Miércoles, 9 de septiembre de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Lucas (6,20-26):
20 Y él, alzando los ojos hacia sus
discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de
Dios.
21 Bienaventurados los que tenéis hambre
ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque
reiréis.
22 Bienaventurados seréis cuando los hombres
os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo,
por causa del Hijo del hombre.
23 Alegraos ese día y saltad de gozo, que
vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus
padres a los profetas.
24 «Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque
habéis recibido vuestro consuelo.
25 ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis
hartos!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis
aflicción y llanto.
26 ¡Ay cuando todos los hombres hablen bien
de vosotros!, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas.
Palabra del Señor
(Bienaventurados seréis cuando os odien, os
expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo
del hombre).
*Dichosos cuando
me odien los hombres, y cuando me excluyan, y me insulten, y proscriban mi
nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Las Bienaventuranzas quieren
decir: Afortunados, felices los que tienen gravado en subida el código de amor
gravado dentro del corazón como un tatuaje. Lo primero que quiere hacer esta
palabra es entrar dentro de mí y sacar mis mentiras y mis miedos. Que me alegre
ese día y salte de gozo el Señor sabe que para mí es duro, porque muchas cosas
las hago para ser visto, para que me aplaudan. ¡Ay si todo el mundo habla bien
de vosotros! El Señor me invita a ser como la brisa suave y refrescante, que
pasa dentro de las persona, les hace sentir bien a todas las personas, las
acaricias con su suavidad, se deja sentir, pero nadie la ve ni la puede tocar.
Y eso a mí me cuesta mucho: Señor ayúdame a no dudar nunca de ti, a no dudar
nunca de tu amor*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.