*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS* 
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
LAUDES
(Oración de la mañana)
4 de noviembre
*SAN CARLOS BORROMEO, obispo. (MEMORIA)*
Nació en Arona (Lombardía) el año 1538; después de haberse graduado en ambos
derechos, fue agregado al colegio cardenalicio por su tío Pío IV y nombrado
obispo de Milán. Fue un verdadero pastor de su grey; visitó varias veces toda
su diócesis, convocó sínodos, decretó muchas disposiciones orientadas a la
salvación de las almas y fomentó en gran manera las costumbres cristianas.
Murió el día 3 de noviembre del año 1584.
LAUDES
(Oración de la mañana)
 
INVOCACIÓN INICIAL
 
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
 
INVITATORIO
 
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Pastor
supremo.
 
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA
DIVINA
 
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole
gracias,
aclamándolo con cantos.
 
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la
tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus
manos.
 
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
 
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en
Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a
prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto
mis obras.
 
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
Himno: CRISTO, CABEZA, REY DE LOS
PASTORES.
 
Cristo, cabeza, rey de los pastores,
el pueblo entero, madrugando a fiesta,
canta a la gloria de tu sacerdote
himnos sagrados.
 
Con abundancia de sagrado crisma,
la unción profunda de tu Santo Espíritu
lo armó guerrero y lo nombró en la
Iglesia
jefe del pueblo.
 
El fue pastor y forma del rebaño,
luz para el ciego, báculo del pobre,
padre común, presencia providente,
todo de todos.
 
Tú que coronas sus merecimientos,
danos la gracia de imitar su vida,
y al fin, sumisos a su magisterio,
danos su gloria. Amén.
 
SALMODIA
 
Ant 1. Señor, has sido bueno con tu
tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.
 
Salmo 84 - NUESTRA SALVACIÓN ESTA CERCA
 
Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.
 
Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?
 
¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
 
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón.»
 
La salvación está ya cerca de sus
fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se
encuentran,
la justicia y la paz se besan;
 
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
 
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
Ant. Señor, has sido bueno con tu
tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.
 
Ant 2. Mi alma te ansía de noche,
Señor; mi espíritu madruga por ti.
 
Càntico: HIMNO DESPUÉS DE LA VICTORIA
SOBRE EL ENEMIGO Is 26, 1-4. 7-9. 12
 
Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y
baluartes:
 
Abrid las puertas para que entre un
pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.
 
Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua:
 
La senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor, te
esperamos,
ansiando tu nombre y tu recuerdo.
 
Mi alma te ansía de noche,
mi espíritu en mi interior madruga por
ti,
porque tus juicios son luz de la
tierra,
y aprenden justicia los habitantes del
orbe.
 
Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú.
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
Ant. Mi alma te ansía de noche, Señor;
mi espíritu madruga por ti.
 
Ant 3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre
nosotros.
 
Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN
AL SEÑOR.
 
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
 
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
 
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
 
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
 
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
Ant. Ilumina, Señor, tu rostro sobre
nosotros.
 
LECTURA BREVE   Hb 13,7-9a
 
Acordaos de aquellos superiores
vuestros que os expusieron la palabra de Dios: reflexionando sobre el desenlace
de su vida, imitad su fe. Jesucristo es el mismo hoy que ayer, y para siempre.
No os dejéis extraviar por doctrinas llamativas y extrañas.
 
RESPONSORIO BREVE
 
V. Sobre tus murallas, Jerusalén, he
colocado centinelas.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he
colocado centinelas.
 
V. Ni de día ni de noche dejarán de
anunciar el nombre del Señor.
R. He colocado centinelas.
 
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he
colocado centinelas.
V. Voy a escuchar lo que dice el Señor.
R. Dios anuncia la paz a su pueblo.
 
PRIMERA LECTURA
 
Del libro de la Sabiduría 10, 1-11, 4
 
LA SABIDURÍA FUE LA SALVACIÓN DE LOS PATRIARCAS
 
La sabiduría fue quien protegió al padre del
mundo en su soledad, a la primera creatura modelada por Dios; lo levantó de su
caída y le dio el poder de dominarlo todo. Se apartó de ella el criminal
iracundo, y su saña fratricida le acarreó la ruina. Por su culpa vino el
diluvio a la tierra, y otra vez la salvó la sabiduría, pilotando al justo en un
tablón de nada. Cuando la barahúnda de los pueblos, concordes en la maldad,
ella se fijó en el justo y lo preservó sin tacha ante Dios, manteniéndolo
entero sin ablandarse ante su hijo.
 
