Abre, Señor, mi boca para
bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos,
perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para
que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado
en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Himno: SENTENCIA DE DIOS AL HOMBRE
Sentencia de Dios al hombre
antes que el día comience:
«Que el pan no venga a tu mesa
sin el sudor de tu frente.
Ni el sol se te da de balde,
ni el aire por ser quien eres:
las cosas son herramientas
y buscan quien las maneje.
El mar les pone corazas
de sal amarga a los peces;
el hondo sol campesino
madura a fuego las mieses.
La piedra, con ser la piedra,
guarda una chispa caliente;
y en el rumor de la nube
combaten el rayo y la nieve.
A ti te inventé las manos
y un corazón que no duerme;
puse en tu boca palabras
y pensamiento en tu frente.
No basta con dar las gracias
sin dar lo que las merece:
a fuerza de gratitudes
se vuelve la tierra estéril.» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Salmo 35 - DEPRAVACIÓN DEL MALVADO Y BONDAD DE DIOS
El malvado escucha en su interior
un oráculo del pecado:
«No tengo miedo a Dios,
ni en su presencia.»
Porque se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.
Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes,
tu justicia hasta las altas cordilleras;
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en ti está la fuente viva
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.
Han fracasado los malhechores;
derribados, no se pueden levantar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Ant 2. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR DEL MUNDO Y PROTECTOR DE SU PUEBLO Jdt 16, 2-3. 15-19
¡Alabad a mi Dios con tambores,
elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,
ensalzad e invocad su nombre!
porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,
su nombre es el Señor.
Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación,
porque tú lo mandaste y existió;
enviaste tu aliento y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.
Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.
Ant 3. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.
Salmo 46 - ENTRONIZACIÓN DEL DIOS DE ISRAEL
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.
El nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
El nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.
Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abraham;
porque de Dios son los grandes de la tierra,
y él es excelso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.
LECTURA BREVE Tb 4, 16-17. 19-20
No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. Da de tu pan al hambriento y da tus vestidos al desnudo. Busca el consejo de los prudentes. Bendice al Señor en toda circunstancia, pídele que sean rectos todos tus caminos y que lleguen a buen fin todas tus sendas y proyectos.
RESPONSORIO BREVE
V. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Dame vida con tu palabra.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Himno: SENTENCIA DE DIOS AL HOMBRE
Sentencia de Dios al hombre
antes que el día comience:
«Que el pan no venga a tu mesa
sin el sudor de tu frente.
Ni el sol se te da de balde,
ni el aire por ser quien eres:
las cosas son herramientas
y buscan quien las maneje.
El mar les pone corazas
de sal amarga a los peces;
el hondo sol campesino
madura a fuego las mieses.
La piedra, con ser la piedra,
guarda una chispa caliente;
y en el rumor de la nube
combaten el rayo y la nieve.
A ti te inventé las manos
y un corazón que no duerme;
puse en tu boca palabras
y pensamiento en tu frente.
No basta con dar las gracias
sin dar lo que las merece:
a fuerza de gratitudes
se vuelve la tierra estéril.» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Salmo 35 - DEPRAVACIÓN DEL MALVADO Y BONDAD DE DIOS
El malvado escucha en su interior
un oráculo del pecado:
«No tengo miedo a Dios,
ni en su presencia.»
Porque se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.
Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes,
tu justicia hasta las altas cordilleras;
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en ti está la fuente viva
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.
Han fracasado los malhechores;
derribados, no se pueden levantar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Ant 2. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR DEL MUNDO Y PROTECTOR DE SU PUEBLO Jdt 16, 2-3. 15-19
¡Alabad a mi Dios con tambores,
elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,
ensalzad e invocad su nombre!
porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,
su nombre es el Señor.
Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación,
porque tú lo mandaste y existió;
enviaste tu aliento y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.
Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.
Ant 3. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.
Salmo 46 - ENTRONIZACIÓN DEL DIOS DE ISRAEL
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.
El nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
El nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.
Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abraham;
porque de Dios son los grandes de la tierra,
y él es excelso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.
