*Lecturas
del Domingo 3º de Pascua - Ciclo B*
Domingo,
14 de abril de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (24,35-48)*
35 Ellos, por su parte, contaron lo
que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.
36 Estaban hablando de estas cosas,
cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.»
37 Sobresaltados y asustados,
creían ver un espíritu.
38 Pero él les dijo: « ¿Por qué os
turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón?
39 Mirad mis manos y mis pies; soy
yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que
yo tengo.»
40 Y, diciendo esto, les mostró las
manos y los pies.
41 Como ellos no acabasen de
creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: « ¿Tenéis aquí
algo de comer?»
42 Ellos le ofrecieron parte de un
pez asado.
43 Lo tomó y comió delante de
ellos.
44 Después les dijo: «Estas son
aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros:
"Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés,
en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."»
45 Y, entonces, abrió sus
inteligencias para que comprendieran las Escrituras,
46 y les dijo: «Así está escrito
que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día
47 y se predicara en su nombre la
conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde
Jerusalén.
48 Vosotros sois testigos de estas
cosas.
Palabra
del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Mientras
conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con
ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo »).
*Estos discípulos caminaban a su vida de ante, regresaban
a su pueblo sintiéndose derrotado, sin esperanza, como si el fin llego. En
algunas ocasiones me he sentido también así, cuando algún plan o algún proyecto
no se me da, cuando he pedido la salud mía o de una persona a la que quiero
mucho o la de un familiar, y le pido, y le pido al Señor, con insistencia que
me conceda eso, que para mí es sumamente importante, regreso discutiendo y
porque esto y porque lo otro, y en medio de mi discutir me lleno, de odio, de
rabia y fluye en mi como un torrente de agua, la desesperanza, la angustia, y
mis ojos se llenan de oscuridad y no veo al Señor y él está a mi lado,
queriendo hablarme. Por eso es bueno el silencio porque es ahí donde el Señor
aprovecha para hablarme*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.