*Lecturas del Jueves de la Octava de Pascua*
Jueves, 4 de abril de 2024
Primera
lectura
Lectura
del libro de los Hechos de los apóstoles (3,11-26):
En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan,
todo el pueblo, asombrado, acudió corriendo al pórtico llamado de Salomón,
donde estaban ellos.
Al verlo, Pedro dirigió la palabra a la gente:
«Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto? ¿Por qué nos miráis como si
hubiéramos hecho andar a este con nuestro propio poder o virtud? El Dios de
Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su
siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y de quien renegasteis ante Pilato,
cuando había decidido soltarlo.
Vosotros renegasteis del Santo y del Justo, y pedisteis el indulto de un
asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios Jo resucitó de entre los
muertos, y nosotros somos testigos de ello.
Por la fe en su nombre, este, que veis aquí y que conocéis, ha recobrado el
vigor por medio de su nombre; la fe que viene por medio de él le ha restituido
completamente la salud, a la vista de todos vosotros.
Ahora bien, hermanos, sé que Jo hicisteis por ignorancia, al igual que vuestras
autoridades; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los
profetas, que su Mesías tenía que padecer.
Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; para
que vengan tiempos de consuelo de parte de Dios, y envíe a Jesús, el Mesías que
os estaba destinado, al que debe recibir el cielo hasta el tiempo de la
restauración universal, de la que Dios habló desde antiguo por boca de sus
santos profetas.
Moisés dijo: “El Señor Dios vuestro hará surgir de entre vuestros hermanos un
profeta como yo: escuchadle todo lo que os diga; y quien no escuche a ese
profeta será excluido del pueblo”. Y, desde Samuel en adelante, todos los
profetas que hablaron anunciaron también estos días.
Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios
con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: “En tu descendencia serán
bendecidas todas las familias de la tierra”. Dios resucitó a su Siervo y os lo
envía en primer lugar a vosotros para que os traiga la bendición, apartándoos a
cada uno de vuestras maldades».
Palabra de Dios
Salmo
Sal
8,2a.5.6-7.8-9
R/. Señor,
dueño nuestro
¡que admirable es tu nombre en toda la tierra!
Señor, Dios nuestro,
¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el ser humano, para mirar por él? R/.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos.
Todo lo sometiste bajo sus pies. R/.
Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R/.
Secuencia
(Opcional)
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
*Lecturas del Jueves de la Octava de Pascua*
Jueves, 4 de abril de 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (24,35-48)*
En aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasado por
el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les
dice:
«Paz a vosotros».
Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu.
Y él les dijo:
«¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis
manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un espíritu
no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo».
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero como no acababan de creer por
la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
«¿Tenéis ahí algo de comer?».
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.
Y les dijo:
«Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se
cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca
de mí».
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.
Y les dijo:
«Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al
tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los
pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos
de esto».
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(¿Por
qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón?)
*Esta pregunta que hace Jesús ¿por
qué surgen dudas en vuestro corazón? Esta pregunta es una invitación para que
podamos descansar. Jesús sabe que cuando somos visitados por la duda, se aleja
de nosotros la paz, y como se aleja la paz, entonces somos invadidos por los
grandes temores del miedo. Jesús nos invita a no alarmarnos, a no dar
oportunidad, a no ceder especio, ni lugar a la duda, de que pueda entrar en
nuestros corazones. Hay una forma donde podemos combatir y recibir ayuda; esa
ayuda la podemos encontrar y la podemos recibir en la contemplación, tenemos oportunidad de poder ver sus manos, sus
pies y su costado, usando una jaculatoria: ("Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo
entero.") El Señor no quiere que entre la duda
en nuestros corazones, él necesita que seamos testigos auténticos de su amor, porque
él está vivo y vive dentro de nosotros, y llenos de seguridad y de alegría podamos
gritar “Cristo ha Resucitado Aleluya, Aleluya*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.