LECTURA BREVE Tb 4, 16-17. 19-20
No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. Da de tu pan al hambriento y da tus vestidos al desnudo. Busca el consejo de los prudentes. Bendice al Señor en toda circunstancia, pídele que sean rectos todos tus caminos y que lleguen a buen fin todas tus sendas y proyectos.
RESPONSORIO BREVE
V. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Dame vida con tu palabra.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
PRIMERA
LECTURA
Del libro del profeta Isaías 7, 1-17
LA SEÑAL DEL EMMANUEL. SEGURIDAD ANTE EL TEMOR DE GUERRA
Cuando Ajaz, hijo de Yotán, hijo de Ozías, reinaba en Judá, Rasín, rey de Damasco, y Pecaj, hijo de Romelía y rey de Israel, subieron a Jerusalén para atacarla; pero no lograron conquistarla. Llegó la noticia al heredero de David:
«Los sirios acampan en Efraím.»
Y se agitó su corazón y el del pueblo como se agitan los árboles del bosque con el viento. Entonces el Señor dijo a Isaías:
«Sal al encuentro de Ajaz, con tu hijo Sear Yasub, hacia el extremo del canal de la Alberca de Arriba, junto a la Calzada del Batanero, y le dirás:
"¡Vigilancia y calma! No temas, no te acobardes ante esos dos cabos de tizones humeantes (la ira ardiente de Rasín y los sirios, y del hijo de Romelía). Aunque tramen tu ruina diciendo: 'Subamos contra Judá, sitiémosla, apoderémonos de ella, y nombraremos en ella rey al hijo de Tabeel', así dice el Señor: No se cumplirá ni sucederá así; Damasco es capital de Siria, y Rasín es jefe de Damasco; Samaria es capital de Efraím, y el hijo de Romelía es jefe de Samaria. Pues bien, dentro de cinco o seis años, Efraím será destruido y dejará de ser pueblo. Si no creéis en mí, no subsistiréis."»
El Señor volvió a hablar a Ajaz:
«Pide una señal al Señor tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.»
Respondió Ajaz:
«No la pido, no quiero tentar al Señor.»
Entonces dijo Isaías:
«Escucha, heredero de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará él mismo una señal. Mirad: la joven ha concebido y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel: "Dios-con-nosotros." Éste comerá requesón y miel, hasta que aprenda a rechazar el mal y a escoger el bien. Pues, antes que aprenda el niño a rechazar el mal y a escoger el bien, será devastado el país de los dos reyes que ahora te causan temor. El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo, sobre tu dinastía, días como no se han conocido desde que Efraím se apartó de Judá.»
RESPONSORIO Is 7, 14; 8, 10; Lc 1, 30. 31
R. Mirad: la joven ha concebido y dará a luz un hijo, * y su nombre será: «Dios-con-nosotros».
V. No temas, María, concebirás y darás a luz un hijo.
R. Y su nombre será: «Dios-con-nosotros».
SEGUNDA LECTURA
Del Sermón de san Agustín, obispo, Sobre los pastores
(Sermón 46, 20-21: CCL 41, 546-548)
CUMPLID Y GUARDAD LO QUE OS DIGAN, PERO NO LOS IMITÉIS EN SUS OBRAS
Por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor. Y ¿qué es lo que escucháis, pastores? Esto dice el Señor: Me voy a enfrentar con los pastores: les reclamaré mis ovejas.
Escuchad y atended, ovejas de Dios: El Señor reclama sus ovejas a los malos pastores y les pide cuenta de haberlas llevado a la muerte. Dice, en efecto, en otro lugar, por medio del mismo profeta: Hijo de hombre, te he puesto como atalaya en la casa de Israel: Cuando escuches una palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado que es reo de muerte, y tú no le das la alarma -es decir, no hablas poniendo en guardia al malvado, para que cambie su mala conducta, y conserve la vida-, entonces el malvado morirá por su culpa, y a ti te pediré cuenta de su sangre. Pero si tú pones en guardia al malvado, y no se convierte de su maldad y de su mala conducta, entonces él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado la vida.
