*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*LUNES SEMANA
IV*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo
con cantos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo
con cantos.
Himno: SEÑOR, COMO QUISIERA.
Señor, cómo quisiera
en cada aurora aprisionar el día,
y ser tu primavera
en gracia y alegría,
y crecer en tu amor más todavía.
En cada madrugada
abrir mi pobre casa, abrir la puerta,
el alma enamorada,
el corazón alerta,
y conmigo tu mano siempre abierta.
Ya despierta la vida
con su canción de ruidos inhumanos;
y tu amor me convida
a levantar mis manos
y a acariciarte en todos mis hermanos.
Hoy elevo mi canto
con toda la ternura de mi boca,
al que es tres veces santo,
a ti que eres mi Roca
y en quien mi vida toda desemboca. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Por la mañana, sácianos de tu misericordia, Señor.
Salmo 89 - BAJE A NOSOTROS LA BONDAD DEL SEÑOR
Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.
Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.
Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vigilia nocturna.
Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.
¡Cómo nos ha consumido tu cólera
y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.
Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.
¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,
quién ha sentido el peso de tu cólera?
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la mañana, sácianos de tu
misericordia, Señor.
Ant 2. Llegue la alabanza del Señor hasta
el confín de la tierra.
Cántico: CÁNTICO NUEVO AL DIOS VENCEDOR Y SALVADOR Is 42, 10-16
Cantad al Señor un cántico nuevo,
llegue su alabanza hasta el confín de la tierra;
muja el mar y lo que contiene,
las islas y sus habitantes;
alégrese el desierto con sus tiendas,
los cercados que habita Cadar;
exulten los habitantes de Petra,
clamen desde la cumbre de las montañas;
den gloria al Señor,
anuncien su alabanza en las islas.
El Señor sale como un héroe,
excita su ardor como un guerrero,
lanza el alarido,
mostrándose valiente frente al enemigo.
«Desde antiguo guardé silencio,
me callaba y aguantaba;
mas ahora grito como la mujer cuando da a luz,
jadeo y resuello.
Agostaré montes y collados,
secaré toda su hierba,
convertiré los ríos en yermo,
desecaré los estanques;
conduciré a los ciegos
por el camino que no conocen,
los guiaré por senderos que ignoran.
Ante ellos convertiré la tiniebla en luz,
lo escabroso en llano.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Llegue la alabanza del Señor hasta
el confín de la tierra.
Ant 3. Alabad el nombre del Señor, los que
estáis en la casa del Señor.
Salmo 134, 1-12 - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.
Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
-en medio de ti, Egipto-
contra el Faraón y sus ministros.
Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad el nombre del Señor, los que
estáis en la casa del Señor.
LECTURA BREVE Jdt 8, 21b-23
Recordad que Dios ha querido probarnos como a nuestros padres. Recordad lo que
hizo con Abraham, las pruebas por que hizo pasar a Isaac, lo que aconteció a
Jacob. Como les puso a ellos en el crisol para sondear sus corazones, así el
Señor nos hiere a nosotros, los que nos acercamos a él, no para castigarnos,
sino para amonestarnos.
RESPONSORIO BREVE
V. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la
alabanza de los buenos.
V. Cantadle un cántico nuevo.
R. Que merece la alabanza de los buenos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la
alabanza de los buenos.
V. Qué
dulce al paladar tu promesa, Señor.
R. Más que miel en la boca.
PRIMERA LECTURA
Del libro de los Jueces 16, 4-6. 16-31
PERFIDIA DE DALILA Y MUERTE DE SANSÓN
En aquellos días, se enamoró Sansón de una mujer
del valle de Soreq, que se llamaba Dalila. Los jefes de los filisteos fueron
con ella y le dijeron:
«Sedúcelo y entérate de dónde le viene esa fuerza tan enorme y cómo podríamos
dominarlo para amarrarlo y tenerlo sujeto. Nosotros te daremos cada uno mil
cien siclos de plata.»
