*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
MARTES
DE LA SEMANA IX
De la Feria.
Salterio I
6 de junio
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Himno: AL CANTO DE LOS GALLOS.
Al canto de los gallos
viene la aurora;
los temores se alejan
como las sombras.
¡Dios, Padre nuestro,
en tu nombre dormimos
y amanecemos!
Como luz nos visitas,
Rey de los hombres,
como amor que vigila
siempre de noche;
cuando el que duerme
bajo el signo del sueño
prueba la muerte.
Del sueño del pecado
nos resucitas,
y es señal de tu gracia
la luz amiga.
¡Dios que nos velas!,
tú nos sacas por gracia
de las tinieblas.
Gloria al Padre y al Hijo,
gloria al Espíritu,
al que es paz, luz y vida,
al Uno y Trino;
gloria a su nombre
y al misterio divino
que nos lo esconde. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del
Señor.
Salmo 23 - ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
El la fundó sobre los mares,
El la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El hombre de manos inocentes y puro
corazón subirá al monte del Señor.
Ant 2. Ensalzad con vuestras obras al rey
de los siglos.
Cántico: ESPERANZA DE ISRAEL EN BABILONIA Tb 13, 1-10
Bendito sea Dios, que vive eternamente,
y cuyo reino dura por los siglos:
él azota y se compadece,
hunde hasta el abismo y saca de él,
y no hay quien escape de su mano.
Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,
porque él nos dispersó entre ellos.
Proclamad allí su grandeza,
ensalzadlo ante todos los vivientes:
que él es nuestro Dios y Señor,
nuestro Padre por todos los siglos.
Él nos azota por nuestros delitos,
pero se compadecerá de nuevo,
y os congregará de entre todas las naciones
por donde estáis dispersados.
Si volvéis a él de todo corazón
y con toda el alma,
siendo sinceros con él,
él volverá a vosotros
y no os ocultará su rostro.
Veréis lo que hará con vosotros,
le daréis gracias a boca llena,
bendeciréis al Señor de la justicia
y ensalzaréis al rey de los siglos.
Yo le doy gracias en mi cautiverio,
anuncio su grandeza y su poder
a un pueblo pecador.
Convertíos, pecadores,
obrad rectamente en su presencia:
quizá os mostrará benevolencia
y tendrá compasión.
Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,
y me alegraré de su grandeza.
Anuncien todos los pueblos sus maravillas
y alábenle sus elegidos en Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ensalzad con vuestras obras al rey
de los siglos.
Ant 3. El Señor merece la alabanza de los
buenos.
Salmo 32 - HIMNO AL PODER Y A LA PROVIDENCIA DE DIOS
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando vuestra música con aclamaciones:
que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales,
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano.
Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe:
porque él lo dijo, y existió;
él lo mandó, y surgió.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.
No vence el rey por su gran ejército,
no escapa el soldado por su mucha fuerza,
nada valen sus caballos para la victoria,
ni por su gran ejército se salva.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
Nosotros esperamos en el Señor:
él es nuestro auxilio y escudo,
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor merece la alabanza de los
buenos.
LECTURA BREVE Rm 13, 11b. 12-13a
Ya es hora que despertéis del sueño. La noche va pasando, el día está encima;
desnudémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos de las armas de
la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Mi alcázar, mi libertador.
R. En que me amparo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. El
Señor hace caminar a los humildes con rectitud.
R. Enseña su camino a los humildes.
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol Santiago 3, 1-12
MODERACIÓN EN EL USO DE LA LENGUA
Hermanos, no pretendáis ser todos maestros; sabed
que tendremos un juicio más severo, porque todos tenemos muchos tropiezos.
Quien no peca en sus palabras es hombre perfecto, que puede poner freno a toda
su persona. Mirad: a los caballos, les ponemos freno en la boca para que nos
obedezcan, y así gobernamos todo su cuerpo.
Ved también cómo las naves, con ser tan grandes e impulsadas por tan fuertes
vientos, son gobernadas por un pequeño timón, a voluntad del piloto. Así
también, la lengua es un pequeño miembro y se gloría de grandes hazañas.
Ved como un poco de fuego incendia grandes bosques. También la lengua es un
fuego, un mundo de iniquidad; colocada entre nuestros miembros, la lengua
contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, incendia a su vez toda
nuestra vida.
Se pueden domar, y de hecho han sido domadas por el hombre, toda clase de
fieras, de aves, de reptiles y de animales marinos. Pero ningún hombre puede
domar su lengua: es un mal que trabaja incansable; está llena de veneno mortal.
Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres,
creados a imagen de Dios.
De la misma boca salen la bendición y la maldición. Hermanos, esto no debe ser
así. ¿Acaso la fuente mana por el mismo caño agua dulce y amarga? Hermanos,
¿puede acaso la higuera dar aceitunas, o higos la vid? Tampoco un manantial de
agua salada puede dar agua dulce.
RESPONSORIO St 3, 2b; Pr 10, 19
R. Quien no
peca en sus palabras es hombre perfecto, * que
puede poner freno a toda su persona.
V. En el mucho hablar no faltará pecado; el que
frena sus labios es sensato.
R. Que puede poner freno a toda su persona.
SEGUNDA LECTURA
De las Instrucciones de san Doroteo, abad.
(Instrucción 7, Sobre la acusación de sí mismo, 2-3: PG 88, 1699).
LA FALSA PAZ DE ESPÍRITU
El que se acusa a sí mismo acepta con alegría toda
clase de molestias, daños, ultrajes, ignominias y otra aflicción cualquiera que
haya de soportar, pues se considera merecedor de todo ello, y en modo alguno
pierde la paz. Nada hay más apacible que un hombre de ese temple.
Pero quizás alguien me objetará: «Si un hermano me aflige y yo, examinándome a
mí mismo, no encuentro que le haya dado ocasión alguna, ¿por qué tengo que
acusarme?» En realidad, el que se examina con diligencia y con temor de Dios
nunca se hallará del todo inocente, y se dará cuenta de que ha dado alguna ocasión,
ya sea de obra, de palabra o con el pensamiento. Y, si en nada de esto se halla
culpable, seguro que en otro tiempo habrá sido motivo de aflicción para aquel
hermano, por la misma o por diferente causa; o quizás habrá causado molestia a
algún otro hermano. Por esto sufre ahora en justa compensación, o también por
otros pecados que haya podido cometer en muchas otras ocasiones.
Otro preguntará por qué deba acusarse si, estando sentado con toda paz y
tranquilidad, viene un hermano y lo molesta con alguna palabra desagradable o
ignominiosa, y sintiéndose incapaz de aguantarla, cree que tiene razón en
alterarse y enfadarse con su hermano; porque, si éste no hubiese venido a
molestarlo, él no hubiera pecado.
Este modo de pensar es, en verdad, ridículo y carente de toda razón. En efecto,
no es que al decirle aquella palabra haya puesto en él la pasión de la ira,
sino que más bien ha puesto al descubierto la pasión de que se hallaba
aquejado; con ello le ha proporcionado ocasión de enmendarse, si quiere. Éste
tal es semejante a un trigo nítido y brillante que, al ser roto, pone al
descubierto la suciedad que contenía.
Así también el que está sentado en paz y tranquilidad, según cree, esconde, sin
embargo, en su interior una pasión que él no ve. Viene el hermano, le dice
alguna Palabra molesta y, al momento, aquél echa fuera todo el pus y la
suciedad escondidos en su interior. Por lo cual, si quiere alcanzar
misericordia, mire de enmendarse, purifíquese, procure perfeccionarse, y verá
que, más que atribuirle una injuria, lo que tenía que haber hecho era dar
gracias a aquel hermano, ya que le ha sido motivo de tan gran provecho. Y, en
lo sucesivo, estas pruebas no le causarán tanta aflicción, sino que, cuanto más
se vaya perfeccionando, mas leves le parecerán. Pues el alma, cuanto más avanza
en la perfección, tanto más fuerte y valerosa se vuelve en orden a soportar las
penalidades que le puedan sobrevenir.
RESPONSORIO Jb 9, 2. 14; 15, 15
R. Sé muy bien
que el hombre no puede tener razón contra Dios. * ¿Quién
soy yo para replicarle y rebuscar argumentos contra él?
V. Ni aun a sus ángeles los encuentra totalmente
fieles, y ni el cielo es enteramente puro a sus ojos.
R. ¿Quién soy yo para replicarle y rebuscar
argumentos contra él?
*Lecturas del Martes de la
9ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 6
de junio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Marcos
(12,13-17)*
En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para
cazarlo con una pregunta.
Se acercaron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que no te
importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino que enseñas
el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no?
¿Pagamos o no pagamos?»
Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: «¿Por qué intentáis cogerme? Traedme
un denario, que lo vea.»
Se lo trajeron.
Y él les preguntó: «¿De quién es esta cara y esta inscripción?»
