Musica Para el Alma

viernes, 7 de marzo de 2025

LAS LECTURAS DEL SABADO 8 DE MARZO 2025


 

Lecturas y Evangelio del  Sábado después de Ceniza

08 Mar 2025

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías (58,9b-14):

 

Esto dice el Señor:
«Cuando alejes de ti la opresión,
el dedo acusador y la calumnia,
cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo
y sacies al alma afligida,
brillará tu luz en las tinieblas,
tu oscuridad como el mediodía.
El Señor te guiará siempre,
hartará tu alma en tierra abrasada,
dará vigor a tus huesos.
Serás un huerto bien regado,
un manantial de aguas que no engañan.
Tu gente reconstruirá las ruinas antiguas,
volverás a levantar los cimientos de otros tiempos;
te llamarán “reparador de brechas”,
“restaurador de senderos”,
para hacer habitable el país.
Si detienes tus pasos el sábado,
para no hacer negocios en mi día santo,
y llamas al sábado “mi delicia”
y lo consagras a la gloria del Señor;
si lo honras, evitando viajes,
dejando de hacer tus negocios y de discutir tus asuntos,
entonces encontrarás tu delicia en el Señor.
Te conduciré sobre las alturas del país
y gozarás del patrimonio de Jacob, tu padre.
Ha hablado la boca del Señor».

 

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 85,1-2.3-4.5-6

 

R/. Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad

 

V/. Inclina tu oído, Señor, escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva, Dios mío, a tu siervo, que confía en ti. R/.

 

V/. Piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti, Señor. R/.

 

V/. Porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica. R/.

 

Lecturas y Evangelio del  Sábado después de Ceniza

08 Mar 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,27-32)*

 

En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y sus escribas diciendo a los discípulos de Jesús:
«¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?»
Jesús les respondió:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».

 

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

«Sígueme».

*Voy a tratar de que esta escena se vuelva viva para mí, imaginándome que Jesús llega donde mi ahora; se detiene frente a mí, pronuncia mi nombre, con amor, y dice: “Sígueme!” ¿Qué le puede suceder a mi corazón y cómo responderé? ¿Lo invito a mi casa al menos por una simple cena, o a una buena taza de té? Cada vez que me encuentro con el Señor en oración, soy invitado a acercarme más a Él. La oración es un encuentro con Dios: si no es así, será tan solo muchas palabras en el vacío, no importa cuán cristiano me sienta. A menudo sólo parecerá un encuentro en silencio; pero eso es suficiente, pues el silencio divino no significa ausencia divina. Dios es la presencia que me abraza en su amor*

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.