*Lecturas del Domingo 24º
del Tiempo Ordinario - Ciclo A*
Domingo, 17 de septiembre de 2023
Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (27,33–28,9):
Furor y cólera son odiosos; el pecador los posee. Del vengativo se vengará el
Señor y llevará estrecha cuenta de sus culpas. Perdona la ofensa a tu prójimo,
y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas. ¿Cómo puede un hombre guardar
rencor a otro y pedir la salud al Señor? No tiene compasión de su semejante, ¿y
pide perdón de sus pecados? Si él, que es carne, conserva la ira, ¿quién
expiará por sus pecados? Piensa en tu fin, y cesa en tu enojo; en la muerte y
corrupción, y guarda los mandamientos. Recuerda los mandamientos, y no te
enojes con tu prójimo; la alianza del Señor, y perdona el error.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 102,1-2.3-4.9-10.11-12
R/. El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.
No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Romanos (14,7-9):
Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si
vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la vida y
en la muerte somos del Señor. Para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor
de vivos y muertos.
Palabra de Dios
*Lecturas del Domingo 24º
del Tiempo Ordinario - Ciclo A*
Domingo,
17 de septiembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(18,21-35)*
En aquel tiempo, se adelantó Pedro y
preguntó a Jesús: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que
perdonar? ¿Hasta siete veces?»
Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces
siete. Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que
quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le
presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el
señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus
posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba
diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." El señor tuvo
lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al
salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien
denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me
debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:
"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo
metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo
ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo
sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda
aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener
compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor,
indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo
hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su
hermano.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«No
te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete»).
*Mis ofensas, están en decir “No” a lo que el Señor
dice que “Si”. Que me gustaría a mí, que si una persona me hecho algo, y me
pide perdón, yo lo perdonaría con “La Condición” de que debe pagar un precio
por la ofensa que me hizo. Tú dijiste una mentira de mí, te perdono, pero
tienes que decir a todos que tú hablaste mentira de mí, que eres un
irresponsable y un mentiroso. Es por eso por lo que el Señor, quiere poner mis
límites en su abundancia, revestir todo mí ser dentro de su manto de compasión.
El Señor está tratando de una manera muy especial de hacerme entender que
él no tiene ningún libro donde va anotando todos mis embarre y mis ofensas, él
de manera especial siempre usa de misericordia conmigo*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.