Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
DOMINGO DE LA SEMANA
XV
De la Feria. Salterio III
12 de julio
DOMINGO SEMANA III
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva.
Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva.
Aleluya.
Himno: LAS SOMBRAS OSCURAS HUYEN.
Las sombras oscuras huyen,
ya va pasando la noche;
y el sol, con su luz de fuego,
nos disipa los temores.
Ya se apagan las estrellas
y se han encendido soles;
el rocío cae de los cielos
en el cáliz de las flores.
Las criaturas van vistiendo
sus galas y sus colores,
porque al nacer nuevo día
hacen nuevas las canciones.
¡Lucero, Cristo, del alba,
que paces entre esplendores,
apacienta nuestras vidas
ya sin sombras y sin noches!
¡Hermoso Cristo, el Cordero,
entre collados y montes! Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Salmo 92 - GLORIA DEL DIOS CREADOR
El Señor reina vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Ant 2. Tú, Señor, eres alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Tú, Señor, eres alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Ant 3. Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
Salmo 148 - ALABANZA DEL DIOS CREADOR
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles,
alabadlo todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes,
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar.
Rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes.
Montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros.
Fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo.
Los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños.
Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
LECTURA BREVE Ez 37, 12b-14
Así dice el Señor. «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de
vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y cuando
abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis
que yo soy el Señor: os infundiré mi espíritu y viviréis, os colocaré en
vuestra tierra y sabréis que yo el Señor lo digo y lo hago.» Oráculo del Señor.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre.
R. Ten piedad de nosotros.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
V. Hijo
mío, haz caso a mis palabras.
R. presta oído a mis consejos.
PRIMERA LECTURA
Comienza el libro de Job 1, 1-22
JOB ES PRIVADO DE SUS BIENES
Había una vez en tierra de Hus un hombre que se llamaba Job. Era un hombre
justo y honrado, temeroso de Dios y apartado del mal. Tenía siete hijos y tres
hijas. Tenía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes,
quinientas burras y una servidumbre numerosa. Era el más rico entre los hombres
de Oriente.
Sus hijos solían celebrar banquetes, un día en casa de cada uno, e invitaban a
sus tres hermanas a comer con ellos. Terminados esos días de fiesta, Job los
hacía venir para purificarlos: madrugaba y ofrecía un holocausto por cada uno,
por si habían pecado y maldecido a Dios en su interior. Esto lo solía hacer Job
cada vez.
Un día fueron los ángeles y se presentaron al Señor; entre ellos llegó también
Satanás. El Señor le preguntó: «¿De dónde vienes?»
Él respondió:
«De dar vueltas por la tierra.»
El Señor le dijo:
«¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un
hombre justo y honrado que teme a Dios y se aparta del mal.»
Satanás le respondió:
«¿Y crees que teme a Dios de balde? ¡Si tú mismo lo has cercado y protegido, a
él, a su hogar y a todo lo suyo! Has bendecido sus trabajos, y sus rebaños se
ensanchan por el país; pero extiende la mano, daña sus posesiones, y te apuesto
a que te maldecirá en tu cara.»
El Señor dijo:
«Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él no lo toques.»
Y Satanás se marchó.
Un día que los hijos e hijas de Job comían y bebían en casa del hermano mayor,
llegó un mensajero a casa de Job y le dijo:
«Estaban los bueyes arando y las burras pastando a su lado, cuando cayeron
sobre ellos unos sabeos, apuñalearon a los mozos y se llevaron el ganado. Sólo
yo pude escapar para contártelo.»
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo:
«Ha caído un rayo del cielo que ha quemado y consumido tus ovejas y pastores.
Sólo yo pude escapar para contártelo.»
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: «Una banda de caldeos,
dividiéndose en tres grupos, se echó sobre los camellos y se los llevó, y
apuñaleó a los mozos. Sólo yo pude escapar para contártelo.»
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: «Estaban tus hijos y tus
hijas comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor, cuando un huracán cruzó el
desierto y embistió por los cuatro costados la casa, que se derrumbó y los
mató. Sólo yo pude escapar para contártelo.»
Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por
tierra y dijo:
«Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo
dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor.»
En todo esto no pecó Job, ni dijo nada insensato contra Dios.
RESPONSORIO Responsorio Jb 2, 10; 1, 21
R. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los
males? * El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el
nombre del Señor.
V. Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él.
R. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre
del Señor.
SEGUNDA LECTURA
De los libros de las Morales de san Gregorio Magno, papa, sobre el
libro de Job.
(Libro 1, 2. 36: PL 75, 529-530. 543-544)
UN HOMBRE SIMPLE Y HONRADO, TEMEROSO DE DIOS
Hay algunos cuya simplicidad llega hasta ignorar lo que es honrado. Esta
simplicidad no es la simplicidad de la inocencia, ya que no los conduce a la
virtud de la honradez; pues, en la medida en que no saben ser cautos por su
honradez, su simplicidad deja de ser verdadera inocencia.
De ahí que Pablo amonesta a los discípulos con estas palabras: Quiero que seáis
sabios para el bien y simples para todo mal. Y dice también: Sed niños sólo en
malicia; sed adultos en juicio.
De ahí que la misma Verdad en persona manda a sus discípulos: Sed prudentes
como serpientes y simples como palomas. Nos manda las dos cosas de manera
inseparable, para que así la astucia de la serpiente complemente la simplicidad
de la paloma y, a la inversa, la simplicidad de la paloma modere la astucia de
la serpiente.
Por esto el Espíritu Santo hizo visible a los hombres su presencia, no sólo con
figura de paloma, sino también de fuego. La paloma, en efecto, representa la
simplicidad, y el fuego representa el celo. Y así se mostró bajo esta doble
figura, para que todos los que están llenos de él practiquen la simplicidad de
la mansedumbre, sin por eso dejar de inflamarse en el celo de la honradez
contra las culpas de los que delinquen.
