*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO SÁBADO DE LA SEMANA XXIX*
Del Común de apóstoles
28 de octubre
*SANTOS SIMÓN Y JUDAS, apóstoles. (FIESTA)*
El nombre de Simón figura en undécimo lugar en la lista de los apóstoles. Lo
único que sabemos de él es que nació en Caná y que se le daba el apodo de
«Zelotes». Judas, por sobrenombre Tadeo, es aquel apóstol que en la última cena
preguntó al Señor por qué se manifestaba a sus discípulos y no al mundo (Jn 14,
22).
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de
los apóstoles.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de
los apóstoles.
Himno: VOSOTROS QUE ESCUCHASTEIS LA LLAMADA.
Vosotros, que escuchasteis la llamada
de viva voz que Cristo os dirigía,
abrid nuestro vivir y nuestra alma
al mensaje de amor que él nos envía.
Vosotros, que invitados al banquete
gustasteis el sabor del nuevo vino,
llenad el vaso, del amor que ofrece,
al sediento de Dios en su camino.
Vosotros, que tuvisteis tan gran suerte
de verle dar a muertos nueva vida,
no dejéis que el pecado y que la muerte
nos priven de la vida recibida.
Vosotros, que lo visteis ya glorioso,
hecho Señor de gloria sempiterna,
haced que nuestro amor conozca el gozo
de vivir junto a él la vida eterna. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he
amado.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Éste es mi mandamiento: que os
améis unos a otros como yo os he amado.
Ant 2. Nadie tiene amor más grande que el
que da la vida por sus amigos.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Nadie tiene amor más grande que el
que da la vida por sus amigos.
Ant 3. Vosotros sois mis amigos si hacéis
lo que yo os mando.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vosotros sois mis amigos si hacéis
lo que yo os mando.
LECTURA BREVE Ef 2, 19-22
Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos del pueblo de
Dios y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de
los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él
todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo
consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la
construcción, para ser morada de Dios por el Espíritu.
RESPONSORIO BREVE
V. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.
R. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.
V. Harán memorable tu nombre, Señor.
R. Sobre toda la tierra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.
V. Contaron
las alabanzas del Señor y su poder.
R. Y las maravillas que realizó.
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4,1-16
SEAMOS IMITADORES DEL APÓSTOL, COMO ÉL IMITA A CRISTO
Hermanos: Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y
administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador lo que se
busca es que sea fiel. Por lo que a mí se refiere, me importa muy poco ser
juzgado por vosotros o por cualquier tribunal humano. Ni siquiera yo mismo
juzgo mi actuación. Cierto que mi conciencia nada me reprocha, mas no por eso
me creo justificado. Mi juez será el Señor. No juzguéis antes de tiempo; dejad
que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas y
pondrá al descubierto las intenciones del corazón. Entonces vendrá a cada uno
su alabanza de parte de Dios.
Estas verdades, hermanos, las he expuesto por vuestro provecho, aplicándolas a
mi persona y a Apolo. Así, por esta aplicación, aprenderéis aquello de: «No más
de lo que está escrito», a fin de que nadie se enorgullezca de un apóstol y
desprecie a otro. Porque, ¿quién es el que te distingue? ¿Qué tienes que no
hayas recibido? Y, si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras
recibido? ¡Ya estáis satisfechos! ¡Os habéis hecho ya ricos! ¡Habéis ganado un
reino sin ayuda nuestra! ¡Ya lo podíais haber ganado! ¡Así tendríamos nosotros
parte en vuestro reino!
Por lo que veo, Dios nos ha asignado a los apóstoles el último lugar, como a
condenados a muerte; porque hemos venido a ser el espectáculo del mundo, de los
ángeles y de los hombres. Nosotros somos insensatos por Cristo, vosotros
sensatos en Cristo; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros estimados,
nosotros despreciados. Todavía ahora pasamos hambre, sed y desnudez. Somos
maltratados y arrojados de una parte a otra, y nos fatigamos trabajando con
nuestras manos. Cuando nos maldicen, bendecimos; cuando nos persiguen,
soportamos; cuando nos injurian, respondemos con dulzura. Hemos venido a ser hasta
ahora como basura del mundo, como el desecho de la humanidad.