¿Qué significa esto, hermanos? ¿Habéis visto cuán peligroso sea callar? El malvado muere, y muere justamente; muere por su culpa y por su mala conducta; pero la negligencia del mal pastor lo llevó a la muerte. El malvado hubiera podido encontrar en su pastor al pastor de vida que dice: ¡Lo juro por mi vida! -Oráculo del Señor-; pero, como su pastor era negligente, el malvado no pudo oír la voz de aquel que precisamente fue constituido prelado y vigilante para amonestar al pueblo; así el malvado murió con toda justicia, pero el prelado también recibirá el castigo merecido. En cambio, si éste hubiera dicho al malvado: «Eres reo de muerte, pues te amenaza la espada del Señor», y él hubiera hecho caso omiso de esta espada inminente, y la espada hubiera caído sobre él, el malvado habría muerto ciertamente por su culpa, pero el prelado habría salvado su vida. Por eso es obligación nuestra amonestar, y es deber vuestro escuchar la voz del verdadero Pastor en las santas Escrituras, aun en el caso de que nosotros guardáramos silencio.
Veamos, pues, ya que así me lo había propuesto, si el Señor reclama las ovejas a los malos pastores para entregarlas a otros pastores que sean buenos. Contemplo al Señor cómo arrebata las ovejas de la mano de los malos pastores. Es esto lo que dice el texto: Me voy a enfrentar con los pastores: les reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas para que dejen de apacentarse a sí mismos los pastores. «Cuando digo: los quitaré de pastores de mis ovejas, ya se entiende que es porque se apacientan a sí mismos, no a mi rebaño.»
¿De qué modo los quita de pastores para que dejen de apacentar a sus ovejas? Los quita de pastores cuando afirma: Cumplid y guardad lo que os digan, pero no los imitéis en sus obras, que es como si dijera: «Proclaman mis palabras, pero obran según sus deseos. Cuando vosotros no obráis según el ejemplo de los malos pastores, ellos ya no os apacientan; cuando, en cambio, realizáis lo que ellos os dicen, yo os apaciento.»
RESPONSORIO Lc 12, 42. 43; 1Co 4, 2
R. ¿Quién es el administrador fiel y prudente, a quien su señor pondrá al frente de su servidumbre? * Feliz este siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber.
V. En un administrador lo que se busca es que sea fiel.
R. Feliz este siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber.
Del libro del profeta Isaías 7, 1-17
LA SEÑAL DEL EMMANUEL. SEGURIDAD ANTE EL TEMOR DE GUERRA
Cuando Ajaz, hijo de Yotán, hijo de Ozías, reinaba en Judá, Rasín, rey de Damasco, y Pecaj, hijo de Romelía y rey de Israel, subieron a Jerusalén para atacarla; pero no lograron conquistarla. Llegó la noticia al heredero de David:
«Los sirios acampan en Efraím.»
Y se agitó su corazón y el del pueblo como se agitan los árboles del bosque con el viento. Entonces el Señor dijo a Isaías:
«Sal al encuentro de Ajaz, con tu hijo Sear Yasub, hacia el extremo del canal de la Alberca de Arriba, junto a la Calzada del Batanero, y le dirás:
"¡Vigilancia y calma! No temas, no te acobardes ante esos dos cabos de tizones humeantes (la ira ardiente de Rasín y los sirios, y del hijo de Romelía). Aunque tramen tu ruina diciendo: 'Subamos contra Judá, sitiémosla, apoderémonos de ella, y nombraremos en ella rey al hijo de Tabeel', así dice el Señor: No se cumplirá ni sucederá así; Damasco es capital de Siria, y Rasín es jefe de Damasco; Samaria es capital de Efraím, y el hijo de Romelía es jefe de Samaria. Pues bien, dentro de cinco o seis años, Efraím será destruido y dejará de ser pueblo. Si no creéis en mí, no subsistiréis."»
El Señor volvió a hablar a Ajaz:
«Pide una señal al Señor tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.»
Respondió Ajaz:
«No la pido, no quiero tentar al Señor.»
Entonces dijo Isaías:
«Escucha, heredero de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará él mismo una señal. Mirad: la joven ha concebido y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel: "Dios-con-nosotros." Éste comerá requesón y miel, hasta que aprenda a rechazar el mal y a escoger el bien. Pues, antes que aprenda el niño a rechazar el mal y a escoger el bien, será devastado el país de los dos reyes que ahora te causan temor. El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo, sobre tu dinastía, días como no se han conocido desde que Efraím se apartó de Judá.»
