Lectura del miércoles de la II
semana de Adviento
11 Dic 2024
Primera Lectura
Lectura
del libro de Isaías (40,25-31):
«¿Con
quién podréis compararme,
quién es semejante a mi?», dice el Santo.
Alzad los ojos a lo alto y mirad:
¿quién creó esto?
Es él, que despliega su ejército al completo
y a cada uno convoca por su nombre.
Ante su grandioso poder, y su robusta fuerza,
ninguno falta a su llamada.
¿Por qué andas diciendo, Jacob,
y por qué murmuras, Israel:
«Al Señor no le importa mi destino,
mi Dios pasa por alto mis derechos»?
¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído?
El Señor es un Dios eterno
que ha creado los confines de la tierra.
No se cansa, no se fatiga,
es insondable su inteligencia.
Fortalece a quien está cansado,
acrecienta el vigor del exhausto.
Se cansan los muchachos, se fatigan,
los jóvenes tropiezan y vacilan;
pero los que esperan en el Señor
renuevan sus fuerzas,
echan alas como las águilas,
corren y no se fatigan,
caminan y no se cansan.
Palabra
de Dios
Salmo
Sal
102,1-2.3-4.8.10
R/. Bendice, alma mía, al Señor
V/.
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
V/.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura. R/.
V/.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestro pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.
Lectura del miércoles de la II
semana de Adviento
11 Dic 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (11,28-30)*
En
aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es
llevadero y mi carga ligera».
Palabra
del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Venid
a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso)
*Siento dentro de mí que el Señor,
abre de par en par, las puertas de su corazón. Un corazón lleno de amor y de
misericordia. Estás palabras sólo pueden tener sentido, si me siento fatigado y
sobrecargado, ese es el boleto de entrada, para poderme acercar al corazón del
Señor. El Señor conoce todas las intranquilidades que hay dentro de mí, porque
vivo muchas veces en el esfuerzo humano, y esto me produce desaliento,
desanimo, cada vez que veo mi esfuerzo tirado por tierra. Pero el Señor me abre
hoy las puertas de su corazón para que, aprenda a descansar en él, en su amor y
en su misericordia*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.