No os escribo esto para confundiros, sino para amonestaros como a hijos míos
carísimos. Aunque tengáis, en efecto, diez mil maestros que os lleven a Cristo,
de hecho sólo tenéis un padre. Yo os engendré para Cristo por la predicación
del evangelio.
Os exhorto, pues, a que seáis mis imitadores, como yo imito a Cristo.
RESPONSORIO Jn 15, 15; Mt 13, 11. 16
R. Ya no os llamaré siervos; os he llamado
amigos, * porque todo cuanto me ha comunicado el Padre os lo he dado a
conocer.
V. A vosotros ha concedido Dios conocer los
misterios del reino de los cielos; dichosos vuestros ojos porque ven, y
vuestros oídos porque oyen.
R. Porque todo cuanto me ha comunicado el Padre os
lo he dado a conocer.
SEGUNDA LECTURA
Del comentario de san Cirilo de Alejandría, obispo, sobre el
evangelio de san Juan
(Libro 12, 1: PG 74, 707-710)
COMO ME ENVIÓ MI PADRE, ASÍ OS ENVÍO YO
Nuestro Señor Jesucristo instituyó a aquellos que habían de ser guías y
maestros de todo el mundo y administradores de sus divinos misterios, y les
mandó que fueran como astros que iluminaran con su luz no sólo el país de los
judíos, sino también a todos los países que hay bajo el sol, a todos los
hombres que habitan la tierra entera. Es verdad lo que afirma la Escritura:
Nadie se arroga este honor; sólo lo toma aquel que es llamado por Dios. Fue, en
efecto, nuestro Señor Jesucristo el que llamó a sus discípulos a la gloria del
apostolado, con preferencia a todos los demás.
Aquellos bienaventurados discípulos fueron columnas y fundamento de la verdad;
de ellos afirma el Señor que los envía como el Padre lo ha enviado a él, con
las cuales palabras, al mismo tiempo que muestra la dignidad del apostolado y
la gloria incomparable de la potestad que les ha sido conferida, insinúa
también, según parece, cuál ha de ser su estilo de obrar.
En efecto, si el Señor tenía la convicción de que había de enviar a sus
discípulos como el Padre lo había enviado a él, era necesario que ellos, que
habían de ser imitadores de uno y otro, supieran con qué finalidad el Padre
había enviado al Hijo. Por esto, Cristo, exponiendo en diversas ocasiones las
características de su propia misión, decía: No he venido a invitar a los justos
a que se arrepientan, sino a los pecadores. Y también: He bajado del cielo, no
para hacer mi voluntad, sino para cumplir la voluntad de aquel que me ha
enviado. Dios no ha enviado su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para
salvarlo por medio de él.
De este modo resume en pocas palabras la regla de conducta de los apóstoles, ya
que, al afirmar que los envía como el Padre lo ha enviado a él, les da a
entender que su misión consiste en invitar a los pecadores a que se arrepientan
y curar a los enfermos de cuerpo y de alma, y que en el ejercicio de su
ministerio no han de buscar su voluntad, sino la de aquel que los ha enviado, y
que han de salvar al mundo con la doctrina que de él han recibido. Leyendo los
Hechos de los apóstoles o los escritos de san Pablo, nos damos cuenta fácilmente
del empeño que pusieron los apóstoles en obrar según estas consignas recibidas.
RESPONSORIO Jn 15, 16. 8
R. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo
os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, * un
fruto que sea permanente.
V. Mi Padre queda glorificado si dais mucho fruto.
R. Un fruto que sea permanente.
*Lecturas de San Simón y San
Judas, apóstoles*
Sábado, 28
de octubre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(6,12-19)*
En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a
Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y
los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano,
Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado
el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó
del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y
de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de
Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados
por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque
salía de él una fuerza que los curaba a todos.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. El muro de la ciudad tenía doce cimientos que llevaban doce
nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero: y su lámpara es el Cordero.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El muro de la ciudad tenía doce
cimientos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero:
y su lámpara es el Cordero.
