Lecturas de
la 5º Semana de Pascua - Ciclo A
Martes, 12 de mayo de 2020
Primera lectura
Lectura del
libro de los Hechos de los apóstoles (14,19-28):
EN aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo ya por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad.
Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe. Después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios.
En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Y después de predicar la Palabra en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquia, de donde los habían encomendado a la gracia de Dios para la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos.
Palabra de Dios
EN aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo ya por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad.
Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe. Después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios.
En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Y después de predicar la Palabra en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquia, de donde los habían encomendado a la gracia de Dios para la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
144,10-11.12-13ab.21
R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.
R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás. R/.
R/. Que
tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
Martes, 12 de mayo de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Juan (14,27-31a):
27 Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
27 Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
28 Habéis oído que os he dicho: "Me
voy y volveré a vosotros." Si me amarais, os alegraríais de que me fuera
al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
29 Y os lo digo ahora, antes de que suceda,
para que cuando suceda creáis.
30 Ya no hablaré muchas cosas con vosotros,
porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder;
31 pero ha de saber el mundo que amo al
Padre y que obro según el Padre me ha ordenado.
Palabra del Señor
*(«Os dejo la paz,
mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo.»)*.
*El Señor me invita a una paz verdadera, pero tengo
que saber la diferencia entre la paz que me da el Señor y la paz que me ofrece
el mundo. El mundo lo que me ofrece es algo que se llama tranquilidad,
entendiendo por tranquilidad la ausencia de problema, de dificultad, se puede
entender que una persona está en paz porque nada le preocupa, porque no hay
nada que lo angustie. Esa es la paz como la entiende el mundo. Pero el Señor
hoy me habla de la paz que puede vencer el ataque. ¿Y cómo puede ser esto? ¿Y
cómo puedo conservar esa la paz?, pues cuando puedo comprender con la ayuda del
Señor, cuál es la preocupación del enemigo, porque los ataque, porque las
amenaza, y conociendo esos detalles puedo entrar en el Sermón de la montaña
cuando dice: Dicho seréis cuando os odien, os injurien a causa del Hijo del
hombre alegraos ese día. Esa es la paz que me quiere dar el Señor, la de alegrarme
ese día*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.