*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO*
VIERNES DE LA SEMANA X
De la Solemnidad.
16 de junio
*EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. (SOLEMNIDAD)*
La devoción al Corazón de Jesús existió ya en los primeros tiempos de la
Iglesia, pero en el siglo diecisiete, Nuestro Señor Jesucristo se apareció a
Santa Margarita María de Alacoque, en Paray-le-Monial, Francia, solicitando,
que se le venerase. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de
espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su
corazón, salía una cruz, entre tanto le dijo: «He aquí el Corazón que tanto ha
amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe
nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor.»
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Al Corazón de Jesús, herido por
nuestro amor, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Corazón de Jesús, herido por
nuestro amor, venid, adorémosle.
Himno: DESDE LA CRUZ REDENTORA
Desde la cruz redentora,
el Señor nos dio el perdón,
y, para darnos su amor,
todo a la vez, sin medida,
abrió en su pecho una herida
y nos dio su corazón.
Santa cruz de Jesucristo,
abierta como dos brazos:
rumbo de Dios y regazo
en la senda del dolor,
brazos tendidos de amor
sosteniendo nuestros pasos.
Sólo al chocar en las piedras
el río canta al Creador;
del mismo modo el dolor,
como piedra de mi río,
saca del corazón mío
el mejor canto de amor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Jesús, puesto en pie, exclamó en alta voz: «El que tenga sed que
venga a mí y que beba.»
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Jesús, puesto en pie, exclamó en
alta voz: «El que tenga sed que venga a mí y que beba.»
Ant 2. Venid a mí todos los que andáis
rendidos y agobiados, que yo os daré descanso.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Venid a mí todos los que andáis
rendidos y agobiados, que yo os daré descanso.
Ant 3. Hijo mío, entrégame el corazón y
acepta de buena gana mi camino.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Hijo mío, entrégame el corazón y
acepta de buena gana mi camino.
LECTURA BREVE Jr 31, 33
Así será la alianza que haré con la casa de Israel, después de aquellos días
—oráculo del Señor—: Pondré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones;
yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
RESPONSORIO BREVE
V. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí.
R. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí.
V. Que soy manso y humilde de corazón.
R. Y aprended de mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí.
V. Recuerdo las proezas del Señor.
R. Traigo a la memoria sus antiguos portentos.
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 28-39
EL AMOR DE DIOS SE MANIFIESTA EN CRISTO
Hermanos: Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los
que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los
predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos
hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a
los que justificó, los glorificó.
¿Qué decir a todo esto? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra
nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte
por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él todo lo demás? ¿Quién se atreverá
a acusar a los elegidos de Dios? Siendo Dios quien justifica, ¿quién podrá
condenar? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió por nosotros? Más aún, ¿el que fue
resucitado y está a la diestra de Dios intercediendo por nosotros? ¿Quién podrá
apartarnos del amor de Cristo? ¿La aflicción? ¿La angustia? ¿La persecución?
¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada? (Como dice la Escritura:
«Por tu causa nos llevan a la muerte uno y otro día; nos tratan como a ovejas
que van al matadero.») Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos
ha amado.
Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni
presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni creatura
alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor
nuestro.
RESPONSORIO Ef 2, 5. 4. 7
R. Cuando estábamos muertos por nuestros pecados,
Dios nos vivificó con Cristo, * por
el gran amor con que nos amó.
V. Quiso mostrar en los siglos venideros la
sublime riqueza de su gracia.
R. Por el gran amor con que nos amó.
SEGUNDA LECTURA
De las Obras de san Buenaventura, obispo
(Opúsculo 3, El árbol de la vida, 29-30. 47: Opera omnia 8, 79)
EN TI ESTA LA FUENTE DE LA VIDA
Y tú, hombre redimido, considera quién, cuál y cuán grande es éste que está
pendiente de la cruz por ti. Su muerte resucita a los muertos, su tránsito lo
lloran los cielos y la tierra, y las mismas piedras, como movidas de compasión
natural, se quebrantan. ¡Oh corazón humano, más duro eres que ellas, si con el
recuerdo de tal víctima ni el temor te espanta, ni la compasión te mueve, ni la
compunción te aflige, ni la piedad te ablanda!
Para que del costado de Cristo dormido en la cruz se formase la Iglesia y se cumpliese
la Escritura que dice: Mirarán a quien traspasaron, uno de los soldados lo
hirió con una lanza y le abrió el costado. Y fue permisión de la divina
providencia, a fin de que, brotando de la herida sangre y agua, se derramase el
precio de nuestra salud, el cual, manando de la fuente arcana del corazón,
diese a los sacramentos de la Iglesia la virtud de conferir la vida de la
gracia, y fuese para los que viven en Cristo como una copa llenada en la fuente
viva, que brota para comunicar vida eterna.
Levántate, pues, alma amiga de Cristo, y sé la paloma que labra su nido en los
agujeros de la peña; sé el pájaro que encuentra su casa y no deja de guardarla;
sé la tórtola que esconde los polluelos de su casto amor en aquella abertura
sacratísima. Aplica a ella tus labios para que bebas el agua de las fuentes del
Salvador. Porque ésta es la fuente que mana en medio del paraíso y, dividida en
cuatro ríos que se derraman en los corazones amantes, riega y fecunda toda la
tierra.
Corre con vivo deseo a esta fuente de vida y de luz quienquiera que seas, ¡oh
alma amante de Dios!, y con toda la fuerza del corazón exclama:
«¡Oh hermosura inefable del Dios altísimo, resplandor purísimo de la eterna
luz! ¡Vida que vivificas toda vida, luz que iluminas toda luz y conservas en
perpetuo resplandor millares de luces, que desde la primera aurora fulguran
ante el trono de tu divinidad!