PRECES
Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque por
medio de los apóstoles nos ha dado parte en la herencia de los elegidos, y
aclamémosle diciendo:
El coro de los apóstoles te alaba, Señor.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de
tu cuerpo y de tu sangre:
en ella encontramos nuestra fuerza y nuestra vida.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has preparado la mesa
de tu palabra:
por ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has fundado tu Iglesia:
por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado el bautismo
y la penitencia:
por ellos nos purificas de todas nuestras culpas.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los apóstoles:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que quisiste que te conociéramos por la predicación
de los apóstoles, concédenos, por la intercesión de los santos Simón y Judas,
que tu Iglesia siga creciendo en el mundo, acogiendo continuamente en su seno a
nuevos pueblos que vengan a la fe en ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ¿QUIÉN ES ÉSTE QUE VIENE?
¿Quién es éste que viene,
recién atardecido,
cubierto por su sangre
como varón que pisa los racimos?
Éste es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección.
¿Quién es este que vuelve,
glorioso y malherido,
y, a precio de su muerte,
compra la paz y libra a los cautivos?
Éste es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección.
Se durmió con los muertos,
y reina entre los vivos;
no le venció la fosa,
porque el Señor sostuvo a su elegido.
Este es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección.
Anunciad a los pueblos
qué habéis visto y oído;
aclamad al que viene
como la paz, bajo un clamor de olivos.
Este es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. Aleluya.
Salmo 118, 105-112 - HIMNO A LA LEY DIVINA
Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa.
Acepta, Señor, los votos que pronuncio,
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus decretos.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus leyes,
siempre y cabalmente.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Lámpara es tu palabra para mis
pasos, luz en mi sendero. Aleluya.
Ant 2. Me saciarás de gozo en tu presencia,
Señor. Aleluya.
Salmo 15 - CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Me saciarás de gozo en tu
presencia, Señor. Aleluya.
Ant 3. Al nombre de Jesús toda rodilla se
doble en el cielo y en la tierra. Aleluya.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2,
6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al nombre de Jesús toda rodilla se
doble en el cielo y en la tierra. Aleluya.
LECTURA BREVE Col 1, 3-6a
Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, en todo momento,
rezando por vosotros, al oír hablar de vuestra fe en Jesucristo y del amor que
tenéis a todos los santos, por la esperanza que os está reservada en los
cielos, sobre la cual oísteis hablar por la palabra verdadera de la Buena Noticia,
que se os hizo presente, y está dando fruto y prosperando en todo el mundo
igual que entre vosotros.
RESPONSORIO BREVE
V. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado
sea el nombre del Señor.
V. Su gloria se eleva sobre los cielos.
R. Alabado sea el nombre del Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado
sea el nombre del Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. La caridad no hace nada malo al prójimo; así que amar es cumplir
la ley entera.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. La caridad no hace nada malo al
prójimo; así que amar es cumplir la ley entera.
PRECES
Demos gracias al Señor que ayuda y protege al pueblo que se ha
escogido como heredad, y recordando su amor para con nosotros supliquémosle
diciendo:
Escúchanos, Señor, que confiamos en ti.
Padre lleno de amor, te pedimos por el papa Francisco y por nuestro
obispo N.;
protégelos con tu fuerza y santifícalos con tu gracia.
Que los enfermos vean en sus dolores una participación de la pasión de tu Hijo,
para que así tengan también parte en su consuelo.
Mira con piedad a los que no tienen techo donde cobijarse
y haz que encuentren pronto el hogar que desean.
Dígnate dar y conservar los frutos de la tierra
para que a nadie falte el pan de cada día.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Señor, ten piedad de los difuntos
y ábreles la puerta de tu mansión eterna.
Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos
enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, aumenta en nosotros la fe, la
esperanza y la caridad, y para que alcancemos lo que nos prometes haz que
amemos lo que nos mandas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.