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miércoles, 3 de septiembre de 2025

LAS LECTURAS DEL JUEVES 4 DE SEPTIEMBRE 2025


 

Lecturas del Jueves de la XXII Semana del Tiempo Ordinario

04 Sep 2025

Primera Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (1,9-14):

 

Desde que nos enteramos de vuestra conducta, no dejamos de rezar a Dios por vosotros y de pedir que consigáis un conocimiento perfecto de su voluntad, con toda sabiduría e inteligencia espiritual. De esta manera, vuestra conducta será digna del Señor, agradándole en todo; fructificaréis en toda clase de obras buenas y aumentará vuestro conocimiento de Dios. El poder de su gloria os dará fuerza para soportar todo con paciencia y magnanimidad, con alegría, dando gracias al Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.

 

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 97,2-3ab.3cd-4.5-6

 

R/. El Señor da a conocer su victoria

 

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

 

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

 

Tocad la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.

 

Lecturas del Jueves de la XXII Semana del Tiempo Ordinario

04 Sep 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,1-11)*

 

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.»
Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.»
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.»
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.»
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

 

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

(«Dejándolo todo lo siguieron»). 

*Las palabras de Jesús nuestro maestro, son tan dulces y llenas de esperanzas que hasta los peses se acercaban a él para escucharlo. Y Jesús le pide a uno de sus discípulos a Pedro que reme un poco mar adentro y que tiren las redes, los discípulos que estaban agostado porque pasaron la noche bregando y no lograron pecar nada, le dice Pedro a Jesús en tu nombre echaremos las redes. Estas palabras de Pedro tienen una gran enseñanza para nosotros y es que cuando hacemos las cosas en nuestro esfuerzo, nos cansamos, nos fatigamos, nos da depresión, y al final no tenemos alegría estamos mal, pero cuando hacemos las cosas en él nombre de Jesús somos ganadore, somos bendecidos, y podemos compartir nuestras bendiciones con otros. Las palabras de Jesús son tan confortables y llenas de esperanzas que hasta los peses se acercan, se entregan y dejan atrapar por las redes y para servir de alimento para los demás. Esta palabra es una parábola para mí, porque me invita a que deje que la palabra del Señor, me acerque a él, con la finalidad de entregarme para beneficio de los demás*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.