RESPONSORIO Is 7, 14; 8, 10; Lc 1, 30. 31
R. Mirad: la joven ha concebido y dará a luz un hijo, * y su nombre será: «Dios-con-nosotros».
V. No temas, María, concebirás y darás a luz un hijo.
R. Y su nombre será: «Dios-con-nosotros».
SEGUNDA LECTURA
Del Sermón de san Agustín, obispo, Sobre los pastores
(Sermón 46, 20-21: CCL 41, 546-548)
CUMPLID Y GUARDAD LO QUE OS DIGAN, PERO NO LOS IMITÉIS EN SUS OBRAS
Por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor. Y ¿qué es lo que escucháis, pastores? Esto dice el Señor: Me voy a enfrentar con los pastores: les reclamaré mis ovejas.
Escuchad y atended, ovejas de Dios: El Señor reclama sus ovejas a los malos pastores y les pide cuenta de haberlas llevado a la muerte. Dice, en efecto, en otro lugar, por medio del mismo profeta: Hijo de hombre, te he puesto como atalaya en la casa de Israel: Cuando escuches una palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado que es reo de muerte, y tú no le das la alarma -es decir, no hablas poniendo en guardia al malvado, para que cambie su mala conducta, y conserve la vida-, entonces el malvado morirá por su culpa, y a ti te pediré cuenta de su sangre. Pero si tú pones en guardia al malvado, y no se convierte de su maldad y de su mala conducta, entonces él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado la vida.
¿Qué significa esto, hermanos? ¿Habéis visto cuán peligroso sea callar? El malvado muere, y muere justamente; muere por su culpa y por su mala conducta; pero la negligencia del mal pastor lo llevó a la muerte. El malvado hubiera podido encontrar en su pastor al pastor de vida que dice: ¡Lo juro por mi vida! -Oráculo del Señor-; pero, como su pastor era negligente, el malvado no pudo oír la voz de aquel que precisamente fue constituido prelado y vigilante para amonestar al pueblo; así el malvado murió con toda justicia, pero el prelado también recibirá el castigo merecido. En cambio, si éste hubiera dicho al malvado: «Eres reo de muerte, pues te amenaza la espada del Señor», y él hubiera hecho caso omiso de esta espada inminente, y la espada hubiera caído sobre él, el malvado habría muerto ciertamente por su culpa, pero el prelado habría salvado su vida. Por eso es obligación nuestra amonestar, y es deber vuestro escuchar la voz del verdadero Pastor en las santas Escrituras, aun en el caso de que nosotros guardáramos silencio.
Veamos, pues, ya que así me lo había propuesto, si el Señor reclama las ovejas a los malos pastores para entregarlas a otros pastores que sean buenos. Contemplo al Señor cómo arrebata las ovejas de la mano de los malos pastores. Es esto lo que dice el texto: Me voy a enfrentar con los pastores: les reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas para que dejen de apacentarse a sí mismos los pastores. «Cuando digo: los quitaré de pastores de mis ovejas, ya se entiende que es porque se apacientan a sí mismos, no a mi rebaño.»
¿De qué modo los quita de pastores para que dejen de apacentar a sus ovejas? Los quita de pastores cuando afirma: Cumplid y guardad lo que os digan, pero no los imitéis en sus obras, que es como si dijera: «Proclaman mis palabras, pero obran según sus deseos. Cuando vosotros no obráis según el ejemplo de los malos pastores, ellos ya no os apacientan; cuando, en cambio, realizáis lo que ellos os dicen, yo os apaciento.»
RESPONSORIO Lc 12, 42. 43; 1Co 4, 2
R. ¿Quién es el administrador fiel y prudente, a quien su señor pondrá al frente de su servidumbre? * Feliz este siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber.
V. En un administrador lo que se busca es que sea fiel.
R. Feliz este siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber.
Miércoles,
25 de septiembre de 2019
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,1-6):
En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.
Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: «No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes.
Palabra del Señor
En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.
Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: «No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa alianza.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa alianza.
