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lunes, 8 de abril de 2024

LAS LECTURAS DEL MARTES 9 DE ABRIL 2024


 

*Lecturas del Martes de la 2ª semana de Pascua*

Martes, 9 de abril de 2024

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (4,32-37):

EL grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común.
Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba a todos con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía a cada uno según lo que necesitaba.
José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa hijo de la consolación, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 92,1ab.1c-2.5

R/.
 El Señor reina, vestido de majestad

El Señor reina, vestido de majestad;
el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.

Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R/.

Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R/.

 

*Lecturas del Martes de la 2ª semana de Pascua*

Martes, 9 de abril de 2024

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Juan (3,5a.7b-15)*

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu».
Nicodemo le preguntó:
«¿Cómo puede suceder eso?».
Le contestó Jesús:
«¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo: hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de las cosas celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna».

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

(Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre). 

*Esta palabra para mí, está cargada de esperanza y al mismo tiempo está llena de una sabiduría y una pedagogía increíble y muy cierta. El Señor pone dentro de mí una esperanza muy especial. El Señor, quiere hacerme entender que para él, nada hay imposible. Si mi alma y todo mi ser tienen deseo de él. Puedo encontrar muy dentro de mí las fuerzas necesarias para ponerme a su disposición para lo que sea. El Señor me regala algunas herramientas muy especiales, para que no permita a las dificultades y a la duda que se apropien de la vida, y no tengan nunca el poder de tocar: mi corazón, mi alma, mis pensamientos y mi mente. Me dice que él, bajo del cielo por mí, porque me ama con un amor especial*. 

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.