*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*SABADO SEMANA IV*
*LAUDES*
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Escuchemos la voz del Señor y entremos en su descanso.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno:
DADOR DE LUZ ESPLÉNDIDO
Dador de luz espléndido,
A cuya luz serena,
Pasada ya la noche,
El día se despliega.
Mensajero de luz
que de luz centellea,
no es del alba el lucero:
eres tú, Luz de veras,
más brillante que el sol,
todo luz y pureza;
enciende nuestro pecho,
alumbra el alma nuestra.
Ven, Autor de la vida,
prez de la luz paterna,
sin cuya gracia el cuerpo
se sobresalta y tiembla.
A Cristo, rey piadoso,
y al Padre gloria eterna,
y por todos los siglos
al Espíritu sea. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Es bueno tocar para tu nombre, oh altísimo, y proclamar por la
mañana tu misericordia.
Salmo
91 - ALABANZA A DIOS QUE CON SABIDURÍA Y JUSTICIA DIRIGE LA VIDA DE LOS HOMBRES.
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como una palmera
y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Es bueno tocar
para tu nombre, oh altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.
Ant
2. Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Cántico:
DIOS RENOVARÁ A SU PUEBLO - Ez 36, 24-28
Os recogeré de entre las naciones,
os reuniré de todos los países,
y os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías
os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo,
y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,
y os daré un corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu,
y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo
y yo seré vuestro Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Os daré un
corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Ant
3. De la boca de los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
Salmo
8 MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la boca de los
niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
LECTURA
BREVE 2 Pe 3, 13-15a
Nosotros conforme a la promesa del Señor esperamos cielos nuevos y tierra
nueva, en los que tiene su morada la santidad. Por eso, carísimos, mientras
esperáis estos acontecimientos, procurad con toda diligencia que él os
encuentre en paz, sin mancha e irreprensibles. Considerad esta paciente espera
de nuestro Señor como una oportunidad para alcanzar la salud.
RESPONSORIO
BREVE
V. Te aclamarán mis labios, Señor, cuando salmodie para ti.
R. Te aclamarán mis
labios, Señor, cuando salmodie para ti.
V. Mi lengua
recitará tu auxilio.
R. Cuando salmodie
para ti.
V. Gloria al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te aclamarán mis
labios, Señor, cuando salmodie para ti.
Primera Lectura
Del libro del profeta Jeremías
9, 2-12. 17-22
DIOS REPRUEBA LAS MALDADES DEL
PUEBLO. LAMENTACIÓN
Esto
dice el Señor:
Quién me diera posada en el desierto para abandonar a mi pueblo y alejarme de
él; pues todos son adúlteros, una caterva de bandidos. Tensan las lenguas como
arcos, dominan el país con la mentira y no con la verdad; avanzan de maldad en
maldad, y a mí no me reconocen -oráculo del Señor-. Guárdese cada uno del
prójimo no os fiéis del hermano, porque el hermano pone zancadillas y el
prójimo anda calumniando; se estafan unos a otros y nadie dice la verdad;
entrenan sus lenguas en la mentira, están pervertidos, incapaces de
convertirse: fraude sobre fraude, engaño sobre engaño, y rechazan mi
conocimiento -oráculo del Señor-.»
Por eso, así dice el Señor de los ejércitos: «Yo mismo los fundiré y probaré,
si no, ¿qué hacer con la Hija de mi pueblo? Su lengua es una flecha afilada,
dice mentiras su boca; saludan deseando paz al prójimo, y por dentro le traman
asechanzas. Y de esto ¿no os pediré cuentas? -oráculo del Señor-; de un pueblo
semejante ¿no he de vengarme yo mismo? Sobre los montes alzaré llanto y gemido,
en las dehesas una elegía: Están requemadas las dehesas, nadie transita, no se
oye mugir el rebaño; pájaros y bestias huyeron, marcharon. Convertiré a
Jerusalén en escombros, en guarida de chacales; arrasaré las ciudades de Judá
hasta dejar sin habitantes.»
¿Quién es el sabio que lo entienda? ¿A quién le habló el Señor?, que lo
explique: ¿Por qué perece la tierra, se quema como desierto sin caminantes?
Llamad, vengan plañideras, enviad por mujeres expertas; que vengan aprisa y
entonen el canto fúnebre sobre nosotros para que se deshagan en lágrimas
nuestros ojos, nuestros párpados destilenagua.
Se escucha la elegía desde Sión «¡Ay! Estamos deshechos, qué terrible
vergüenza.
