Musica Para el Alma

martes, 4 de agosto de 2020

LAS LECTURAS DEL MIÉRCOLES 5 DE AGOSTO 2020


Lecturas de la 18º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Miércoles, 5 de agosto de 2020

Primera lectura

Lectura del libro del profeta Jeremías (31,1-7):

En aquel tiempo –oráculo del Señor–, seré el Dios de todas las tribus de Israel, y ellas serán mi pueblo. Así dice el Señor: Halló gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada; camina Israel a su descanso, el Señor se le apareció de lejos. Con amor eterno te amé, por eso prolongue mi misericordia. Todavía te construiré y serás reconstruida, Doncella de Israel; todavía te adornarás y saldrás con panderos a bailar en corros; todavía plantarás viñas en los montes de Samaría, y los que plantan cosecharán. «Es de día» gritarán los centinelas en la montaña de Efraín: «Levantaos y marchemos a Sión, al Señor nuestro Dios.» Porque así dice el Señor: «Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el amor de los pueblos; proclamad, alabad y decid: "El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel."»

Palabra de Dios

 

Salmo

Jr 31,10-13

R/.
 El Señor nos guardará como pastor a su rebaño

Escuchen, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como pastor a su rebaño.» R/.


R/. El Señor nos guardará como pastor a su rebaño


Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/.


R/. El Señor nos guardará como pastor a su rebaño


Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/.

 

R/. El Señor nos guardará como pastor a su rebaño

 

Miércoles, 5 de agosto de 2020

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (15,21-28):

   21 Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón.

   22 En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.»

   23 Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.»

   24 Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.»

   25 Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!»

   26 El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.»

   27 «Sí, Señor - repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.»

   28 Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija.


Palabra del Señor

 

*(Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas)*. 

 

*El amor de una madre por un hijo, es para mí el amor más grande que pueda existir aquí en esta tierra. Pareciera como que el Señor fue un poco cruel, duro con esta mujer. Más la lesión es para mí, muchas veces en mi forma de pedir al Señor, lo hago de una manera como que el Señor tiene que darme lo que pido obligado. Esta mujer meda un signo, y es que la mejor forma de pedir algo al Señor es poniéndome en su presencia y postrándome a sus pies y en su precedencia, sin tratar de aparentar, ni de justificarme, mostrándole mi corazón desnudo, porque él sabe que cuando la fuerza del pecado me atrapa no me comporto como un hijo de él. Y esta mujer me da una fuerza y me invita a levantarme, porque las migajas que caen de las manos y del corazón del Señor, son migajas enteras de amor para mí*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.