Le contestaron: «Del César.»
Les replicó: «Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a
Dios.»
Se quedaron admirados.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había
predicho por boca de sus santos profetas.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nos ha suscitado el Señor una
fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.
PRECES
Ya que hemos sido llamados a participar de una vocación celestial,
bendigamos por ello a Jesús, el pontífice de nuestra fe, y supliquémosle
diciendo:
Escúchanos, Señor.
Señor Jesús, que por el bautismo has hecho de nosotros un sacerdocio real,
haz que nuestra vida sea un continuo sacrificio de alabanza.
Ayúdanos, Señor, a guardar tus mandatos
para que por la fuerza del Espíritu Santo nosotros permanezcamos en ti y tú en
nosotros.
Danos tu sabiduría eterna
para que permanezca con nosotros y con nosotros trabaje.
Concédenos ser la alegría de cuantos nos rodean
y fuente de esperanza para los decaídos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Como hijos que somos de Dios, dirijámonos a nuestro Padre con la oración que
Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Escucha, Señor, nuestra oración matutina y con la luz de tu
misericordia alumbra la oscuridad de nuestro corazón: para que, habiendo sido
iluminados por tu claridad, no andemos nunca tras las obras de las tinieblas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: NOS DIJERON DE NOCHE.
Nos dijeron de noche
que estabas muerto,
y la fe estuvo en vela
junto a tu cuerpo;
La noche entera,
la pasamos queriendo
mover la piedra.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.
No supieron contarlo
los centinelas,
nadie supo la hora
ni la manera;
antes del día,
se cubrieron de gloria
tus cinco heridas.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.
Si los cinco sentidos
buscan el sueño,
que la fe tenga el suyo
vivo y despierto;
la fe velando,
para verte de noche
resucitando.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor da la victoria a su Ungido.
Salmo 19 - ORACIÓN POR LA VICTORIA DEL REY.
Que te escuche el Señor el día del peligro,
que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;
que te envíe auxilio desde el santuario,
que te apoye desde el monte Sión;
que se acuerde de todas tus ofrendas,
que le agraden tus sacrificios;
que cumpla el deseo de tu corazón,
que dé éxito a todos tus planes.
Que podamos celebrar tu victoria
y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes;
que el Señor te conceda todo lo que pides.
Ahora reconozco que el Señor
da la victoria a su Ungido,
que lo ha escuchado desde su santo cielo,
con los prodigios de su mano victoriosa.
Unos confían en sus carros,
otros en su caballería;
nosotros invocamos el nombre
del Señor, Dios nuestro.
Ellos cayeron derribados,
nosotros nos mantenemos en pie.
Señor, da la victoria al rey
y escúchanos cuando te invocamos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor da la victoria a su
Ungido.
Ant 2. Al son de instrumentos cantaremos
tu poder.
Salmo 20, 2-8. 14 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA
VICTORIA DEL REY.
Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.
Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.
Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia;
porque el rey confía en el Señor,
y con la gracia del Altísimo no fracasará.
Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al son de instrumentos cantaremos
tu poder.
Ant 3. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10.
12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la
gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
LECTURA BREVE 1Jn 3, 1a. 2
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para
llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! Queridos hermanos, ahora somos hijos
de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se
manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
RESPONSORIO BREVE
V. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi
salvador.
PRECES
Alabemos a Cristo, que mora en medio de nosotros, su pueblo
adquirido, y supliquémosle diciendo:
Por el honor de tu nombre, escúchanos, Señor.
Dueño y Señor de los pueblos, acude en ayuda de todas las naciones y de los que
las gobiernan:
que todos los hombres sean fieles a tu voluntad y trabajen por el bien y la
paz.
Tú que al subir al cielo llevaste contigo una gran multitud de cautivos,
devuelve la libertad de los hijos de Dios a nuestros hermanos que sufren
esclavitud en el cuerpo o en el espíritu.
Concede, Señor, a los jóvenes la realización de sus esperanzas
y que sepan responder a tus llamadas en el transcurso de su vida.
Que los niños imiten tu ejemplo
y crezcan siempre en sabiduría y en gracia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acoge a los difuntos en tu reino,
donde también nosotros esperamos reinar un día contigo.
Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre:
Padre nuestro...
ORACION
Te damos gracias, Señor Dios todopoderoso, porque has permitido
que lleguemos a esta noche; te pedimos aceptes con agrado el alzar de nuestras
manos como ofrenda de la tarde. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de
los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.