Tuvimos que abandonar el país, nos echaron de nuestros hogares
Escuchad, mujeres, la palabra del Señor, vuestros oídos reciban la palabra de
su boca: ensayad a vuestras hijas un canto fúnebre, cada una a su vecina, una
lamentación: Subió la muerte por nuestras ventanas, entró en nuestros palacios,
arrebatando en la calle a los muchachos, a los jóvenes en las plazas.» El Señor
dice su oráculo: «Yacen cadáveres humanos como estiércol en el campo, como
gavillas detrás del segador, que nadie recoge.»
Responsorio
Jr 9, 19; Lm 5, l; 3, 22
R.
Se escucha la elegía desde Sión Estamos deshechos, qué terrible vergüenza.
*¡Acuérdate, Señor, de lo que nos ha sobrevenido, mira y ve nuestro oprobio!
V. El amor del Señor no se ha acabado ni se ha agotado su ternura.
R. ¡Acuérdate, Señor, de lo que nos ha sobrevenido, mira y ve nuestro oprobio!
Segunda
Lectura
De
la Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual,
del Concilio Vaticano segundo (Núms. 40. 45)
YO
SOY EL ALFA Y LA OMEGA, EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO
La
compenetración de la ciudad terrestre con la ciudad celeste sólo es perceptible
por la fe: más aún, es el misterio permanente de la historia humana, que, hasta
el día de laplena revelación de la gloria de los hijos de Dios, seguirá
perturbada por el pecado.
La Iglesia, persiguiendo la finalidad salvífica que es propia de ella, no sólo
comunica al hombre la participación en la vida divina, sino que también
difunde, de alguna manera, sobre el mundo entero la luz que irradia esta vida
divina, principalmente sanando y elevando la dignidad de la persona humana,
afianzando la cohesión de la sociedad y procurando a la actividad cotidiana del
hombre un sentido más profundo, al impregnarla de una significación más
elevada. Así la Iglesia, por cada uno de sus miembros y por toda su comunidad,
cree poder contribuir ampliamente a humanizar cada vez más la familia humana y
toda su historia.
Tanto si ayuda al mundo como si recibe ayuda de él, la Iglesia no tiene más que
una sola finalidad: que venga el reino de Dios y que se establezca la salvación
de todo el género humano. Por otra parte, todo el bien que el pueblo de Dios,
durante su peregrinación terrena, puede procurar a la familia humana procede
del hecho de que la Iglesia es el sacramento universal de la salvación, manifestando
y actualizando, al mismo tiempo, el misterio del amor de Dios hacia el hombre.
Pues el Verbo de Dios, por quien todo fue hecho, se encarnó, a fin de salvar,
siendo él mismo hombre perfecto, a todos los hombres y para hacer que todas las
cosas tuviesen a él por cabeza. El Señor es el término de la historia humana,
el punto hacia el cual convergen los deseos de la historia y de la
civilización, el centro del género humano, elgozo de todos los corazones y la
plena satisfacción de todos sus deseos. Él es aquel a quien el Padre resucitó
de entre los muertos, ensalzó e hizo sentar a su derecha, constituyéndolo juez
de los vivos y de los muertos. Vivificados y congregados en su Espíritu,
peregrinamos hacia la consumación de la historia humana, que corresponde plenamente
a su designio de amor: Recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de
latierra.
El mismo Señor ha dicho: Mira, llego en seguida y traigo conmigo mi salario,
para pagar a cada uno su propio trabajo. Yo soy el alfa y la omega, el primero
y el último, el principio y el fin.
Responsorio
Hch 10, 36; 4, 12; 10, 42
R.
Dios envió su palabra, anunciando la paz que traería Jesucristo; * Jesús es el
Señor de todos y en ningún otro se encuentra la salud.
V. Él ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos.
R. Jesús es el Señor de todos y en ningún otro se encuentra la salud.
*Lecturas del Sábado de la 28ª semana del Tiempo
Ordinario*
Sábado, 21 de octubre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,8-12)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si uno se pone de mi parte ante
los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles
de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los
ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero
al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os
conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os
preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el
Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Guía nuestros pasos, Dios de Israel, por el camino de la paz.
Cántico
de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Guía nuestros
pasos, Dios de Israel, por el camino de la paz.
PRECES
Adoremos
a Dios, que por su Hijo ha dado vida y esperanza al mundo, y supliquémosle
diciendo:
Escúchanos, Señor.
Señor, Padre de todos, tú que nos has hecho llegar al comienzo de este día,
haz que toda nuestra vida unida a la de Cristo sea alabanza de tu gloria.
Que vivamos siempre arraigados en la fe, esperanza y caridad,
que tú mismo has infundido en nuestras almas.
Haz que nuestros ojos estén siempre levantados hacia ti,
para que respondamos con presteza a tus llamadas.
