insultan, y les deseamos bendiciones; nos persiguen, y aguantamos; nos calumnian, y respondemos con buenos modos; nos tratan como a la basura del mundo, el deshecho de la humanidad, y así hasta el día de hoy. No os escribo esto para avergonzaros, sino para haceros recapacitar, porque os quiero como a hijos; ahora que sois cristianos tendréis mil tutores, pero padres no tenéis muchos; por medio del Evangelio soy yo quien os ha engendrado para Cristo Jesús.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 144,17-18.19-20.21

R/.
 Cerca está el Señor de los que lo invocan

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.


R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan


Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados. R/.


R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan


Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás. R/.

 

R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan

 

Sábado, 5 de septiembre de 2020

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,1-5):

   1 Sucedió que cruzaba en sábado por unos sembrados; sus discípulos arrancaban y comían espigas desgranándolas con las manos.

   2 Algunos de los fariseos dijeron: «¿Por qué hacéis lo que no es lícito en sábado?»

   3 Y Jesús les respondió: «¿Ni siquiera habéis leído lo que hizo David, cuando sintió hambre él y los que le acompañaban,

   4 cómo entró en la Casa de Dios, y tomando los panes de la presencia, que no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, comió él y dio a los que le acompañaban?»

   5 Y les dijo: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»


Palabra del Señor

 

El Hijo del hombre es señor también del sábado

 

*Hoy me han pasado unos pensamientos, como ilógicos, y a la vez alegres, por ej. Cambiar la palabra “Liberación” por “Sábado” La “Liberación” se hizo para mí pero no para que viva como un libertino; así que el Hijo del Hombre es Señor, que me da la liberación. La santificación se hizo para mí y no para hacer lo que me parece; así que el Hijo del Hombre es Señor que me da la Santificación. La santidad se hizo para mí y ¿Por qué soy agresivo, egoísta e insolente? Así que el Hijo del Hombre el Señor, quiere llevarme a la santidad. El amor se hizo para mí y ¿Por qué me cuesta tanto amar a otras personas? En ocasiones me quedo peleando sólo en mí adentro diciéndome a mí mismo: tenía que decirle esto, o aquello o deseándoles algunas cosas no muy buenas. El Señor me revela algo muy importante que el los ama como me ama a mí. La ley me hace aplastar al otro, y el Señor, por su ley: me libera, me santifica y me da todo su amor. El Señor me invita a llevar su ley y preceptos en mi corazón grabado, como un tatuaje*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.