Lecturas
del Sábado de la XXV Semana del Tiempo Ordinario
27 Sep 2025
Primera Lectura
Lectura
de la profecía de Zacarías (2,5-9.14-15a):
Alcé
la vista y vi a un hombre con un cordel de medir. Pregunté: «¿Adónde vas?»
Me contestó: «A medir Jerusalén, para comprobar su anchura y longitud.»
Entonces se adelantó el ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al
encuentro, diciéndole: «Corre a decirle a aquel muchacho: "Por la multitud
de hombres y ganado que habrá, Jerusalén será ciudad abierta; yo la rodearé
como muralla de fuego y mi gloria estará en medio de ella –oráculo del
Señor–."»
«Alégrate y goza, hija de Sión, que yo vengo a habitar dentro de ti –oráculo
del Señor–. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos, y serán pueblo mío, y
habitaré en medio de ti.»
Palabra
de Dios
Salmo
Jr
31,10.11-12ab.13
R/. El Señor nos guardará como
un pastor a su rebaño
Escuchad,
pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño.» R/.
«Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/.
Lecturas
del Sábado de la XXV Semana del Tiempo Ordinario
27 Sep 2025
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (9,43b-45)*
En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus
discípulos: «Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a
entregar en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían
el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Pero
ellos no entendían lo que les decía; no lo comprendían y temían preguntarle
acerca de este asunto.)
*El lenguaje del sufrimiento siempre es difícil y
oscuro para mí, y no meda deseo de entenderlo, porque siempre quiero estar bien
y no me gusta el sufrimiento, me da miedo. Y sé que mis miedos están en las
cosas que siento que son mías, y las puedo perder. Se que la fe y la esperanza me
dicen que si tengo a Jesús lo tengo todo, que con Jesús soy un ganador. Entre
perder y dejar hay una gran diferencia. Perder es un resultado negativo donde
dejo de poseer algo que lo único que me hace es sufrir, en cambio (Dejar) es
una gracia que me permite soltar y abandonarme a una nueva oportunidad, a un
nuevo comienzo, puedo proponerme (Dejar) que sea el Señor quien guie mi vida.
La relación del Señor conmigo es un amor gratuito donde él, me ama
profundamente y yo pongo muy poco de mi parte. El Señor
quiere que me entregue a él, como él se entre para mí, y entregarme a él, me conviene
porque podré poner mis miedos en él, y él pone su esperanza en mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.