Lecturas
del Lunes de la XXXI Semana del Tiempo Ordinario
03 Nov 2025
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
(11,29-36):
Los dones y la llamada de Dios son irrevocables.
Vosotros, en otro tiempo, erais rebeldes a Dios; pero ahora, al rebelarse
ellos, habéis obtenido misericordia. Así también ellos, que ahora son rebeldes,
con ocasión de la misericordia obtenida por vosotros, alcanzarán misericordia.
Pues Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos.
¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué
insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la
mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que
él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por
los siglos. Amén.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 68,30-31.33-34.36-37
R/. Que me escuche, Señor, tu gran
bondad
Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R/.
Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R/.
El Señor salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá,
y las habitarán en posesión.
La estirpe de sus siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en ella. R/.
Lecturas
del Lunes de la XXXI Semana del Tiempo Ordinario
03 Nov 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (14,12-14)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a uno de los
principales fariseos que lo había invitado: «Cuando des una comida o una cena,
no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los
vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des
un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no
pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.»
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados).
*Esta enseñanza es como una puerta.
Jesús mi maestro me conoce y sabe cómo pienso, me invita a dar un banquete,
pero no para mis amigos, es dar lo mejor de mí, a personas que no conozco y no
tienen con que devolverme todo lo que he hecho por ellos. El Señor me hace
saber que hay personas que no tienen nada y cuando les hago un bien, brotan de
sus corazones palabras maravillosas, de bendiciones, y de agradecimientos para
el Dios que ha creado el cielo y la tierra. Jesús en su sagrado corazón abierto
para todo el mundo, quiere abrir también en mi corazón una puerta nueva, la
puerta de la generosidad y al mismo tiempo quiere romper en mí, las barreras de
la indiferencia*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
