Viernes, 28 de agosto de 2020
Primera lectura
Lectura de
la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,17-25):
No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría
de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo. El mensaje de la cruz es
necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en
vías de salvación, para nosotros, es fuerza de Dios. Dice la Escritura:
«Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces.»
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el sofista de
nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo? Y
como, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la
sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a
los creyentes. Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría;
pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos,
necedad para los gentiles; pero para los llamados a Cristo, judíos o griegos,
un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es
más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 32
R/. La misericordia del Señor llena la tierra
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.
R/. La misericordia del Señor llena la tierra
Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.
R/. La misericordia del Señor llena la tierra
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos,
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.
R/. La
misericordia del Señor llena la tierra
Viernes, 28
de agosto de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Mateo (25,1-13):
1 «Entonces el Reino de los Cielos
será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al
encuentro del novio.
2 Cinco de ellas eran necias, y cinco
prudentes.
3 Las necias, en efecto, al tomar sus
lámparas, no se proveyeron de aceite;
4 las prudentes, en cambio, junto con sus
lámparas tomaron aceite en las alcuzas.
5 Como el novio tardara, se adormilaron
todas y se durmieron.
6 Mas a media noche se oyó un grito:
"¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!"
7 Entonces todas aquellas vírgenes se
levantaron y arreglaron sus lámparas.
8 Y las necias dijeron a las prudentes:
"Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan."
9 Pero las prudentes replicaron: "No,
no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde
los vendedores y os lo compréis."
10 Mientras iban a comprarlo, llegó el
novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se
cerró la puerta.
11 Más tarde llegaron las otras vírgenes
diciendo: "¡Señor, señor, ábrenos!"
12 Pero él respondió: "En verdad os
digo que no os conozco."
13 Velad, pues, porque no sabéis ni el día
ni la hora.
Palabra del Señor
(«"¡Que
llega el esposo, salid a recibirlo!"»)
*Algo
en común a todas les entro sueño a todas. El sueño es normal, cuando estoy
tranquilo en un lugar esperando algo que no sé a qué hora durante la noche
puede llegar, más lo seguro es que vendrá. Sé que tengo algunas cosas necias en
mi vida que no despiertan muy fácil del sueño: El juicio, El chisme, La murmuración,
El miedo, La hipocresía. Son cinco cosas necias que tengo que si llega el Señor
de improviso no podré salir a recibirlo. Mas también tengo algunas cosas que me
ha regalado el Señor para que me ayude como: El deseo de ser cristiano, la
esperanza de un día ser cristiano, la intención de ser cristiano, la fe que si el
Señor lo permite seré cristiano, el impulso de ir a la luz de la palabra. La
buena noticia para mi es que el Señor quiere enseñar mi pobre oído a escuchar
el sonido dulcísimo de su palabra, que en medio del sueño, en medio de la noche
de mis tinieblas, este una pequeña luz encendida dentro de mí, y que en medio
de mi sueño, tenga el deseo de despertar a una vida nueva en ti*
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.