*San
Juan María Vianney, Presbítero (Memoria*
Lecturas
del Lunes de la XVIII Semana del Tiempo Ordinario
04 Ago 2025
Primera Lectura
Lectura del libro de los Números (11,4b-15):
En aquellos días, los israelitas dijeron:
«¡Quién pudiera comer carne! Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis
en Egipto, y de los pepinos y melones y puerros y cebollas y ajos. Pero ahora
se nos quita el apetito de no ver más que maná.»
El maná se parecía a semilla de coriandro con color de bedelio; el pueblo se
dispersaba a recogerlo, lo molían en el molino o lo machacaban en el almirez,
lo cocían en la olla y hacían con ello hogazas que sabían a pan de aceite. Por
la noche caía el rocío en el campamento y, encima de él, el maná.
Moisés oyó cómo el pueblo, familia por familia, lloraba, cada uno a la entrada
de su tienda, provocando la ira del Señor; y disgustado, dijo al Señor: «¿Por
qué tratas mal a tu siervo y no le concedes tu favor, sino que le haces cargar
con todo este pueblo? ¿He concebido yo a todo este pueblo o lo he dado a luz,
para que me digas: Coge en brazos a este pueblo, como una nodriza a la
criatura, y llévalo a la tierra que prometí a sus padres»? ¿De dónde sacaré pan
para repartirlo a todo el pueblo? Vienen a mí llorando: «Danos de comer carne.»
Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues supera mis fuerzas. Si me
vas a tratar así, más vale que me hagas morir; concédeme este favor, y no
tendré que pasar tales penas.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 80,12-13.14-15.16-17
R/. Aclamad a Dios, nuestra fuerza
Mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos. R/.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
En un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios. R/.
Los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre. R/.
*San Juan María Vianney,
Presbítero (Memoria*
Lecturas
del Lunes de la XVIII Semana del Tiempo Ordinario
04 Ago 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Mateo (14,13-21)*
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la
muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y
apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al
desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos.
Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en
despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y
se compren de comer.»
Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.»
Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.»
Les dijo: «Traédmelos.»
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los
dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la
bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos
se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron
doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar
mujeres y niños.
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Y levantando los ojos al cielo, pronunció la
bendición).
*El Señor, podía hacer
el milagro sin mirar al cielo, pero este signo de mirar al cielo que hizo Jesús
el Gran Maestro es una enseñanza para mí, para que aprenda que, por encima de mí,
está Dios, el Dios que hizo el cielo y la tierra y todo lo que contiene. Cuando
sienta en mi vida, escasez, preocupación, incapacidad, cuando no ve soluciones
a mis problemas, que al mirar al cielo sepa que hay un Dios que está pendiente
de mí, y en él, siempre encontrare seguridad, él es abundancia, él es solución,
él es mi garantía. La buena noticia es que yo también puedo mirar al cielo y
abrir mis brazos para veré la grandeza de mi Señor. Que bueno es saber que
cuando miro al cielo y abro mis brazos a Dios, el me acoge como hijo, y nunca
me dejara marchar de su presencia, sin haberme saciado de todo lo bueno que
sale de él*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.