Dalila dijo a Sansón:
«Dime de dónde te viene esa fuerza tan grande y con qué habría que atarte para
tenerte sujeto.»
Y como todos los días lo asediaba y lo importunaba tanto, hasta hacerle pesada
la vida, Sansón le abrió todo su corazón y le dijo:
«La navaja no ha pasado jamás por mi cabeza, porque soy nazir de Dios desde el
vientre de mi madre. Si me rasuraran, mi fuerza se retiraría de mí, me
debilitaría y sería como un hombre cualquiera.»
Dalila comprendió que le había abierto todo su corazón, mandó llamar a los
jefes de los filisteos y les dijo:
«Venid, pues me ha abierto todo su corazón.»
Y los príncipes de los filisteos vinieron hacia ella con el dinero en la mano.
Ella hizo dormir a Sansón sobre sus rodillas y llamó a un hombre que le cortó
las siete trenzas de su cabeza. Entonces comenzó a debilitarse y se retiró de
él su vigor. Ella gritó:
«Sansón, los filisteos contra ti.»
Él se despertó de su sueño y se dijo:
«Saldré como otras veces y me las arreglaré.»
Pero no sabía que el Señor se había apartado de él. Los filisteos le echaron
mano, le sacaron los ojos y lo bajaron a Gaza. Allí lo ataron con una doble
cadena de bronce y lo pusieron a dar vueltas a la piedra del molino en la
cárcel. Pero el pelo de su cabeza, después de rapado, comenzó a crecer de
nuevo.
Los jefes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a su
dios Dagón y hacer gran fiesta. Y decían:
«Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo.»
Y la gente, al verlo, alababa a su dios, diciendo:
«Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo, el que
devastaba nuestro país y multiplicaba nuestras víctimas.»
Y como su corazón estaba alegre, dijeron:
«Llamad a Sansón, para que nos divierta.»
Trajeron, pues, a Sansón de la cárcel y él los estuvo divirtiendo, haciendo
algunos juegos ante ellos; luego lo pusieron de pie entre las columnas. Sansón
dijo entonces al muchacho que lo llevaba de la mano:
«Ponme donde pueda tocar las columnas en las que descansa la casa, para que
pueda apoyarme en ellas.»
La casa estaba llena de hombres y mujeres. Estaban dentro todos los príncipes
de los filisteos y, en el terrado, unos tres mil hombres y mujeres,
contemplando los juegos de Sansón. Sansón invocó al Señor, diciendo:
«Señor, dígnate acordarte de mí, dame fuerzas nada más por esta vez, para que
de un golpe me vengue de los filisteos por mis dos ojos.»
Sansón palpó las dos columnas centrales sobre las que descansaba la casa y se
apoyó contra ellas, en una con el brazo derecho, en la otra con el izquierdo, y
gritó:
«¡Muera yo con los filisteos!»
Hizo presión con todas sus fuerzas y la casa se derrumbó sobre los jefes y
sobre toda la gente ahí reunida. Los que hizo morir con su muerte fueron más
que todos los que había matado en vida.
Sus hermanos y toda la casa de su padre bajaron y se lo llevaron. Lo subieron y
sepultaron entre Sorá y Estaol, en el sepulcro de su padre Manóaj. Había sido
juez en Israel por espacio de veinte años.
RESPONSORIO Sal 42, 1; 30, 4;
cf. Jc 16, 28
R. Hazme
justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa contra gente sin piedad. * Tú
eres mi roca y mi baluarte.
V. Acuérdate de mí y restitúyeme mis fuerzas.
R. Tú eres mi roca y mi baluarte.
SEGUNDA LECTURA
Del Tratado de san Gregorio de Nisa, obispo, Sobre
el perfecto modelo del cristiano.
(PG 46, 254-255)
EL CRISTIANO ES OTRO CRISTO
Pablo, mejor que nadie, conocía a Cristo y enseñó,
con sus obras, cómo deben ser los que de él han recibido su nombre, pues lo
imitó de una manera tan perfecta que mostraba en su persona una reproducción
del Señor, ya que, por su gran diligencia en imitarlo, de tal modo estaba
identificado con el mismo ejemplar, que no parecía ya que hablara Pablo, sino
Cristo, tal como dice él mismo, perfectamente consciente de su propia
perfección: Ya que andáis buscando pruebas de que Cristo habla por mí. Y
también dice: Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.