Defiéndenos de los engaños y seducciones del mal,
y presérvanos de todo pecado.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Contentos por sabernos hijos de Dios, digamos a nuestro padre:
Padre
nuestro...
ORACION
Dios
todopoderoso y eterno, luz esplendente y día sin ocaso, al volver a comenzar un
nuevo día te pedimos que nos visites con el esplendor de tu luz y disipes así
las tinieblas de nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa
en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
LOS PUEBLOS QUE MARCHAN Y LUCHAN
Los pueblos que marchan y luchan
con firme tesón
aclamen al Dios de la vida.
Cantemos hosanna que viene el Señor.
Agiten laureles y olivos,
es Pascua de Dios,
mayores y niños repitan:
«Cantemos hosanna que viene el Señor.»
Jesús victorioso y presente
ofrece su don
a todos los justos del mundo.
Cantemos hosanna que viene el Señor.
Resuenen en todo camino
de paz y de amor
alegres canciones que digan:
«Cantemos hosanna que viene el Señor.»
Que Dios, Padre nuestro amoroso,
el Hijo y su Don
a todos protejan y acojan.
Cantemos hosanna que viene el Señor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Suba mi oración, Señor, como incienso en tu presencia.
Salmo
140, 1-9 - ORACIÓN ANTE EL PELIGRO
Señor, te estoy llamando, ven de prisa,
escucha mi voz cuando te llamo.
Suba mi oración como incienso en tu presencia,
el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde.
Coloca, Señor, una guardia en mi boca,
un centinela a la puerta de mis labios;
no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,
a cometer crímenes y delitos;
ni que con los hombres malvados
participe en banquetes.
Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,
pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;
yo opondré mi oración a su malicia.
Sus jefes cayeron despeñados,
aunque escucharon mis palabras amables;
como una piedra de molino, rota por tierra,
están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba.
Señor, mis ojos están vueltos a ti,
en ti me refugio, no me dejes indefenso;
guárdame del lazo que me han tendido,
de la trampa de los malhechores.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Suba mi oración,
Señor, como incienso en tu presencia.
Ant
2. Tú eres mi refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.
Salmo
141 - ORACIÓN DEL HOMBRE ABANDONADO: TU ERES MI REFUGIO
A voz en grito clamo al Señor,
a voz en grito suplico al Señor;
desahogo ante él mis afanes,
expongo ante él mi angustia,
mientras me va faltando el aliento.
Pero tú conoces mis senderos,
y que en el camino por donde avanzo
me han escondido una trampa.
Me vuelvo a la derecha y miro:
nadie me hace caso;
no tengo adónde huir,
nadie mira por mi vida.
A ti grito, Señor;
te digo: «Tú eres mi refugio
y mi heredad en el país de la vida.»
Atiende a mis clamores,
que estoy agotado;
líbrame de mis perseguidores,
que son más fuertes que yo.
Sácame de la prisión,
y daré gracias a tu nombre:
me rodearán los justos
cuando me devuelvas tu favor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tú eres mi
refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.
Ant
3. El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por
los siglos de los siglos.
Cántico:
CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor Jesús se
rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.
LECTURA
BREVE Rm 11, 33-36
¡Qué abismo de riqueza es la sabiduría y ciencia de Dios! ¡Qué insondables son
sus juicios y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás la mente
del Señor? ¿Quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él
le devuelva? Él es origen, camino y término de todo. A él la gloria por los
siglos. Amén.
RESPONSORIO
BREVE
V. Cuántas son tus obras, Señor.
R. Cuántas son tus
obras, Señor.
V. Y todas las
hiciste con sabiduría.
R. Tus obras, Señor.
V. Gloria al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cuántas son tus
obras, Señor.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. «Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más
altos que los vuestros», dice el Señor.
Cántico
de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Como el cielo es
más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros», dice el
Señor.
PRECES
Glorifiquemos
a Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, y supliquémosle diciendo:
Escucha a tu pueblo, Señor.
Padre todopoderoso, haz que abunde en la tierra la justicia
y que tu pueblo se alegre en la paz.
Que todos los pueblos entren a formar parte de tu reino
y que el pueblo judío sea salvado.
Que los esposos cumplan tu voluntad, vivan en concordia
y que sean siempre fieles a su mutuo amor.
Recompensa, Señor, a nuestros bienhechores
y concédeles la vida eterna.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Acoge con amor a los que han muerto víctimas del odio, de la violencia o de la
guerra
y dales el descanso eterno.
Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos
enseñó:
Padre
nuestro...
ORACION
Oh
Dios, has hecho del amor a ti y a los hermanos la plenitud de la ley;
concédenos cumplir tus mandamientos y llegar así a la vida eterna. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.