Musica Para el Alma

sábado, 2 de mayo de 2020

LAS LECTURAS DEL DOMINGO 3 DE MAYO 2020


Lecturas de la 4º Semana de Pascua - Ciclo A
Domingo, 3 de mayo de 2020
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (2,14a.36-41):

EL día de Pentecostés Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y declaró:
«Con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías».
Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»
Pedro les contestó:
«Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos, y para los que están lejos, para cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro».
Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba diciendo:
«Salvaos de esta generación perversa».
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 22,1-3a.3b-4.5

R/.
 El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta

Preparas una mesa ante mi,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (2,20-25):

Queridos hermanos:
Que aguantéis cuando sufrís por hacer el bien,
eso es una gracia de parte de Dios.
Pues para esto habéis sido llamados,
porque también Cristo padeció por vosotros,
dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas.
Él no cometió pecado
ni encontraron engaño en su boca.
Él no devolvía el insulto cuando lo insultaban;
sufriendo no profería amenazas;
sino que se entregaba al que juzga rectamente.
Él llevó nuestros pecados en su cuerpo hasta el leño,
para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia.
Con sus heridas fuisteis curados.
Pues andabais errantes como ovejas,
pero ahora os habéis convertido
al pastor y guardián de vuestras almas.

Palabra de Dios

Domingo, 3 de mayo de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (10,1-10):

   1 «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador;
   2 pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.
   3 A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera.
   4 Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
   5 Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.» 
   6 Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba.
   7 Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas.
   8 Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon.
   9 Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto.
   10 El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.

Palabra del Señor

*(Yo soy la puerta: quien entra por mí, se salvará)*.

*El Señor me hace un llamado a encontrarme con el entrando por la puerta de la humildad. Y para entrar por esa puerta, mis oídos tienen que estar pendiente para saber escuchar la voz de mi pastor y mis ojos abiertos para poder seguir el camino por donde me quiere él me quiere conducir. Y si me entretengo o me descuido por el camino, puedo utilizar mi voz y llamar a mi pastor. El Señor me invita a estar pendiente porque existen lobos que desean que no sigua la voz del pastor. Si en alguna ocasión ciento que me estoy alejando, que no lo estoy viendo, que me estoy perdiendo. Que recuerde que si me pierdo por el camino el Señor es mi pastor y vendrá en mi ayuda. La buena noticia para mi es que el Señor me hace una invitación especial para que me deje conducir por él*

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.