*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*JUEVES
SEMANA II*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Entrad en la presencia del Señor
con aclamaciones.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entrad en la presencia del Señor
con aclamaciones.
Himno: SEÑOR, TÚ ME LLAMASTE.
Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para anunciar la buena nueva,
para sanar las almas.
Instrumento de paz y de justicia,
pregonero de todas tus palabras,
agua para calmar la sed hiriente,
mano que bendice y que ama.
Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar, en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.
Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres
que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras,
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos.
Salmo 79 - VEN A VISITAR TU VIÑA
Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como a un rebaño;
tú que te sientas sobre querubines, resplandece
ante Efraím, Benjamín y Manasés;
despierta tu poder y ven a salvarnos.
¡Oh Dios!, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Señor Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo estarás airado
mientras tu pueblo te suplica?
Le diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se burlan de nosotros.
Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;
le preparaste el terreno y echó raíces
hasta llenar el país;
su sombra cubría las montañas,
y sus pámpanos, los cedros altísimos;
extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río.
¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas?
Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
La han talado y le han prendido fuego:
con un bramido hazlos perecer.
Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despierta tu poder, Señor, y ven a
salvarnos.
Ant 2. Anunciad a toda la tierra que el
señor hizo proezas.
Cántico: ACCION DE GRACIAS DEL PUEBLO SALVADO - Is 12, 1-6
Te doy gracias, Señor,
porque estabas airado contra mí,
pero ha cesado tu ira
y me has consolado.
Él es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
Aquel día, diréis:
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
Tañed para el Señor, que hizo proezas;
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«¡Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel!».
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Anunciad a toda la tierra que el
señor hizo proezas.
Ant 3. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
Salmo 80 - SOLEMNE RENOVACIÓN DE LA ALIANZA
Aclamad a Dios, nuestra fuerza;
dad vítores al Dios de Jacob:
acompañad, tocad los panderos,
las cítaras templadas y las arpas;
tocad la trompeta por la luna nueva,
por la luna llena, que es nuestra fiesta;
porque es una ley de Israel,
un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para José
al salir de Egipto.
Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré,
te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel!
No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto;
abre tu boca y yo la saciaré.
Pero mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios;
los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
LECTURA BREVE Rm 14, 17-19
El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el
Espíritu Santo, pues el que en esto sirve a Cristo es grato a Dios y acepto a
los hombres. Por tanto, trabajemos por la paz y por nuestra mutua edificación.
RESPONSORIO BREVE
V. Velando medito en ti, Señor.
R. Velando medito en ti, Señor.
V. Porque fuiste mi auxilio.
R. Medito en ti, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Velando medito en ti, Señor.
V. Señor, ¿a quién vamos a
ir?
R. Tú tienes palabras de
vida eterna.
PRIMERA LECTURA
Del libro de la Sabiduría 5, 1-24
LOS HOMBRES IMPÍOS SON CONDENADOS POR DIOS
El justo estará en pie sin
temor, en presencia de los que lo afligieron y despreciaron sus trabajos. Ellos
al verlo se estremecerán de pavor, atónitos ante la salvación imprevista; dirán
entre sí, arrepentidos, entre sollozos de angustia:
«Éste es aquel de quien un
día nos reíamos con coplas injuriosas, nosotros insensatos; su vida nos pareció
una locura, su muerte una deshonra. ¿Cómo ahora lo cuentan entre los hijos de
Dios y comparte la herencia con los santos?
Luego, equivocamos el camino
de la verdad; la luz de la justicia no nos alumbró, no salió el sol para
nosotros. Nos hartamos de andar por sendas de impiedad y perdición, atravesamos
desiertos intransitables; pero el camino del Señor no lo conocimos.
¿De qué nos sirvió nuestro
orgullo? ¿De qué la riqueza y la jactancia? Todo aquello pasó como una sombra,
como noticia que va corriendo; como nave que rompe el mar agitado, y no es
posible descubrir la huella de su paso ni la estela de su quilla en las olas;
como pájaro que volando atraviesa el aire, y de su vuelo no se encuentra
vestigio alguno: moviendo sus remos golpea el aire ligero, lo corta con agudo
silbido, se abre camino batiendo las alas y después no se descubre señal de su
paso; como flecha disparada al blanco: el aire hendido refluye al instante
sobre sí y no se sabe el camino que la flecha siguió.
Lo mismo nosotros: apenas
nacidos, dejamos de existir, y no podemos mostrar vestigio alguno de virtud;
nos consumimos en nuestra maldad.»
En efecto, la esperanza del
impío es como brizna llevada por el viento, como espuma ligera arrebatada por
el huracán, como humo disipado por el viento; se desvanece como el recuerdo del
huésped de un día. Los justos, en cambio, viven eternamente, reciben de Dios su
recompensa, el Altísimo cuida de ellos. Recibirán la noble corona, la rica
diadema de manos del Señor; con su diestra los cubrirá, con su brazo izquierdo
los escudará.