PRECES
Demos gracias a Cristo y alabémoslo porque ha querido santificarnos y llamarnos hermanos suyos; digámosle, pues, confiados:
Santifica, Señor, a tus hermanos.
Concédenos, Señor, consagrar el principio de este día en honor de tu resurrección
y haz que todos los trabajos que realicemos durante esta jornada te sean agradables.
Haz que sepamos descubrirte a ti en todos nuestros hermanos,
sobre todo en los tristes, en los más pobres y en los que son menos útiles a los ojos del mundo.
Tú que para aumentar nuestra alegría y afianzar nuestra salvación nos das el nuevo día, signo de tu amor,
renuévanos hoy y siempre para gloria de tu nombre.
Haz que durante este día estemos en paz con todo el mundo
y que a nadie devolvamos mal por mal.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tal como Cristo nos enseñó, terminemos nuestra oración diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, salvador nuestro, danos tu ayuda para que siempre deseemos las obras de la luz y realicemos la verdad: así, los que de ti hemos nacido en el bautismo, seremos tus testigos ante los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
San Carlos de Sezze,
Franciscano
25 de Setiembre
25 de Setiembre
Este humilde hermano franciscano escribió por orden expresa de sus
superiores los recuerdos de hechos especiales que le sucedieron en su vida. Son
los siguientes. Nació en 1620 en el pueblo italiano de Sezze.
De familia pobre, cuando empezó a asistir a la escuela, un día por
no dar una lección, el maestro le dio una paliza tan soberana que lo mandó a
cama. Entonces los papás lo enviaron a trabajar en el campo y allá pensaba
vivir para siempre.
Pero sucedió que un día una bandada de aves espantó a los bueyes
que Carlos dirigía cuando estaba arando, y estos arremetieron contra él con
gravísimo peligro de matarlo. Cuando sintió que iba a perecer en el accidente,
prometió a Dios que si le salvaba la vida se haría religioso. Y milagrosamente
quedó ileso, sin ninguna herida.
Entonces otro día al ver pasar por allí unos religiosos
franciscanos les pidió que le ayudaran a entrar en su comunidad. Ellos lo
invitaron a que fuera a Roma a hablar con el Padre Superior, y con su
recomendación se fue allá con tres compañeros más.
El superior para probar si en verdad tenían virtud, los recibió
muy ásperamente y les dijo que eran unos haraganes que sólo buscaban
conseguirse el alimento gratuitamente, y los echó para afuera. Pero ellos se
pusieron a comentar que su intención era buena y que deberían insistir. Y
entraron por otra puerta del convento y volvieron a suplicar al superior que
los recibiera. Este, haciéndose el bravo, les dijo que esa noche les permitía
dormir allí como limosneros pero que al día siguiente tendrían que irse
definitivamente. Los cuatro aceptaron esto con toda humildad, pero al día
siguiente en vez de despacharlos les dijeron que ya habían pasado la prueba
preparatoria y que quedaban admitidos como aspirantes.
En el noviciado el maestro lo mandó a que sembrara unos repollos,
pero con la raíz hacia arriba. Él obedeció prontamente y los repollos retoñaron
y crecieron. Después el superior del noviciado empezó a humillarlo y
humillarlo. Él aguantaba todo con paciencia, pero al fin viendo que iba a
estallar en ira, se fue donde el maestro de novicios a decirle que se volvía
otra vez al mundo porque ya no resistía más. El sacerdote le agradeció que le
hubiera confiado sus problemas y le arregló su situación y pudo seguir
tranquilo hasta ser admitido como franciscano.
Ya religioso, un día entraron a la huerta del convento unos toros
bravos que embestían sin compasión a todo fraile que se les presentara. El
superior, para probar qué tan obediente era el hermano Carlos, le ordenó:
"Vaya, amarre esos toros y sáquelos de aquí". El se llevó un lazo,
les echó la bendición a los feroces animales y todos se dejaron atar de los
cachos y lo fueron siguiendo como si fueran mansos bueyes. La gente se quedó
admirada ante semejante cambio tan repentino, y consideraron este prodigio como
un premio a su obediencia.
Para que no se volviera orgulloso a causa de las cosas buenas que
le sucedían, permitió Dios que le sucedieran también cosas muy desagradables.
