Salmo Responsorial
3, 2-3. 4-5. 6-7
R. El Señor me sostiene.
Señor, cuántos son mis enemigos,
cuántos se levantan contra mi;
cuántos dicen de mí:
«Ya no lo protege Dios.» R/
Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria,
tú mantienes alta mi cabeza.
Si grito invocando al Señor,
él me escucha desde su monte santo. R/
Puedo acostarme y dormir y despertar:
el Señor me sostiene.
No temeré al pueblo innumerable
que acampa a mi alrededor. R/
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo