*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO VIERNES DE LA SEMANA XXXII*
Del Común de santas mujeres: para los santos que se distinguieron por el
ejercicio de las obras de misericordia. Salterio IV
17 de noviembre
*SANTA ISABEL DE HUNGRÍA. (MEMORIA)*.
Era hija de Andrés, rey de Hungría, y nació el año 1207; siendo aún niña, fue
dada en matrimonio a Luis, Landgrave de Turingia, del que tuvo tres hijos.
Vivía entregada a la meditación de las cosas celestiales y, después de la
muerte de su esposo, abrazó la pobreza y erigió un hospital en el que ella
misma servía a los enfermos. Murió en Marburgo el año 1231.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, aclamemos
al Dios admirable en sus santos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, aclamemos
al Dios admirable en sus santos.
Himno: FINÍSIMO FUE EL LINO CON QUE ELLA.
Finísimo fue el lino con que ella
fue tejiendo, a lo largo de su vida,
esa historia de amor que la hace bella
a los ojos de Dios y bendecida.
Supo trenzar con tino los amores
del cielo y de la tierra, y santamente
hizo altar del telar de sus labores,
oración desgranada lentamente.
Flor virgen, florecida en amor santo,
llenó el hogar de paz y joven vida,
su dulce fortaleza fue su encanto,
la fuerza de su amor la fe vivida.
Una escuela de fe fue su regazo,
todos fueron dichosos a su vera,
su muerte en el Señor fue un tierno abrazo,
su vida será eterna primavera. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con
Espíritu firme.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oh Dios, crea en mí un corazón
puro, renuévame por dentro con Espíritu firme.
Ant 2. Alégrate, Jerusalén, porque en ti
serán congregados todos los pueblos.
Cántico: ACCIÓN DE GRACIAS POR LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO - Tb 13,
10-15. 17-19
Anuncien todos los pueblos sus maravillas
y alábenle sus elegidos en Jerusalén,
la ciudad del Santo;
por las obras de tus hijos te azotará,
pero de nuevo se compadecerá
de los hijos de los justos.
Confiesa dignamente al Señor
y bendice al Rey de los siglos,
para que de nuevo sea en ti
edificado su tabernáculo con alegría,
para que alegre en ti a los cautivos
y muestre en ti su amor hacia los desdichados,
por todas las generaciones y generaciones.
Brillarás cual luz de lámpara
y todos los confines de la tierra vendrán a ti.
Pueblos numerosos vendrán de lejos
al nombre del Señor, nuestro Dios,
trayendo ofrendas en sus manos,
ofrendas para el rey del cielo.
Las generaciones de las generaciones
exultarán en ti.
Y benditos para siempre todos los que te aman.
Alégrate y salta de gozo por los hijos de los justos,
que serán congregados,
y al Señor de los justos bendecirán.
Dichosos los que te aman;
en tu paz se alegrarán.
Dichosos cuantos se entristecieron por tus azotes,
pues en ti se alegrarán
contemplando toda tu gloria,
y se regocijarán para siempre.
Bendice, alma mía, a Dios, rey grande,
porque Jerusalén con zafiros y esmeraldas
será reedificada,
con piedras preciosas sus muros
y con oro puro sus torres y sus almenas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alégrate, Jerusalén, porque en ti
serán congregados todos los pueblos.
Ant 3. Sión, alaba a tu Dios, que envía su
mensaje a la tierra.
Salmo 147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sión, alaba a tu Dios, que envía su
mensaje a la tierra.
LECTURA BREVE Rm 12, 1-2
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como
hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os
ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para
que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo
perfecto.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios la socorre al despuntar la aurora.
R. Dios la socorre al despuntar la aurora.
V. Teniendo a Dios en medio no vacila.
R. Al despuntar la aurora.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios la socorre al despuntar la aurora.
V. Hijo
mío, haz caso de mi sabiduría.
R. Presta oído a mi inteligencia.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Ezequiel 13, 1-16
ORÁCULO CONTRA LOS FALSOS PROFETAS
En aquellos días, el Señor me dirigió la palabra y
me dijo:
«Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel, profetiza
diciéndoles: Escuchad la palabra del Señor. Esto dice el Señor:
¡Ay de los profetas necios que se inventan profecías, cosas que nunca vieron,
siguiendo su inspiración! (Como raposas entre ruinas son tus profetas, Israel.)
No acudieron a la brecha ni levantaron cerca en torno a la casa de Israel, para
que resistiera en la batalla, el día del Señor. Visionarios falsos, adivinos de
embustes, que decían: "Oráculo del Señor", cuando el Señor no los
enviaba, esperando que cumpliera su palabra. Vosotros habéis visto visiones
vanas y habéis pronunciado oráculos falsos, diciendo: "Oráculo del
Señor", cuando el Señor no hablaba.
Por tanto, esto dice el Señor: Por haber dicho mentiras y haber visto engaños,
por eso, aquí estoy contra vosotros —oráculo del Señor—. Extenderé mi mano
contra los profetas y visionarios falsos y adivinos de embustes; no tomarán
parte en la asamblea de mi pueblo, ni serán inscritos en el censo de la casa de
Israel, ni entrarán en la tierra de Israel; y sabréis que yo soy el Señor. Sí,
porque habéis extraviado a mi pueblo, anunciando paz, cuando no había paz, y,
mientras ellos construían la tapia, vosotros la ibais enluciendo.
Diles a los enlucidores: Vendrá una lluvia torrencial, caerá pedrisco, se
desencadenará un vendaval. Cuando la pared se derrumbe, os dirán: "¿Qué
fue del enlucido que echasteis?" Por tanto, esto dice el Señor: Con furia
desencadenaré un vendaval, una lluvia torrencial mandaré con ira, y pedrisco,
en el colmo de mi furia. Derribaré la pared que enlucisteis, la tiraré al
suelo, quedarán al desnudo sus cimientos; se desplomará y pereceréis debajo, y
sabréis que yo soy el Señor.
Cuando agote mi cólera en el muro y en los que lo enlucieron, os dirán:
"¿Qué fue del muro y de los que lo enlucieron: de los profetas de Israel
que profetizaban para Jerusalén, que tenían para ella visiones de paz, cuando
no había paz?" —oráculo del Señor—.»
RESPONSORIO Mt 7, 15; 24, 11. 24
R. Guardaos de
los falsos profetas, que vienen a vosotros disfrazados de ovejas, * pero
por dentro son lobos rapaces.
V. Surgirán muchos falsos profetas, que obrarán
grandes señales y prodigios y engañarán a muchos.
R. Pero por dentro son lobos rapaces.
SEGUNDA LECTURA
De una Carta escrita por Conrado de Marburgo,
director espiritual de santa Isabel
(Al Sumo pontífice, año 1232: A. Wyss, «Hessisches Urkundenbuch» 1, Leipzig
1879, 31-35)
ISABEL RECONOCIÓ Y AMÓ A CRISTO EN LA PERSONA DE
LOS POBRES
Pronto Isabel comenzó a destacar por sus virtudes,
y, así como durante toda su vida había sido consuelo de los pobres, comenzó
luego a ser plenamente remedio de los hambrientos. Mandó construir un hospital
cerca de uno de sus castillos y acogió en él gran cantidad de enfermos e
inválidos; a todos los que allí acudían en demanda de limosna les otorgaba
ampliamente el beneficio de su caridad, y no sólo allí, sino también en todos
los lugares sujetos a la jurisdicción de su marido, llegando a agotar de tal
modo todas las rentas provenientes de los cuatro principados de éste, que se
vio obligada finalmente a vender en favor de los pobres todas las joyas y
vestidos lujosos.
Tenía la costumbre de visitar personalmente a todos sus enfermos, dos veces al
día, por la mañana y por la tarde, curando también personalmente a los más
repugnantes, a los cuales daba de comer, les hacia la cama, los cargaba sobre
sí y ejercía con ellos muchos otros deberes de humanidad; y su esposo, de grata
memoria, no veía con malos ojos todas estas cosas. Finalmente, al morir su
esposo, ella, aspirando a la máxima perfección, me pidió con lágrimas
abundantes que le permitiese ir a mendigar de puerta en puerta.
En el mismo día del Viernes santo, mientras estaban denudados los altares,
puestas las manos sobre el altar de una capilla de su ciudad, en la que había
establecido frailes menores, estando presentes algunas personas, renunció a su
propia voluntad, a todas las pompas del mundo y a todas las cosas que el
Salvador, en el Evangelio, aconsejó abandonar. Después de esto, viendo que
podía ser absorbida por la agitación del mundo y por lá gloria mundana de aquel
territorio en el que, en vida de su marido, había vivido rodeada de boato, me
siguió hasta Marburgo, aun en contra de mi voluntad; allí, en la ciudad, hizo
edificar un hospital, en el que dio acogida a enfermos e inválidos, sentando a
su mesa a los más míseros y despreciados.
Afirmo ante Dios que raramente he visto una mujer que a una actividad tan
intensa juntara una vida tan contemplativa, ya que algunos religiosos y
religiosas vieron más de una vez como, al volver de la intimidad de la oración,
su rostro resplandecía de un modo admirable y de sus ojos salían como unos
rayos de sol.
Antes de su muerte la oí en confesión, y, al preguntarle cómo había de disponer
de sus bienes y de su ajuar, respondió que hacía ya mucho tiempo que pertenecía
a los pobres todo lo que figuraba como suyo, y me pidió que se lo repartiera
todo, a excepción de la pobre túnica que vestía y con la que quería ser
sepultada. Recibió luego el cuerpo del Señor y después estuvo hablando, hasta
la tarde, de las cosas buenas que había oído en la predicación; finalmente,
habiendo encomendado a Dios con gran devoción a todos los que la asistían,
expiró como quien se duerme plácidamente.
RESPONSORIO Jdt 15, 11; Hch 10,
4
R. Actuaste
con valor, y tu corazón tuvo fortaleza porque amaste la castidad: * por
eso serás por siempre bendita.
V. Tus oraciones y tus obras de caridad han subido
hasta Dios como el sacrificio del memorial.
R. Por eso serás por siempre bendita.
*Lecturas del Viernes de la
32ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes,
17 de noviembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(17,26-37)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como sucedió en los días de Noé,
así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían y se casaban,
hasta el día que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con
todos. Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, bebían, compraban, vendían,
sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y
azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se manifieste el
Hijo del hombre. Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa,
que no baje por ellas; si uno está en el campo, que no vuelva. Acordaos de la
mujer de Lot. El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda
la recobrará. Os digo esto: aquella noche estarán dos en una cama: a uno se lo
llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la
llevarán y a la otra la dejarán.»
Ellos le preguntaron: «¿Dónde, Señor?»
Él contestó: «Donde se reúnen los buitres, allí está el cuerpo.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos será que os
améis unos a otros.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. La señal por la que conocerán que
sois discípulos míos será que os améis unos a otros.
PRECES
Unidos, hermanos, a las mujeres santas, aclamemos a Jesús, nuestro
Salvador, y supliquémosle diciendo:
Ven, Señor Jesús.
Señor Jesús, que perdonaste a la mujer pecadora sus muchos pecados porque tenía
mucho amor,
perdónanos también a nosotros porque hemos pecado mucho.
Señor Jesús, que fuiste asistido en tu misión evangélica por mujeres piadosas,
haz que también nosotros seamos fieles en nuestra misión apostólica.
Señor Jesús, a quien María escuchaba y Marta servía,
concédenos servirte siempre con fe y amor.
Señor Jesús, que llamaste hermano, hermana y madre a todos los que cumplen tu
voluntad,
haz que todos nosotros la cumplamos siempre de palabra y de obra.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del Salvador, digamos al Padre común:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que concediste a santa Isabel de Hungría el don de
reconocer y venerar a Cristo en los pobres, concédenos, por su intercesión, que
sirvamos siempre a los necesitados y afligidos con una incansable caridad. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: UN AMOR CASTO Y PURO
Un amor casto y puro
calladamente:
más grande que la vida
y que la muerte.
Dulce su casa,
y su marido en ella
se contemplaba.
Era su amor de madre
como una rosa:
pétalos de fragancia
y espinas rojas.
Y era su seno
un arrullo de lirios
y de silencios.
Olor a roja viña
y a tierna hogaza:
y su mano prudente
acariciaba.
Sus dedos limpios
iban tejiendo lana
para sus hijos.
Y Dios desde su cielo
se sonreía,
por la casta frescura
de fuente limpia.
Amor callado
que vestía al Cordero
de rojo y blanco. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Día tras día te bendeciré, Señor, y explicaré tus proezas.
Salmo 144 I - HIMNO A LA GRANDEZA DE DIOS.
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza;
una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas;
encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus creaturas.
Que todas tus creaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas;
explicando tus proezas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Día tras día te bendeciré, Señor, y
explicaré tus proezas.
Ant 2. Los ojos de todos te están
aguardando, Señor, tú estás cerca de los que te invocan.
Salmo 144 II
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.
Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente.
Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados.
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los ojos de todos te están
aguardando, Señor, tú estás cerca de los que te invocan.
Ant 3. Justos y verdaderos son tus
caminos, ¡oh Rey de los siglos!
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Justos y verdaderos son tus
caminos, ¡oh Rey de los siglos!
LECTURA BREVE Rm 8, 28-30
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve
para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había
escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el
primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que
llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios la eligió y la predestinó.
R. Dios la eligió y la predestinó.
V. La hizo morar en su templo santo.
R. Y la predestinó.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios la eligió y la predestinó.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Os aseguro que lo que hicisteis con uno de estos mis humildes
hermanos, conmigo lo hicisteis. Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Os aseguro que lo que hicisteis con
uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. Venid, benditos de mi
Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
PRECES
Supliquemos a Dios en bien de su Iglesia por intercesión de las
santas mujeres y digámosle:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
Por intercesión de las santas mártires, que con la fuerza del espíritu
superaron la muerte del cuerpo,
concede, Señor, a tu Iglesia ser fuerte en la tentación.
Por intercesión de las santas esposas, que por medio del matrimonio crecieron
en tu amor,
concede, Señor, a tu Iglesia la fecundidad apostólica.
Por intercesión de las santas viudas, que por la hospitalidad y la oración
superaron la soledad,
concede, Señor, a tu Iglesia ser para el mundo signo manifiesto de tu amor a
los hombres.
Por intercesión de las santas madres, que engendraron sus hijos no sólo para la
vida del mundo, sino también para la salvación eterna,
concede, Señor, a tu Iglesia engendrar para tu reino a todos los pueblos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Por intercesión de todas las mujeres santas, que han sido ya admitidas a
contemplar la belleza de tu rostro,
concede, Señor, a los difuntos de la Iglesia gozar también de la luz eterna de
tu presencia.
Fieles a la recomendación del Salvador, digamos al Padre común:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que concediste a santa Isabel de Hungría el don de
reconocer y venerar a Cristo en los pobres, concédenos, por su intercesión, que
sirvamos siempre a los necesitados y afligidos con una incansable caridad. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.