Lo pusieron de cocinero y los platos se le caían de la mano y se le rompían, y
esto le ocasionaba tremendos regaños. Una noche dejó el fogón a medio apagar y
se quemó la cocina y casi se incendia todo el convento. Entonces fue destituido
de su cargo de cocinero y enviado a cultivar la huerta. A un religioso que le
preguntaba por qué le sucedían hechos tan desagradables, le respondió:
"Los permite Dios para que no me llene de orgullo y me mantenga siempre
humilde".
Después lo nombraron portero del convento y admitía a todo
caminante pobre que pidiera hospedaje en las noches frías. Y repartía de
limosna cuanto la gente traía. Al principio el superior del convento le
aceptaba esto, pero después lo llamó y le dijo: "De hoy en adelante no
admitiremos a hospedarse sino a unas poquísimas personas, y no repartiremos
sino unas pocas limosnas, porque estamos dando demasiado". Él obedeció,
pero sucedió entonces que dejaron de llegar las cuantiosas ayudas que llevaban
los bienhechores. El superior lo llamó para preguntarle: "¿Cuál será la
causa por la que han disminuido tanto las ayudas que nos trae la gente?"
"La causa es muy sencilla –le respondió el hermano Carlos-. Es que dejamos
de dar a los necesitados, y Dios dejó de darnos a nosotros. Porque con la
medida con la que repartamos a los demás, con esa medida nos dará Dios a
nosotros".
Desde ese día recibió permiso para recibir a cuanto huésped pobre
llegara, y de repartir las limosnas que la gente llevaba, y Dios volvió a
enviarles cuantiosas donativos.
Tuvo que hacer un viaje muy largo acompañado de un religioso y en
plena selva se perdieron y no hallaban qué hacer. Se pusieron a rezar con toda
fe y entonces apareció una bandada de aves que volaban despacio delante de
ellos y los fueros guiando hasta lograr salir de tan tupida arboleda.
El director de su convento empezó a tratarlo con una dureza impresionante.
Lo regañaba por todo y lo humillaba delante de los demás. Un día el hermano
Carlos sintió un inmenso deseo de darle el golpe e insultarlo. Fue una
tentación del demonio. Se dominó, se mordió los labios, y se quedó arrodillado
delante del otro, como si fuera una estatua, y no le dijo ni le hizo nada. Era
un acto heroico de paciencia.
¿Qué era lo que había sucedido? Que el Superior Provincial había
enviado una carta muy fuerte al director diciéndole que le había escrito
contándole faltas de él. Y éste al pasar por la celda de Carlos había visto
varias veces que estaba escribiendo. Entonces se imaginó que era él quien lo
estaba acusando. Su apatía llegó a tal grado que le hizo echar de ese convento
y fue enviado a otra casa de la comunidad.
Al llegar a aquel convento el provincial, le dijo al tal superior
que no era Carlos quien le había escrito. Y averiguaron qué era lo que este
religioso escribía y vieron que era una serie de consejos para quienes deseaban
orar mejor. El irritado director tuvo que ofrecerle excusas por su injusto
trato y sus humillaciones. Pero con esto el sencillo hermano había crecido en
santidad.
Las gentes le pedían que redactara algunas normas para orar mejor
y crecer en santidad. El lo hizo así y permitió que le publicara el folleto.
Esto le trajo terribles regaños y casi lo expulsan de la comunidad. El pobre
hombre no sabía que para esas publicaciones se necesitan muchos permisos.
Humillado se arrodilló ante un crucifijo para contarle sus angustias, y oyó que
Nuestro Señor le decía: "Animo, que estas cosas no te van a impedir entrar
en el paraíso".
La petición más frecuente del hermano Carlos a Dios era esta:
"Señor, enciéndeme en amor a Ti". Y tanto la repitió que un día
durante la elevación de la santa hostia en la Misa, sintió que un rayo de luz
salía de la Sagrada Forma y llegaba a su corazón. Desde ese día su amor a Dios
creció inmensamente.
Al fin los superiores se convencieron de que este sencillo
religioso era un verdadero hombre de Dios y le permitieron escribir su autobiografía
y publicar dos libros más, uno acerca de la oración y otro acerca de la
meditación.