Cuando la aniquilación de los impíos, ella puso
a salvo al justo, fugitivo del fuego llovido sobre la Pentápolis; testimonio de
su maldad, aún está ahí el yermo humeante, los árboles frutales de cosechas
malogradas y la estatua de sal que se yergue, monumento al alma incrédula.
Pues, dejando a un lado a la sabiduría, se mutilaron ignorando el bien y,
además, legaron a la historia un recuerdo de su insensatez, para que su mal
paso no quedara oculto.
 
La sabiduría sacó de apuros a sus adictos. Guió
al justo por caminos seguros cuando tuvo que huir y le descubrió el reino de
Dios; le dio el conocimiento de las cosas santas; le dio éxito en sus trabajos
y multiplicó el fruto de sus fatigas; lo protegió contra la codicia de los
explotadores y lo colmó de bienes; lo defendió de sus enemigos y lo protegió de
los que le tendían asechanzas; le dio la victoria en la dura batalla, para que
supiera que la piedad es más fuerte que nada. No abandonó al justo vendido,
sino que lo libró de caer en mano de los pecadores; bajó con él al calabozo y
no lo dejó en la prisión, hasta entregarle el cetro real y el poder sobre sus
tiranos; demostró la falsedad de sus calumniadores y le dio una gloria eterna.
 
Al pueblo santo, a la raza irreprochable, lo
libró de la nación opresora; entró en el alma del servidor de Dios, que hizo
frente a reyes temibles con sus prodigios y señales. Dio a los santos la
recompensa de sus trabajos y los condujo por un camino maravilloso; fue para
ellos sombra durante el día y resplandor de astros por la noche. Los hizo
atravesar el mar Rojo y los guió a través de aguas caudalosas; sumergió a sus
enemigos, y luego los sacó a flote de lo profundo del abismo.
 
Por eso los justos despojaron a los impíos y
cantaron, Señor, un himno a tu santo nombre, ensalzando a coro tu mano
victoriosa; porque la sabiduría abrió la boca de los mudos y soltó la lengua de
los niños. Coronó con el éxito sus obras por medio de un santo profeta.
Atravesaron un desierto inhóspito, acamparon en terrenos intransitados;
hicieron frente a ejércitos hostiles y rechazaron a sus adversarios. Tuvieron
sed y te invocaron: una roca áspera les dio agua, y les curó la sed una piedra
dura.
 
RESPONSORIO    Sb 10, 17. 18. 19
 
R. Dios dio a los santos la recompensa de sus
trabajos y los condujo por un camino maravilloso; * fue para ellos sombra
durante el día y resplandor de astros por la noche.
V. Los guió a través de aguas caudalosas, y
sumergió a sus enemigos.
R. Fue para ellos sombra durante el día y
resplandor de astros por la noche.
 
SEGUNDA LECTURA
 
Del sermón pronunciado por san Carlos Borromeo
en el último sínodo
(Acta Ecclesiae Mediolanensis, Milán 1599,
1177-1178)
 
NO SEAS DE LOS QUE DICEN UNA COSA Y HACEN OTRA
 
Todos somos débiles, lo admito, pero el Señor
ha puesto en nuestras manos los medios con que poder ayudar fácilmente, si
queremos, esta debilidad. Algún sacerdote querría tener aquella integridad de
vida que sabe se le demanda, querría ser continente y vivir una vida angélica,
como exige su condición, pero no piensa en emplear los medios requeridos para
ello: ayunar, orar, evitar el trato con los malos y las familiaridades dañinas
y peligrosas.
 
Algún otro se queja de que, cuando va a
salmodiar o a celebrar la misa, al momento le acuden a la mente mil cosas que
lo distraen de Dios; pero éste, antes de ir al coro o a celebrar la misa, ¿qué
ha hecho en la sacristía, cómo se ha preparado, qué medios ha puesto en
práctica para mantener la atención?
 
¿Quieres que te enseñe cómo irás progresando en
la virtud y, si ya estuviste atento en el coro, cómo la próxima vez lo estarás
más aún y tu culto será más agradable a Dios? Oye lo que voy a decirte. Si ya
arde en ti el fuego del amor divino, por pequeño que éste sea, no lo saques
fuera en seguida, no lo expongas al viento, mantén el fogón protegido para que
no se enfríe y pierda el calor; esto es, aparta cuanto puedas las
distracciones, conserva el recogimiento, evita las conversaciones inútiles.
 