Tomará la armadura de su
celo y armará a la creación para vengarse de sus enemigos; vestirá la coraza de
la justicia, se pondrá como casco un juicio insobornable; empuñará como escudo
su santidad inexpugnable; afilará la espada de su ira implacable y el universo
peleará a su lado contra los insensatos. Saldrán certeras ráfagas de rayos del
arco bien tenso de las nubes y volarán hacia el blanco; la catapulta de su ira
lanzará espeso pedrisco; las aguas del mar se embravecerán contra ellos, los
ríos los anegarán sin piedad; se levantará contra ellos su aliento poderoso que
los aventará como un huracán; la iniquidad arrasará toda la tierra y los
crímenes derrocarán los tronos de los soberanos.
RESPONSORIO 1Jn 3, 7. 8. 10
R. Que nadie os engañe.
Quien obra la justicia es justo. * Quien comete el pecado es del diablo, pues
el diablo peca desde el principio.
V. En esto se reconocen los
hijos de Dios y los del diablo.
R. Quien comete el pecado es
del diablo, pues el diablo peca desde el principio.
SEGUNDA LECTURA
De las Disertaciones de san Atanasio, obispo, Contra los arrianos.
(Disertación 2, 78. 79: PG 26, 311. 314)
LAS OBRAS DE LA CREACIÓN REFLEJO DE LA SABIDURÍA ETERNA
En nosotros y en todos los
seres hay una imagen creada de la Sabiduría eterna. Por ello, no sin razón, el
que es la verdadera Sabiduría de quien todo procede, contemplando en las
creaturas como una imagen de su propio ser exclama: El Señor me creó al
comienzo de sus obras. En efecto, el Señor considera toda la sabiduría que hay
y se manifiesta en nosotros como algo que pertenece a su propio ser.
Pero esto no porque el
Creador de todas las cosas sea él mismo creado, sino porque él contempla en sus
creaturas como una imagen creada de su propio ser. Ésta es la razón por la que
afirmó también el Señor: El que a vosotros recibe a mí me recibe, pues aunque él
no forma parte de la creación, sin embargo en las obras de sus manos hay como
una impronta y una imagen de su mismo ser, y por ello, como si se tratara de sí
mismo, afirma: El Señor me creó al principio de sus tareas, al comienzo de sus
obras.
Por esta razón precisamente
la impronta de la sabiduría divina ha quedado impresa en las obras de la
creación para que el mundo, reconociendo en esta sabiduría al Verbo, su
Creador, llegue por él al conocimiento del Padre. Es esto lo que enseña el
apóstol san Pablo: Son manifiestas a ellos las verdades que se pueden conocer
acerca de Dios. Bien claro se las manifestó él. Así, desde la creación del
mundo, lo invisible de Dios es conocido mediante las obras. Por esto, el Verbo,
en cuanto tal, de ninguna manera es creatura, sino el arquetipo de aquella
sabiduría de la cual se afirma que existe y que está realmente en nosotros.
Los que no quieren admitir
lo que decimos deben responder a esta pregunta: ¿existe o no alguna clase de
sabiduría en las creaturas? Si nos dicen que no existe, ¿por qué arguye san
Pablo diciendo que, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el
camino de la sabiduría? Y si no existe ninguna sabiduría en las creaturas,
¿cómo es que la Escritura alude a tan gran número de sabios? Pues en ella se
afirma: El sabio, lleno de temor, se aparta del mal y con sabiduría edifica su
casa.
Y dice también el
Eclesiastés: La sabiduría del hombre hace brillar su rostro; y el mismo autor
increpa a los temerarios con estas palabras: No digas: ¿cómo es que el tiempo
pasado fue mejor que el presente? Pues no es de sabios preguntar sobre ello.
Que exista la sabiduría en
las cosas creadas queda patente también por las palabras del hijo de Sirac: La
derramó sobre todas sus obras, la repartió entre los vivientes, según su
generosidad, la regaló a los que lo aman; pero esta efusión de sabiduría no se
refiere, en manera alguna, al que es la misma Sabiduría por naturaleza, el cual
existe en sí mismo y es el Unigénito, sino más bien a aquella sabiduría que aparece
como su reflejo en las obras de la creación. ¿Por qué, pues, vamos a pensar que
es imposible que la misma Sabiduría creadora, cuyos reflejos constituyen la
sabiduría y la ciencia derramadas en la creación, diga de sí misma: El Señor me
creó al comienzo de sus obras? No hay que decir, sin embargo, que la sabiduría
que hay en el mundo sea creadora; ella, por el contrario, ha sido creada, según
aquello del salmo: El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona
la obra de sus manos.
RESPONSORIO Sb 7, 22. 23; 1Co 2, 10
R. Hay en la sabiduría un
espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, perspicaz, amante del
bien, incoercible, firme, seguro, sereno; * él todo lo puede, todo lo observa,
penetra todos los espíritus.
V. El Espíritu todo lo
penetra, hasta la profundidad de Dios.
R. Él todo lo puede, todo lo
observa, penetra todos los espíritus.
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(13,31-35)*
En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: «Márchate de aquí,
porque Herodes quiere matarte.»
