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sábado, 10 de febrero de 2024

LAS LECTURAS DEL DOMINGO 11 DE FEBRERO 2024


 

*Lecturas del Domingo 6º del Tiempo Ordinario - Ciclo B*

Domingo, 11 de febrero de 2024

Primera lectura

Lectura del libro del Levítico (13,1-2.44-46):

El Señor dijo a Moisés y a Aarón: «Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel, y se le produzca la lepra, será llevado ante Aarón, el sacerdote, o cualquiera de sus hijos sacerdotes. Se trata de un hombre con lepra: es impuro. El sacerdote lo declarará impuro de lepra en la cabeza. El que haya sido declarado enfermo de lepra andará harapiento y despeinado, con la barba tapada y gritando: "¡Impuro, impuro!" Mientras le dure la afección, seguirá impuro; vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento.»

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 31,1-2.5.11

R/.
 Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación

Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito. R/.

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R/.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo, los de corazón sincero. R/.

 

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (10,31–11,1):

Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios. No deis motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de Dios, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.

Palabra de Dios

 

*Lecturas del Domingo 6º del Tiempo Ordinario - Ciclo B*

Domingo, 11 de febrero de 2024

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,40-45)*

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.»
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.»
La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.»
Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

Se acerca al Señor un leproso, suplicándole de rodillas: Si quieres, puedes limpiarme. Extendió la mano y lo tocó

 *En esta palabra hay un desprendimiento de amor de parte del Señor. Estoy invitado y llamado a reconocer cual es mi lepra. El Señor está dispuesto a extender su mano y ayudarme: Lo mejor que me pueda pasar es que yo pueda decir: Señor, Si quieres, puedes limpiarme. El Señor traspasa todos los límites conmigo, no sólo me quiere sanar, sino que también me recibe para estar cerca de él, porque él, no siente asco, ni se avergüenza de mí. El Señor, me llama para que pueda ser un testigo fiel y pueda dar testimonio de cómo y de qué manera él, está obrando en mí*     

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.