Simple y honrado, temeroso de Dios y apartado del mal. Todo el que anhela la
patria eterna vive con simplicidad y honradez: con simplicidad en sus obras,
con honradez en su fe; con simplicidad en las buenas obras que realiza aquí
abajo, con honradez por su intención que tiende a las cosas de arriba. Hay
algunos, en efecto, a quienes les falta simplicidad en las buenas obras que
realizan, porque buscan no la retribución espiritual, sino el aplauso de los
hombres. Por esto dice con razón uno de los libros sapienciales: ¡Ay del hombre
que va por dos caminos! Va por dos caminos el hombre pecador que, por una
parte, realiza lo que es conforme a Dios, pero, por otra, busca con su intención
un provecho mundano.
Bien dice el libro de Job: Temeroso de Dios y apartado del mal; porque la santa
Iglesia de los elegidos inicia su camino de simplicidad y honradez por el
temor, pero lo lleva a la perfección por el amor. Ella, en efecto, se aparta
radicalmente del mal, cuando, por amor a Dios, empieza a detestar el pecado.
Cuando practica el bien movida sólo por el temor, todavía no se ha apartado
totalmente del mal, ya que continúa pecando por el hecho de que querría pecar
si pudiera hacerlo impunemente.
Acertadamente, pues, se afirma de Job que era temeroso de Dios y, al mismo
tiempo, apartado del mal; porque, cuando el amor sigue al temor, queda
eliminada incluso aquella parte de culpa que subsistía en nuestro interior, por
nuestro mal deseo.
RESPONSORIO Hb 13,21; 2M 1, 4
R. Que Dios os haga perfectos en todo bien, para hacer su
voluntad, * cumpliendo en vosotros lo que es grato en su presencia por
Jesucristo.
V. Que abra Dios vuestro corazón a su ley y a sus preceptos.
R. Cumpliendo en vosotros lo que es grato en su presencia por
Jesucristo.
Lecturas
del Domingo 15º del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Domingo, 12 de julio de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Mateo (13,1-23):
1 Aquel día, salió Jesús de casa y se
sentó a orillas del mar.
2 Y se reunió tanta gente junto a él, que
hubo de subir a sentarse en una barca, y toda la gente quedaba en la ribera.
3 Y les habló muchas cosas en parábolas.
Decía: «Una vez salió un sembrador a sembrar.
4 Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo
largo del camino; vinieron las aves y se las comieron.
5 Otras cayeron en pedregal, donde no tenían
mucha tierra, y brotaron enseguida por no tener hondura de tierra;
6 pero en cuanto salió el sol se agostaron
y, por no tener raíz, se secaron.
7 Otras cayeron entre abrojos; crecieron los
abrojos y las ahogaron.
8 Otras cayeron en tierra buena y dieron
fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta.
9 El que tenga oídos, que oiga.»
10 Y acercándose los discípulos le dijeron:
«¿Por qué les hablas en parábolas?»
11 El les respondió: «Es que a vosotros se
os ha dado el conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no.
12 Porque a quien tiene se le dará y le
sobrará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
13 Por eso les hablo en parábolas, porque
viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
14 En ellos se cumple la profecía de Isaías:
= Oír, oiréis, pero no entenderéis, mirar, miraréis, pero no veréis. =
15 = Porque se ha embotado el corazón de
este pueblo, han hecho duros sus oídos, y sus ojos han cerrado; no sea que vean
con sus ojos, con sus oídos oigan, con su corazón entiendan y se conviertan, y
yo los sane. =
16 «¡Pero dichosos vuestros ojos, porque
ven, y vuestros oídos, porque oyen!
17 Pues os aseguro que muchos profetas y
justos desearon ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que
vosotros oís, pero no lo oyeron.
18 «Vosotros, pues, escuchad la parábola del
sembrador.
19 Sucede a todo el que oye la Palabra del
Reino y no la comprende, que viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su
corazón: éste es el que fue sembrado a lo largo del camino.
20 El que fue sembrado en pedregal, es el
que oye la Palabra, y al punto la recibe con alegría;
21 pero no tiene raíz en sí mismo, sino que
es inconstante y, cuando se presenta una tribulación o persecución por causa de
la Palabra, sucumba enseguida.
22 El que fue sembrado entre los abrojos, es
el que oye la Palabra, pero los preocupaciones del mundo y la seducción de las
riquezas ahogan la Palabra, y queda sin fruto.
23 Pero el que fue sembrado en tierra buena,
es el que oye la Palabra y la comprende: éste sí que da fruto y produce, uno
ciento, otro sesenta, otro treinta.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo; todo el
que lo escuche vivirá eternamente.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo; todo el
que lo escuche vivirá eternamente.
PRECES
Invoquemos a Dios Padre que envió al Espíritu Santo, para que con
su luz santísima penetrara las almas de sus fieles, y digámosle:
Ilumina, Señor, a tu pueblo.
Te bendecimos, Señor, luz nuestra,
porque a gloria de tu nombre nos has hecho llegar a este nuevo día.
Tú que por la resurrección de tu Hijo quisiste iluminar el mundo,
haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual.
Tú que por el Espíritu de la verdad adoctrinaste a los discípulos de tu Hijo,
envía este mismo Espíritu a tu Iglesia para que permanezca siempre fiel a ti.
Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven aún en las
tinieblas
y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios verdadero.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan
extraviados, para que puedan volver al camino recto, concede a todos los
cristianos que se aparten de todo lo que sea indigno de ese nombre que llevan,
y que cumplan lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.