Él contestó: «ld a decirle a ese zorro: "Hoy y mañana seguiré curando y
echando demonios; pasado mañana llego a mi término." Pero hoy y mañana y
pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de
Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que
se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca
reúne a sus pollitos bajo las alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os
quedará vacía. Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis:
"Bendito el que viene en nombre del Señor."»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Anuncia, Señor, la salvación a tu pueblo y perdónanos nuestros
pecados.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Anuncia, Señor, la salvación a tu
pueblo y perdónanos nuestros pecados.
PRECES
Bendigamos a Dios, nuestro Padre, que mira siempre con amor a sus
hijos y nunca desatiende sus súplicas, y digámosle con humildad:
Ilumínanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, porque nos has iluminado con la luz de Jesucristo;
que esta claridad ilumine hoy todos nuestros actos.
Que tu sabiduría nos dirija en nuestra jornada;
así andaremos por sendas de vida nueva.
Ayúdanos a superar con fortaleza las adversidades
y haz que te sirvamos con generosidad de espíritu.
Dirige y santifica los pensamientos, palabras y obras de nuestro día
y danos un espíritu dócil a tus inspiraciones.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos ahora, todos juntos, nuestra oración al Padre y digámosle:
Padre nuestro...
ORACION
A ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda
luz, te pedimos humildemente que meditando fielmente tu palabra vivamos siempre
en la claridad de tu luz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
JUEVES SEMANA
II
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: CUANDO LA LUZ SE HACE VAGA
Cuando la luz se hace vaga
y está cayendo la tarde,
venimos a ti, Señor,
para cantar tus bondades.
Los pájaros se despiden
piadosamente en los árboles,
y buscan calor de nido
y blandura de plumajes.
Así vuelven fatigados
los hombres a sus hogares,
cargando sus ilusiones
o escondiendo sus maldades.
Quieren olvidar la máquina,
olvidar sus vanidades;
descansar de tanto ruido
y morir a sus pesares.
Ya todo pide silencio,
se anuncia la noche amable:
convierte, Padre, sus penas
en abundancia de panes.
Alivie tu mano pródiga,
tu mano buena de Padre,
el cansancio de sus cuerpos,
sus codicias y sus males. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el
fin de la tierra.
Salmo 71 I - PODER REAL DEL MESÍAS
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.
Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre
y quebrante al explotador.
Que dure tanto como el sol,
como la luna, de edad en edad;
que baje como lluvia sobre el césped,
como llovizna que empapa la tierra.
Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna.
Que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.
Que en su presencia se inclinen sus rivales;
que sus enemigos muerdan el polvo;
que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te hago luz de las naciones, para
que seas mi salvación hasta el fin de la tierra.
Ant 2. Socorrerá el Señor a los hijos del
pobre; rescatará sus vidas de la violencia.
Salmo 71 II
Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres;
él rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre será preciosa a sus ojos.
Que viva y que le traigan el oro de Saba;
él intercederá por el pobre
y lo bendecirá.
Que haya trigo abundante en los campos,
y ondee en lo alto de los montes,
den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como hierba del campo.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso,
que su gloria llene la tierra.
¡Amén, amén!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Socorrerá el Señor a los hijos del
pobre; rescatará sus vidas de la violencia.
Ant 3. Ahora se estableció la salud y el
reinado de nuestro Dios.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ahora se estableció la salud y el
reinado de nuestro Dios.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 22-23
Por la obediencia a la verdad habéis purificado vuestras almas para un amor
fraternal no fingido; amaos, pues, con intensidad y muy cordialmente unos a
otros, como quienes han sido engendrados no de semilla corruptible, sino
incorruptible, por la palabra viva y permanente de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor es mi pastor, nada me falta.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
V. En verdes praderas me hace recostar.
R. Nada me falta.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. A los que tienen hambre de ser justos el Señor los colma de
bienes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+ Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A los que tienen hambre de ser
justos el Señor los colma de bienes.
PRECES
Elevemos a Dios nuestros corazones agradecidos porque ha bendecido
a su pueblo con toda clase de bienes espirituales y digámosle con fe:
Bendice, Señor, a tu pueblo.
Dios todopoderoso y lleno de misericordia, protege al Papa Francisco y a
nuestro obispo N.,
que tú mismo has elegido para guiar a la Iglesia.
Protege, Señor, a nuestros pueblos y ciudades
y aleja de ellos todo mal.
Multiplica como renuevos de olivo alrededor de tu mesa hijos que se consagren a
tu reino,
siguiendo a Jesucristo en pobreza, castidad y obediencia.
Conserva el propósito de aquellas de tus hijas que han consagrado a ti su
virginidad,
para que, en la integridad de su cuerpo y de su espíritu, sigan al cordero
donde quiera que vaya.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Da la paz a los difuntos
y permítenos encontrarlos nuevamente un día en tu reino.
Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, acudamos con confianza
a nuestro Padre:
Padre nuestro...
ORACION
Al ofrecerte, Señor, nuestro sacrificio vespertino de alabanza, te
pedimos humildemente que, meditando día y noche en tu palabra, consigamos un
día la luz y el premio de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.