Él nos hace ver la gran virtualidad del nombre de Cristo, al afirmar que Cristo
es la fuerza y sabiduría de Dios, al llamarlo paz y luz inaccesible en la que
habita Dios, expiación, redención, gran sacerdote, Pascua, propiciación de las
almas, irradiación de la gloria e impronta de la substancia del Padre, por
quien fueron hechos los siglos, comida y bebida espiritual, piedra y agua,
fundamento de la fe, piedra angular, imagen del Dios invisible, gran Dios,
cabeza del cuerpo que es la Iglesia, primogénito de la nueva creación,
primicias de los que han muerto, primogénito de entre los muertos, primogénito
entre muchos hermanos, mediador entre Dios y los hombres, Hijo unigénito
coronado de gloria y de honor, Señor de la gloria, origen de las cosas, rey de
justicia y rey de paz, rey de todos, cuyo reino no conoce fronteras.
Estos nombres y otros semejantes le da, tan numerosos que no pueden contarse.
Nombres cuyos diversos significados, si se comparan y relacionan entre sí, nos
descubren el admirable contenido del nombre de Cristo y nos revelan, en la
medida en que nuestro entendimiento es capaz, su majestad inefable.
Por lo cual, puesto que la bondad de nuestro Señor nos ha concedido una
participación en el más grande, el más divino y el primero de todos los
nombres, al honrarnos con el nombre de «cristianos», derivado del de Cristo, es
necesario que todos aquellos nombres que expresan el significado de esta
palabra se vean reflejados también en nosotros, para que el nombre de
«cristianos» no aparezca como una falsedad, sino que demos testimonio del mismo
con nuestra vida.
RESPONSORIO Sal 5, 12; 88, 16-17
R. Que se
alegren, Señor, los que se acogen a ti, con júbilo eterno; protégelos, para que
se llenen de gozo * los
que aman tu nombre.
V. Caminarán, ¡oh Señor!, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día.
R. Los que aman tu nombre.
*Lecturas del Lunes de la
12ª semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 26
de junio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(7,1-5)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis y no os juzgarán;
porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán
con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no
reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano:
“Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita;
sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del
ojo de tu hermano.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y
redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de
Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Ya que Cristo escucha y salva a cuantos en él se refugian,
acudamos a él diciendo:
Escúchanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, por el gran amor con que nos amaste;
continúa mostrándote con nosotros rico en misericordia.
Tú que con el Padre sigues actuando siempre en el mundo,
renueva todas las cosas con la fuerza de tu Espíritu.
Abre nuestros ojos y los de nuestros hermanos
para que podamos contemplar hoy tus maravillas.
Ya que nos llamas hoy a tu servicio,
haz que seamos buenos administradores de tu multiforme gracia en favor de
nuestros hermanos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acudamos a Dios Padre, tal como nos enseñó Jesucristo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que encomendaste al hombre la guarda y el cultivo de
la tierra, y creaste la luz del sol en su servicio, concédenos hoy que, con tu
ayuda, trabajemos sin desfallecer para tu gloria y para el bien de nuestro
prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: YA NO TEMO, SEÑOR, LA TRISTEZA
Ya no temo, Señor, la tristeza,
ya no temo, Señor, la soledad;
porque eres, Señor, mi alegría,
tengo siempre tu amistad.
Ya no temo, Señor, a la noche,
ya no temo, Señor, la oscuridad;
porque brilla tu luz en las sombras,
ya no hay noche, tú eres luz.
Ya no temo, Señor, los fracasos,
ya no temo, Señor, la ingratitud;
porque el triunfo, Señor, en la vida,
tú lo tienes, tú lo das.
