Musica Para el Alma

martes, 8 de septiembre de 2020

LAS LECTURAS DEL MIÉRCOLES 9 DE SEPTIEMBRE 2020

Miércoles, 9 de septiembre de 2020

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (7,25-31):

Respecto al celibato no tengo órdenes del Señor, sino que doy mí parecer como hombre de fiar que soy, por la misericordia del Señor. Estimo que es un bien, por la necesidad actual: quiero decir que es un bien vivir así. ¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿Estás libre? No busques mujer; aunque, si te casas, no haces mal; y, si una soltera se casa, tampoco hace mal. Pero estos tales sufrirán la tribulación de la carne. Yo respeto vuestras razones. Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 44,11-12.14-15.16-17

R/.
 Escucha, hija, mira: inclina el oído

Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu Señor. R/.


R/. Escucha, hija, mira: inclina el oído


Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras. R/.


R/. Escucha, hija, mira: inclina el oído


Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.» R/.

 

R/. Escucha, hija, mira: inclina el oído

 

Miércoles, 9 de septiembre de 2020

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,20-26):

   20 Y él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios.

   21 Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis.

   22 Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre.

   23 Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas.

   24 «Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo.

   25 ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto.

   26 ¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas.


Palabra del Señor

 

(Bienaventurados seréis cuando os odien, os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre). 

 

*Dichosos cuando me odien los hombres, y cuando me excluyan, y me insulten, y proscriban mi nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Las Bienaventuranzas quieren decir: Afortunados, felices los que tienen gravado en subida el código de amor gravado dentro del corazón como un tatuaje. Lo primero que quiere hacer esta palabra es entrar dentro de mí y sacar mis mentiras y mis miedos. Que me alegre ese día y salte de gozo el Señor sabe que para mí es duro, porque muchas cosas las hago para ser visto, para que me aplaudan. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! El Señor me invita a ser como la brisa suave y refrescante, que pasa dentro de las persona, les hace sentir bien a todas las personas, las acaricias con su suavidad, se deja sentir, pero nadie la ve ni la puede tocar. Y eso a mí me cuesta mucho: Señor ayúdame a no dudar nunca de ti, a no dudar nunca de tu amor*.  

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.