*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO*
MARTES DE LA SEMANA XXI
De la memoria.
29 de agosto
*EL MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA. (MEMORIA)*.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Cordero de Dios
a quien Juan precedió en el martirio.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Cordero de Dios
a quien Juan precedió en el martirio.
Himno: VARÓN FELIZ DE MÉRITOS EXCELSOS
Varón feliz de méritos excelsos,
que mantienes sin mancha tu pureza,
santo eremita, mártir esforzado,
magno profeta.
Hoy, cuando triunfas valeroso, arranca
de nuestro pecho el corazón de piedra,
el camino torcido guía, allana
las asperezas.
Porque, al venir el Redentor piadoso
y libres ya las mentes de torpeza,
se digne colocar sus plantas límpidas
sobre la tierra.
La corte celestial con alabanzas
a ti, Dios trino y uno, te celebra,
mientras los redimidos imploramos
hoy tu clemencia. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor extendió la mano y me tocó la boca, y me nombró profeta
de los gentiles.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor extendió la mano y me tocó
la boca, y me nombró profeta de los gentiles.
Ant 2. Herodes sentía respeto por la
persona de Juan, sabiendo que era un hombre santo y consagrado al servicio de
Dios, y le otorgaba su protección.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Herodes sentía respeto por la
persona de Juan, sabiendo que era un hombre santo y consagrado al servicio de
Dios, y le otorgaba su protección.
Ant 3. Herodes escuchaba con gusto a Juan,
y, en muchas de las cosas que hacía, era aconsejado por él.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Herodes escuchaba con gusto a Juan,
y, en muchas de las cosas que hacía, era aconsejado por él.
LECTURA BREVE Is 49, 1b-2
El Señor me llamó desde el vientre de mi madre, cuando aún estaba yo en el seno
materno pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en
la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba.
RESPONSORIO BREVE
V. Vosotros mandasteis preguntar a Juan, y él declaró en favor de la
verdad.
R. Vosotros mandasteis preguntar a Juan, y él
declaró en favor de la verdad.
V. Juan era la lámpara que arde y que ilumina.
R. Y él declaró en favor de la verdad.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Vosotros mandasteis preguntar a Juan, y él
declaró en favor de la verdad.
V. El
Señor hace caminar a los humildes con rectitud.
R. Enseña su camino a los humildes.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los Efesios 5, 8-21
CAMINAD COMO HIJOS DE LA LUZ
Hermanos: Antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor. Caminad como
hijos de la luz. Toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz. Examinad
qué es lo que agrada al Señor, y no toméis parte en las obras infructuosas de
las tinieblas, antes bien, denunciadlas; porque lo que ésos hacen a escondidas
da vergüenza hasta decirlo. Pero todo eso, cuando la luz lo denuncia, queda al
descubierto, y todo lo que está al descubierto recibe el influjo de la luz. Por
eso dice: «Despierta, tú que duermes, levántate de la muerte y te iluminará
Cristo.»
Mirad, pues, con cuidado, cómo os portáis; que no sea como necios, sino como
sabios, aprovechando bien la ocasión presente, porque los días son malos. Por
eso, no seáis necios, sino entended bien cuál es la voluntad del Señor. No os
embriaguéis, porque el vino es fuente de libertinaje. Colmaos más bien de
espíritu, recitando entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados,
cantando y alabando al Señor en vuestros corazones. Dad continuamente gracias a
Dios Padre por todos sus beneficios, en nombre de Jesucristo, nuestro Señor.
Vivid sumisos unos a otros como lo pide el respeto debido a Cristo.
RESPONSORIO Ef 5, 8-9; Mt 5, 14. 16
R. Sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la
luz. * Toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz.
V. Vosotros sois la luz del mundo. Alumbre vuestra
luz a los hombres.
R. Toda bondad, justicia y verdad son fruto de la
luz.
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de san Beda el Venerable, presbítero
(Homilía 23: CCL 122, 354. 356-357)
PRECURSOR DEL NACIMIENTO Y DE LA MUERTE DE CRISTO
El santo Precursor del nacimiento, de la predicación y de la muerte del Señor
mostró en el momento de la lucha suprema una fortaleza digna de atraer la
mirada de Dios, ya que, como dice la Escritura, aunque, a juicio de los
hombres, haya sufrido castigos, su esperanza estaba llena de inmortalidad. Con
razón celebramos su día natalicio, que él ha solemnizado con su martirio y
adornado con el fulgor purpúreo de su sangre; con razón veneramos con gozo
espiritual la memoria de aquel que selló con su martirio el testimonio que
había dado del Señor.