¿Estás dedicado a la predicación y la
enseñanza? Estudia y ocúpate en todo lo necesario para el recto ejercicio de
este cargo; procura antes que todo predicar con tu vida y costumbres, no sea
que, al ver que una cosa es lo que dices y otra lo que haces, se burlen de tus
palabras meneando la cabeza.
 
¿Ejerces la cura de almas? No por ello olvides
la cura de ti mismo, ni te entregues tan pródigamente a los demás que no quede
para ti nada de ti mismo; porque es necesario, ciertamente, que te acuerdes de
las almas a cuyo frente estás, pero no de manera que te olvides de ti.
 
Sabedlo, hermanos, nada es tan necesario para
los clérigos como la oración mental; ella debe preceder, acompañar y seguir
nuestras acciones: Salmodiaré -dice el salmista- y entenderé. Si administras
los sacramentos, hermano, medita lo que haces; si celebras la misa, medita lo
que ofreces; si salmodias en el coro, medita a quién hablas y qué es lo que
hablas; si diriges las almas, medita con qué sangre han sido lavadas, y así
hacedlo todo con espíritu de caridad; así venceremos fácilmente las innumerables
dificultades que inevitablemente experimentamos cada día (ya que esto forma
parte de nuestra condición); así tendremos fuerzas para dar a luz a Cristo en
nosotros y en los demás.
 
RESPONSORIO    1Tm 6, 11; 4, 11.
12. 6
 
R. Corre al alcance de la justicia, de la
piedad, de la fe, de la caridad, de la paciencia en el sufrimiento, de la
dulzura. * Esto has de enseñar e inculcar; sé modelo para los fieles.
V. Si propones estas cosas a los hermanos,
serás un excelente servidor de Cristo Jesús.
R. Esto has de enseñar e inculcar; sé modelo
para los fieles.
Lecturas del Martes de la XXXI
Semana del Tiempo Ordinario
04
Nov 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,15-24)*
En
aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: «¡Dichoso el que coma en el
banquete del reino de Dios!»
Jesús le contestó: «Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a
la hora del banquete mandó un criado a avisar a los convidados: «Venid, que ya
está preparado.» Pero ellos se excusaron uno tras otro. El primero le dijo: «He
comprado un campo y tengo que ir a verlo. Dispénsame, por favor.» Otro dijo:
«He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor.»
Otro dijo: «Me acabo de casar y, naturalmente, no puedo ir.» El criado volvió a
contárselo al amo. Entonces el dueño de casa, indignado, le dijo al criado: «Sal
corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete a los pobres, a los
lisiados, a los ciegos y a los cojos.» El criado dijo: «Señor, se ha hecho lo
que mandaste, y todavía queda sitio.» Entonces el amo le dijo: «Sal por los
caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene la casa.» Y os
digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete.»
Palabra
del Señor
 
CÁNTICO EVANGÉLICO
 
Ant. No sois vosotros los que habláis,
sino el Espíritu de vuestro Padre quien habla por vosotros.
 
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR      Lc 1, 68-79
 
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su
pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
 
Es la salvación que nos libra de
nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos
odian;
ha realizado así la misericordia que
tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre
Abraham.
 
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
 
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del
Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
 
Por la entrañable misericordia de
nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo
alto,
para iluminar a los que viven en
tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
Ant. No sois vosotros los que habláis,
sino el Espíritu de vuestro Padre quien habla por vosotros.
 
PRECES
 
Demos gracias a Cristo, el buen pastor
que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle diciendo:
 
Apacienta a tu pueblo, Señor.
 
Señor Jesucristo, tú que en los santos
pastores nos has revelado tu misericordia y tu amor,
haz que, por ellos, continúe llegando a
nosotros tu acción misericordiosa.
 
Señor Jesucristo, tú que a través de
los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo,
no dejes de guiarnos siempre por medio
de ellos.
 
Señor Jesucristo, tú que por medio de
los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas,
haz que nunca falten en tu Iglesia los
ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa.
 
Señor Jesucristo, tú que has
adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de los santos,
haz que, guiados por nuestros pastores,
progresemos en la santidad.
 
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
 
Oremos confiadamente al Padre, como
Cristo nos enseñó:
 
Padre nuestro...
 
ORACION
 
Conserva en tu pueblo, Señor, el
espíritu que animara a san Carlos Borromeo,obispo, para que tu Iglesia se
renueve siempre y, cada vez más transformada en Cristo, presente ante los
hombres una imagen auténtica de su Señor, Jesucristo, tu Hijo. Él, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
 
CONCLUSIÓN
 
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de
todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
 
INVOCACIÓN INICIAL
 
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
 
Himno: CANTEMOS AL SEÑOR CON ALEGRÍA.
 
