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miércoles, 15 de enero de 2025

LAS LECTURAS DEL JUEVES 16 DE ENERO 2025


 

Lecturas del Jueves de la I Semana del Tiempo Ordinario

16 Ene 2025

Primera Lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (3,7-14):

 

Hermanos:
Dice el Espíritu Santo:
«Si escucháis hoy su voz,
no endurezcáis vuestros corazones
como cuando la rebelión,
en el día de la prueba en el desierto,
cuando me pusieron a prueba vuestros padres, y me provocaron,
a pesar de haber visto mis obras
cuarenta años. Por eso me indigné contra aquella generación y dije: Siempre tienen el corazón extraviado; no reconocieron mis caminos,
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso».
¡Atención, hermanos! Que ninguno de vosotros tenga un corazón malo e incrédulo, que lo lleve a desertar del Dios vivo.
Animaos, por el contrario, los unos a los otros, cada día, mientras dure este “hoy”, para que ninguno de vosotros se endurezca, engañado por el pecado.
En efecto, somos partícipes de Cristo si conservamos firme hasta el final la actitud del principio.

 

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 94,6-7.8-9.10-11

 

R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».

 

V/. Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R/.

 

V/. Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras». R/.

 

V/. Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
«Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso». R/.

 

Lecturas del Jueves de la I Semana del Tiempo Ordinario

16 Ene 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,40-45)*

 

En aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
«Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo:
«Quiero: queda limpio».
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente:
«No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.

 

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

Se acerca al Señor un leproso, suplicándole de rodillas: Si quieres, puedes limpiarme. Extendió la mano y lo tocó

 *En esta palabra hay un desprendimiento de amor de parte de Jesús. Estoy invitado y llamado a reconocer cuales son mis lepras. El Señor está dispuesto ayudarme si le digo: Señor, Si quieres, puedes limpiarme. El Señor traspasa todos los límites conmigo, no sólo me quiere sanar, sino que también desea extender su mano para tocarme, para purificar en mi todo lo que no está bien. El Señor no se contamina con mi lepra, es todo lo contrario es mi lepra la que queda santificada, curada y limpiada cuando el Señor me toca. El Señor no siente asco, ni se avergüenza de mí. El Señor, me quiere sanar para que sea un testigo fiel y pueda dar testimonio de cómo y de qué manera él está obrando en mí*     

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.