*Lecturas del Domingo 11º
del Tiempo Ordinario - Ciclo A*
Domingo, 18 de junio de 2023
Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (19,2-6a):
En aquellos días, los israelitas llegaron al desierto del Sinai, y acamparon
allí, frente al monte. Moisés subió hacia Dios.
El Señor lo llamó desde el monte, diciendo: «Así dirás a la casa de Jacob, y
esto anunciarás a los israelitas: "Ya habéis visto lo que he hecho con los
egipcios, y cómo a vosotros os he llevado sobre alas de águila y os he traído a
mí. Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros
seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la
tierra; seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa."»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 99,2.3.5
R/. Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.
El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Romanos (5,6-11):
Cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo
murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un
hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; más la prueba de que Dios nos
ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. ¡Con
cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos
del castigo! Si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la
muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos
salvos por su vida! Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por
nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.
Palabra de Dios
*Lecturas del Domingo 11º
del Tiempo Ordinario - Ciclo A*
Domingo,
18 de junio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(9,36–10,8)*
En aquel tiempo, al ver Jesús a las
gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como
ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores
son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»
Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus
inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce
apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el
Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano;
Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judás Iscariote, el que lo
entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de
gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaría, sino id a las ovejas
descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.
Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que
habéis recibido gratis, dadlo gratis.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
«La
mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la
mies que mande trabajadores a su mies.»
*El
llamado continúa hoy. Jesús sigue llamando, así como llamó a los doce, a
continuar el ministerio de amor de Jesús en el mundo. En el bautismo, recibimos
el agua del amor del Señor y el aceite de servicio, concluido en la
confirmación, matrimonio y ordenación. Las necesidades de la gente del Señor
son tantas hoy como lo fueron en aquel entonces. En un mundo de adicciones,
suicidios, confusiones, pobreza, injusticia y otras grandes necesidades, Jesús
sigue mirando y viendo a la gente ‘como una oveja sin pastor’. El llama a cada
uno de nosotros, hombre o mujer, joven o viejo a su servicio. Señor,
te pido el coraje y la oportunidad para ser activo en mi comunidad, y hacerla
un punto de crecimiento para la vida cristiana*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.