Cantemos al Señor con alegría,
unidos a la voz del pastor santo;
demos gracias a Dios, que es luz y
guía,
solícito pastor de su rebaño.
 
Es su voz y su amor el que nos llama
en la voz del pastor que él ha elegido,
es su amor infinito el que nos ama
en la entrega y amor de este otro
cristo.
 
Conociendo en la fe su fiel presencia,
hambrientos de verdad y luz divina,
sigamos al pastor que es providencia
de pastos abundantes que son vida.
 
Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,
manda siempre a tu mies trabajadores;
cada aurora, a la puerta del aprisco,
nos aguarde el amor de tus pastores.
Amén.
 
SALMODIA
 
Ant 1. El Señor rodea a su pueblo.
 
Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU
PUEBLO.
 
Los que confían en el Señor son como el
monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
 
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
 
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
 
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas
tortuosas,
que los rechace el Señor con los
malhechores.
¡Paz a Israel!
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
Ant. El Señor rodea a su pueblo.
 
Ant 2. Si no volvéis a ser como niños,
no entraréis en el reino de los cielos.
 
Salmo 130 - COMO UN NIÑO, ISRAEL SE
ABANDONÓ EN BRAZOS DE DIOS.
 
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
 
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
Ant. Si no volvéis a ser como niños, no
entraréis en el reino de los cielos.
 
Ant 3. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
 
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap. 4,
11; 5, 9-10. 12
 
Eres digno, Señor Dios nuestro, de
recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no
existía fue creado.
 
Eres digno de tomar el libro y abrir
sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y
nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
 
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la
sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la
alabanza.
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
 
LECTURA BREVE   1Pe 5, 1-4
 
A los presbíteros en esa comunidad, yo,
presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la
gloria que va a descubrirse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios a
vuestro cargo, gobernándolo, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios
quiere, no por sórdida ganancia, sino con generosidad, no como dominadores
sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y, cuando
aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.
 
RESPONSORIO BREVE
 
V. Éste es el que ama a sus hermanos,
el que ora mucho por su pueblo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos,
el que ora mucho por su pueblo.
 
V. El que entregó su vida por sus
hermanos.
R. El que ora mucho por su pueblo.
 
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos,
el que ora mucho por su pueblo.
 
CÁNTICO EVANGÉLICO
 
Ant. Te doy gracias, Cristo, pastor
bueno, porque has querido glorificarme; te suplico que las ovejas que pusiste a
mi cuidado participen conmigo eternamente de tu gloria.
 
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN
EL SEÑOR Lc 1, 46-55
 
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi
salvador;
porque ha mirado la humillación de su
esclava.
 
Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
 
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
 
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros
padres-
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
 
Ant. Te doy gracias, Cristo, pastor
bueno, porque has querido glorificarme; te suplico que las ovejas que pusiste a
mi cuidado participen conmigo eternamente de tu gloria.
 
PRECES
 
Glorifiquemos a Cristo, constituido
pontífice en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle
humildemente diciendo:
 
Salva a tu pueblo, Señor.
 
Tú que por medio de pastores santos y
eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los cristianos
resplandezcan por su virtud.
 
Tú que por la oración de los santos
pastores, que a semejanza de Moisés oraban por el pueblo, perdonaste los
pecados de tus fieles,
purifica y santifica también ahora a la
santa Iglesia por la intercesión de los santos.
 
Tú que de entre los fieles elegiste a
los santos pastores y, por tu Espíritu, los consagraste como ministros en bien
de sus hermanos,
llena también de tu Espíritu a todos
los pastores del pueblo de Dios.
 
Tú que fuiste la heredad de los santos
pastores,
no permitas que ninguno de los que
fueron adquiridos por tu sangre viva alejado de ti.
 
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
 
Tú que por medio de los pastores de la
Iglesia das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano,
salva a los difuntos, por quienes
entregaste tu vida.
 
Digamos juntos la oración que Cristo
nos enseñó como modelo de toda oración:
 
Padre nuestro...
 
ORACION
 
Conserva en tu pueblo, Señor, el
espíritu que animara a san Carlos Borromeo,obispo, para que tu Iglesia se
renueve siempre y, cada vez más transformada en Cristo, presente ante los
hombres una imagen auténtica de su Señor, Jesucristo, tu Hijo. Él, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
 
CONCLUSIÓN
 
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de
todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
