*Lecturas del Domingo 32º
del Tiempo Ordinario - Ciclo A*
Domingo, 12 de noviembre de 2023
Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (6,12-16):
La sabiduría es radiante e inmarcesible, la ven fácilmente los que la aman, y
la encuentran los que la buscan; ella misma se da a conocer a los que la
desean. Quien madruga por ella no se cansa: la encuentra sentada a la puerta.
Meditar en ella es prudencia consumada, el que vela por ella pronto se ve libre
de preocupaciones; ella misma va de un lado a otro buscando a los que la
merecen; los aborda benigna por los caminos y les sale al paso en cada
pensamiento.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 62,2.3-4.5-6.7-8
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansía de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas
canto con júbilo. R/.
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a
los Tesalonicenses (4,13-17):
No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como
los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado,
del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con
él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos
y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos. Pues él
mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la
trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en
primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con
ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre
con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.
Palabra de Dios
*Lecturas del Domingo 32º
del Tiempo Ordinario - Ciclo A*
Domingo,
12 de noviembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(25,1-13)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el
reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a
esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las
necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se
llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño
a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el
esposo, salid a recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas
doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las
sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las
lámparas." Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay
bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo
compréis." Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban
preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más
tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor,
ábrenos." Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco." Por
tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Cinco
de ellas eran necias y cinco eran sensatas»)
*Sé que tengo cosas dentro de mí que son necias,
pero también tengo dentro de mi hay cosas que son muy prudente. Las cosas
necias que tengo las puedo reconocer, porque son cosas que me empujan a hablar
mal de otras personas, son cosas que me hacen tener malos pensamientos, son
cosas que me hacen ver al otro como una persona mala, son cosas que al final me
hacen sufrir. Pero también tengo cosas buenas, entre ellas el deseo de buscar
al Señor. La buena noticia para mí es, que el Señor, quiere enseñar mi pobre
oído a escuchar el sonido dulcísimo de su palabra, que en medio del sueño, en
medio de la noche de mis tinieblas, hay una pequeña luz siempre encendida
dentro de mí, para que tenga el deseo, de despertar a una vida nueva, con deseo
de hacer la voluntad del Señor*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.