No debemos poner en duda que san Juan sufrió la cárcel y las cadenas y dio su
vida en testimonio de nuestro Redentor, de quien fue precursor, ya que, si bien
su perseguidor no lo forzó a que negara a Cristo, si trató de obligarlo a que
callara la verdad; ello es suficiente para afirmar que murió por Cristo.
Cristo, en efecto, dice: Yo soy la verdad; por consiguiente, si Juan derramó su
sangre por la verdad, la derramó por Cristo; y él, que precedió a Cristo en su
nacimiento en su predicación y en su bautismo, anunció también con su martirio,
anterior al de Cristo, la pasión futura del Señor.
Este hombre tan eximio terminó, pues, su vida derramando su sangre, después de
un largo y penoso cautiverio. Él, que había evangelizado la libertad de una paz
que viene de arriba, fue encarcelado por unos hombres malvados; fue encerrado
en la oscuridad de un calabozo aquel que vino a dar testimonio de la luz y a
quien Cristo, la luz en persona, dio el título de «lámpara que arde y que
ilumina»; fue bautizado en su propia sangre aquel a quien fue dado bautizar al
Redentor del mundo, oír la voz del Padre que resonaba sobre Cristo y ver la
gracia del Espíritu Santo que descendía sobre él. Mas a él, todos aquellos
tormentos temporales no le resultaban penosos, sino más bien leves y
agradables, ya que los sufría por causa de la verdad y sabía que habían de
merecerle un premio y un gozo sin fin.
La muerte —que de todas maneras había de acaecerle por ley natural— era para él
algo apetecible, teniendo en cuenta que la sufría por la confesión del nombre
de Cristo y que con ella alcanzaría la palma de la vida eterna. Bien lo dice el
Apóstol: Dios os ha dado la gracia de creer en Jesucristo y aun de padecer por
él. El mismo Apóstol explica, en otro lugar, por qué sea un don el hecho de
sufrir por Cristo: Los padecimientos de esta vida presente tengo por cierto que
no son nada en comparación con la gloria futura que se ha de revelar en
nosotros.
RESPONSORIO Mc 6, 17. 27
R. Herodes había mandado prender a Juan y,
cargándolo de cadenas, lo metió en la cárcel, * por
instigación de Herodías, la mujer de su hermano, con la cual se había casado.
V. Y envió a uno de sus guardias, que lo decapitó
en la cárcel.
R. Por instigación de Herodías, la mujer de su
hermano, con la cual se había casado.
*Lecturas del
Martirio de San Juan Bautista*
29 de agosto
de 2023
Evangelio
*Lectura del
santo evangelio según san Marcos (6,17-29)*
En
aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la
cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías,
mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer
de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no
acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un
hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba
desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por
su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente
principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a
Herodes y a los convidados.
El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»
Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?»
La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.»
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que
ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso
desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan.
Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a
la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos,
fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.
Palabra del
Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. El amigo del Esposo, que está para asistirle y atenderle,
experimenta viva alegría cuando oye la voz del Esposo; así que ésta es mi
alegría, la cual ahora rebasa todo límite.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El amigo del Esposo, que está para
asistirle y atenderle, experimenta viva alegría cuando oye la voz del Esposo;
así que ésta es mi alegría, la cual ahora rebasa todo límite.
PRECES
Oremos a Cristo, el Señor, que envió a Juan a preparar sus caminos
delante de él, y digámosle:
Visítanos, Sol que naces de lo alto.
Tú que hiciste saltar de gozo a Juan cuando estaba en el vientre de su madre,
haz que siempre nos alegremos de que hayas venido al mundo.
Tú que nos mostraste el camino de la conversión por la palabra y por el ejemplo
del Bautista,
ilumina nuestros corazones, para que se conviertan a las enseñanzas de tu
reino.
Tú que quieres mostrarte a los hombres por la predicación de los hombres,
envía a todo el mundo profetas que anuncien tu Evangelio.