¡Oh eterno e inaccesible, claro y dulce manantial de la fuente oculta a los
ojos mortales, cuya profundidad es sin fondo, cuya altura es sin término, su
anchura ilimitada y su pureza imperturbable!
De ti procede el río que alegra a la ciudad de Dios. Recrea con el agua de este
deseable torrente los resecos labios de los sedientos de amor, para que con voz
de regocijo y gratitud te cantemos himnos de alabanza, probando por experiencia
que en ti está la fuente de la vida y tu luz nos hace ver la luz.»
RESPONSORIO Sal 102, 2. 4; 33, 9
R. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus
beneficios. * Él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura.
V. Gustad y ved que bueno es el Señor.
R. Él rescata tu vida de la fosa y te colma de
gracia y de ternura.
*Lecturas del Sagrado
Corazón de Jesús*
Viernes,
16 de junio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,25-30)*
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y
tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has
revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo
ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce
al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí
todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro
descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Por su entrañable misericordia Dios nos ha visitado y ha redimido
a su pueblo. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por su entrañable misericordia Dios
nos ha visitado y ha redimido a su pueblo. Aleluya.
PRECES
Acudamos, hermanos, a Jesús, que es manso y humilde de corazón, y
digámosle:
Rey amantísimo, ten piedad de nosotros.
Jesús, Señor nuestro, en quien habita corporalmente toda la plenitud de la
divinidad,
haz que participemos de tu naturaleza divina.
Jesús, único maestro, en quien están escondidos todos los tesoros de la
sabiduría y del conocimiento,
danos, mediante la Iglesia, el conocimiento de la multiforme sabiduría de Dios.
Jesús, Hijo de Dios, en quien el Padre se complace,
enséñanos a escuchar con perseverancia tu palabra.
Jesús, hermano nuestro, de cuya plenitud todos hemos recibido,
concédenos la abundancia de tu gracia y de tu verdad.
Jesús, salvador nuestro, fuente de vida y de santidad,
haz que seamos santos e irreprochables por el amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Unidos al Corazón de Jesucristo, que latió de amor por el Padre y por cada uno
de nosotros, digamos confiadamente:
Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Dios todopoderoso y eterno, que, al celebrar la
grandeza del amor que resplandece en el corazón de tu Hijo, recibamos de esta
fuente divina gracias cada vez más abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
II VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: MÁRMOL CON SANGRE, TU FRENTE
Mármol con sangre, tu frente;
lirios con sangre, tus manos;
tus ojos, soles con muerte;
luna con muerte, tus labios.
Así quiero verte, Cristo,
sangriento jardín de nardos;
así, con tus cinco llagas,
cielo roto y estrellado.
Rojo y blanco, blanco y rojo,
te vio la niña del cántico:
bien merecido lo tienes,
por santo y enamorado.
Abismo reclama abismo:
¿o no lo sabías acaso?;
el amor llama a la muerte:
muerte y amor son hermanos.
Amor quema, amor hiende
carne y alma, pecho y labio.
Amor, espada de fuego;
amor, cauterio y taladro.
Así quiero verte, Cristo,
con sangre, lirios y mármol;
soles y lunas con muerte
en tus ojos y en tus labios. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Con tu yugo suave, Señor, somete el corazón de tus enemigos.
Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Con tu yugo suave, Señor, somete el
corazón de tus enemigos.
Ant 2. El Señor es piadoso y clemente; él
da alimento a sus fieles.
Salmo 110 - GRANDES SON LAS OBRAS DEL SEÑOR
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su poder,
dándoles la heredad de los gentiles.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es piadoso y clemente; él
da alimento a sus fieles.
Ant 3. Éste es el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2,
6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Éste es el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo.
LECTURA BREVE Ef 2, 4-5a. 6-7
Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, aun cuando
estábamos muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo y nos resucitó
con él, y nos hizo sentar en los cielos con Cristo Jesús. Así Dios, en su
bondad para con nosotros en Cristo Jesús, quiso mostrar en los siglos venideros
la sublime riqueza de su gracia.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud
de su sangre.
V. Y ha hecho de nosotros reino y sacerdotes para
el Dios y Padre suyo.
R. Por la virtud de su sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud
de su sangre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor nos ha acogido en su corazón, acordándose de su
misericordia. Aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor nos ha acogido en su
corazón, acordándose de su misericordia. Aleluya.
PRECES
Acudamos, hermanos, a Jesús, descanso de nuestras almas fatigadas,
y digámosle suplicantes:
Rey amantísimo, ten piedad de nosotros.
Oh Jesús, que quisiste ser traspasado por la lanza para que de tu corazón
abierto, al brotar el agua y la sangre, naciera tu esposa la Iglesia,
haz que esta Iglesia sea siempre santa e inmaculada.
Jesús, templo santo de Dios, destruido por los hombres y levantado nuevamente
por el Padre,
dígnate hacer de la Iglesia morada del Altísimo.
Jesús, rey y centro de todos los corazones, que con amor eterno nos amas y nos
atraes con misericordia,
renueva tu alianza con todos los hombres.
Jesús, paz y reconciliación nuestra, que has hecho las paces en un solo hombre
nuevo, dando muerte al odio mediante la cruz,
danos acceso al Padre.
Jesús, vida y resurrección nuestra, alivio de los que están cansados y descanso
de los que se sienten agobiados,
atrae hacia ti a los pecadores.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Jesús, que por tu amor desbordante te rebajaste hasta someterte incluso a la
muerte y una muerte de cruz,
llama a los fieles difuntos a la resurrección.
Unidos a Jesucristo, que nos ama como hermano, acudamos al Padre, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Dios todopoderoso y eterno, que, al celebrar la
grandeza del amor que resplandece en el corazón de tu Hijo, recibamos de esta
fuente divina gracias cada vez más abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.