Ya no temo, Señor, los abismos,
ya no temo, Señor, la inmensidad;
porque eres, Señor, el camino
y la vida, la verdad. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 135 I - HIMNO A DIOS POR LAS MARAVILLAS DE LA CREACIÓN Y DEL
ÉXODO.
Dad gracias al Señor porque es bueno:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios de los dioses:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor de los señores:
porque es eterna su misericordia.
Sólo él hizo grandes maravillas:
porque es eterna su misericordia.
Él hizo sabiamente los cielos:
porque es eterna su misericordia.
El afianzó sobre las aguas la tierra:
porque es eterna su misericordia.
Él hizo lumbreras gigantes:
porque es eterna su misericordia.
El sol que gobierna el día:
porque es eterna su misericordia.
La luna que gobierna la noche:
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dad gracias al Señor, porque es
eterna su misericordia.
Ant 2. Grandes y maravillosas son tus
obras, Señor, Dios omnipotente.
Salmo 135 II
El hirió a Egipto en sus primogénitos:
porque es eterna su misericordia.
Y sacó a Israel de aquel país:
porque es eterna su misericordia.
Con mano poderosa, con brazo extendido:
porque es eterna su misericordia.
Él dividió en dos partes el mar Rojo:
porque es eterna su misericordia.
Y condujo por en medio a Israel:
porque es eterna su misericordia.
Arrojó en el mar Rojo al Faraón:
porque es eterna su misericordia.
Guió por el desierto a su pueblo:
porque es eterna su misericordia.
Él hirió a reyes famosos:
porque es eterna su misericordia.
Dio muerte a reyes poderosos:
porque es eterna su misericordia.
A Sijón, rey de los amorreos:
porque es eterna su misericordia.
Y a Hog, rey de Basán:
porque es eterna su misericordia.
Les dio su tierra en heredad:
porque es eterna su misericordia.
En heredad a Israel, su siervo:
porque es eterna su misericordia.
En nuestra humillación se acordó de nosotros:
porque es eterna su misericordia.
Y nos libró de nuestros opresores:
porque es eterna su misericordia.
Él da alimento a todo viviente:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios del cielo:
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grandes y maravillosas son tus
obras, Señor, Dios omnipotente.
Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las
cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios proyectó hacer que todas las
cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE 1Ts 3, 12-13
Que el Señor os haga aumentar y rebosar en amor de unos con otros y con todos,
así como os amamos nosotros, para que conservéis vuestros corazones intachables
en santidad ante Dios, Padre nuestro, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con
todos sus santos.
RESPONSORIO BREVE
V. Suba, Señor, a ti mi oración.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
V. Como incienso en tu presencia.
R. A ti mi oración.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios
mío.
PRECES
Llenos de confianza en el Señor Jesús que no abandona nunca a los
que se acogen a él, invoquémosle diciendo:
Escúchanos, Señor, Dios nuestro.
Señor Jesucristo, tú eres nuestra luz; ilumina a tu Iglesia
para que proclame a todas las naciones el gran misterio de piedad manifestado
en tu encarnación.
Guarda a los sacerdotes y ministros de la Iglesia,
y haz que con su palabra y su ejemplo edifiquen tu pueblo santo.
Tú que, por tu sangre, pacificaste el mundo,
aparta de nosotros el pecado de discordia y el azote de la guerra.
Ayuda, Señor, a los que uniste con la gracia del matrimonio,
para que su unión sea efectivamente signo del misterio de la Iglesia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concede, por tu misericordia, a todos los difuntos el perdón de sus faltas,
para que sean contados entre tus elegidos.
Unidos a Jesucristo, supliquemos ahora al Padre con la oración de los hijos de
Dios:
Padre nuestro...
ORACION
Quédate con nosotros, Señor Jesús, porque el día ya se acaba; sé
nuestro compañero de camino, levanta nuestros corazones, reanima nuestra
esperanza; así nosotros, junto con nuestros hermanos, podremos reconocerte en
las Escrituras y en la fracción del pan. Tú que vives y reinas con el Padre en
la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.