Tú que quisiste ser bautizado por Juan en el Jordán para llevar a término toda
justicia,
haz que trabajemos por la justicia de tu reino.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que quisiste que san Juan Bautista fuera el
precursor de tu Hijo, tanto en su nacimiento como en su muerte, concédenos que,
así como él dio su vida por dar testimonio de la verdad y de la justicia, así
también nosotros entreguemos generosamente la nuestra al testimonio y servicio
del Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ÁNGEL FIEL DE LA VERDAD.
Ángel fiel de la verdad,
precursor del que es la gracia,
mensajero de la luz,
de Cristo perenne lámpara.
Con la voz, vida y acciones,
profecías anunciaba,
añadiendo su martirio
a las señales sagradas.
Él, al nacer, descubrió
al que es del mundo esperanza,
y al propio autor del bautismo
señaló sobre las aguas.
De cuya muerte inocente,
que da la vida a las almas,
dio testimonio el Bautista
con su sangre derramada.
Concede, Padre piadoso,
seguir de Juan las pisadas,
para disfrutar con Cristo
de la eterna venturanza. Amén.
SALMODIA
Ant 1. «No les tengas miedo, que yo estoy contigo», dice el Señor.
Salmo 114 - ACCIÓN DE GRACIAS
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.»
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó.
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi vida de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «No les tengas miedo, que yo estoy
contigo», dice el Señor.
Ant 2. Herodes envió a uno de sus guardias
para decapitar a Juan en la cárcel.
Salmo 115 - ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Herodes envió a uno de sus guardias
para decapitar a Juan en la cárcel.
Ant 3. Los discípulos de Juan vinieron a
recoger el cadáver y lo depositaron en un sepulcro.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los discípulos de Juan vinieron a
recoger el cadáver y lo depositaron en un sepulcro.
LECTURA BREVE Hch 13, 23-25
Según lo prometido, Dios sacó para Israel de la descendencia de David un
Salvador, Jesús. Y su precursor fue Juan. Ya éste, antes de presentarse Jesús,
había predicado a todo el pueblo de Israel un bautismo como señal de
arrepentimiento. Y, cuando estaba para terminar su misión, solía decir: «No soy
yo el que vosotros os imagináis. Pero, mirad, viene otro después de mí; y yo no
soy digno de desatar su calzado.»
RESPONSORIO BREVE
V. El amigo del Esposo experimenta viva alegría cuando oye la voz del
Esposo.
R. El amigo del Esposo experimenta viva alegría
cuando oye la voz del Esposo.
V. Ésta es mi alegría, la cual ahora rebasa todo
límite.
R. Cuando oye la voz del Esposo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El amigo del Esposo experimenta viva alegría
cuando oye la voz del Esposo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Yo no soy el Mesías, sino que soy enviado delante de él; es
preciso que él crezca y que yo disminuya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo no soy el Mesías, sino que soy
enviado delante de él; es preciso que él crezca y que yo disminuya.
PRECES
Oremos confiados al Señor, que eligió a Juan Bautista para
anunciar a los hombres el reino de Cristo, y digámosle:
Guía, Señor, nuestros pasos por el camino de la paz.
Tú, Señor, que llamaste a Juan cuando estaba aún en las entrañas maternas y lo
elegiste para que preparara los caminos de tu Hijo,
danos ánimos para seguir siempre a Cristo con la misma fidelidad con que Juan
lo precedió.
Tú que concediste al Bautista reconocer al Cordero de Dios,
concede a la Iglesia anunciar a Cristo de tal manera que los hombres de nuestro
tiempo puedan reconocerlo.
Tú que dispusiste que Juan menguase y que Cristo creciera,
enséñanos a saber humillarnos, para que brille Cristo a los ojos de los
hombres.
Tú que, por el martirio de Juan, quisiste manifestar la justicia,
concédenos testificar tu verdad con valentía, sin temor a la tribulación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acuérdate, Señor, de los que han salido ya de este mundo
y colócalos en el reino de la luz y de la paz.
Dirijamos nuestra oración al Padre que está en los cielos diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que quisiste que san Juan Bautista fuera el
precursor de tu Hijo, tanto en su nacimiento como en su muerte, concédenos que,
así como él dio su vida por dar testimonio de la verdad y de la justicia, así
también nosotros entreguemos generosamente la nuestra al testimonio y servicio
del Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.