*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE (FIESTA)*.
LAUDES
V. Señor abre mis labios
Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant:
Glorifiquemos a Cristo, que tiene el sacerdocio que no pasa.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
Porque el Señor es un Dios grande,
Venid, postrémonos por tierra,
Ojalá escuchéis hoy su voz:
Durante cuarenta años
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Ant:
Glorifiquemos a Cristo, que tiene el sacerdocio que no pasa.
HIMNO
Cantan tu gloria, Cristo Sacerdote,
los cielos y la tierra:
a ti que por amor te hiciste hombre
y al Padre como víctima te ofrendas.
Tu sacrificio nos abrió las puertas,
de par en par, del cielo;
ante el trono de Dios, es elocuente
tu holocausto en la cruz y tu silencio.
Todos los sacrificios de los hombres
quedaron abolidos:
todos eran figuras que anunciaban
al Sacerdote eterno, Jesucristo.
No te basta el morir, que quieres darnos
alimento de vida:
quedarte con nosotros y ofrecerte
sobre el altar: hacerte eucaristía.
Clavado en cruz nos miras, te miramos,
crece el amor, la entrega.
Al Padre, en el Espíritu, contigo,
eleva nuestro canto y nuestra ofrenda. Amén.
Salmodia
Salmo 62,2-9:
El alma sedienta de Dios
Ant: El
Padre, por la sangre de la cruz de Cristo, hizo la paz con todos los seres del
cielo y de la tierra.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El
Padre, por la sangre de la cruz de Cristo, hizo la paz con todos los seres del
cielo y de la tierra.
Daniel
3,57-88.56: Toda la creación alabe al Señor
Ant: Todo fue
creado por Cristo y para Cristo.
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Ant: Todo fue
creado por Cristo y para Cristo.
Salmo 149:
Alegría de los santos
Ant: Todo lo
puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo; ella es su
cuerpo.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en
el principio, ahora y siempre,
por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant: Todo lo
puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo; ella es su
cuerpo.
LECTURA BREVE
Hb 10,5-10
Cuando Cristo entró en el mundo, dijo «Tú no quieres sacrificios
ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni
víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro:
"Aquí estoy, oh Dios para hacer tu voluntad."» Primero dice: «No
quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas
expiatorias», que se ofrecen según la ley. Después añade: «Aquí estoy yo para
hacer tu voluntad.» Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa
voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo,
hecha una vez para siempre.
V. Aquí estoy para hacer tu voluntad.
R. Aquí estoy para hacer tu voluntad.
V. Llevo tu ley en las entrañas.
R. Para hacer tu voluntad.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Aquí estoy para hacer tu voluntad.
Ant: Cristo
amó a su Iglesia; él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla.
PRIMERA
LECTURA
Jesucristo,
sumo sacerdote
Hb 4,14-5,10
Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo
sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras
debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos
en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.
Porque todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está
puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y
sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados
ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que
ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie
puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón.
Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo
sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy»,
o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el
rito de Melquisedec.»
Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas,
presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su
angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a
obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le
obedecen en autor de salvación eterna, proclamado por Dios sumo sacerdote,
según el rito de Melquisedec.
R. Cristo se rebajó hasta someterse incluso a la muerte.
V. Maltratado, voluntariamente se humillaba.
R. Hasta someterse incluso a la muerte.
SEGUNDA
LECTURA
Cristo,
sacerdote y víctima
Pío XII.
De la carta
encíclica Mediator Dei
Cristo es ciertamente sacerdote, pero lo es para nosotros, no
para sí mismo, ya que él, en nombre de todo el género humano, presenta al Padre
eterno las aspiraciones y sentimientos religiosos de los hombres. Es también
víctima, pero lo es igualmente para nosotros, ya que se pone en lugar del
hombre pecador. Por esto, aquella frase del Apóstol: Tened los mismos
sentimientos propios de Cristo Jesús exige de todos los cristianos que, en la
medida de las posibilidades humanas, reproduzcan en su interior las mismas
disposiciones que tenía el divino Redentor cuando ofrecía el sacrificio de sí
mismo: disposiciones de una humilde sumisión, de adoración a la suprema
majestad divina, de honor, alabanza y acción de gracias.
Les exige asimismo que asuman en cierto modo la condición de
víctimas, que se nieguen a sí mismos, conforme a las normas del Evangelio, que
espontánea y libremente practiquen la penitencia, arrepintiéndose y expiando
los pecados.
Exige finalmente que todos, unidos a Cristo, muramos
místicamente en la cruz, de modo que podamos hacer nuestra aquella sentencia de
san Pablo: Estoy crucificado con Cristo
R. Vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse
por mí.
V. Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.
R. Que me amó hasta entregarse por mí.
Lecturas
de Jesucristo, sumo y eterno sacerdote
Jueves, 1 de
junio de 2023
Esto es mi
cuerpo
Esta copa es
la nueva alianza, sellada con mi sangre
Lectura del
santo evangelio según san Lucas 22, 14-20
Llegada
la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo:
—«He
deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer,
porque os digo que ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino de
Dios». Y, tomando una copa, pronunció la acción de gracias y dijo: —«Tomad
esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del
fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios». Y, tomando pan, pronunció la acción de
gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: —«Esto es mi cuerpo, que se entrega por
vosotros; haced esto en memoria mía». Después de cenar, hizo lo mismo con la copa,
diciendo: —«Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama
por vosotros».
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant: Padre,
que todos sean uno, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Padre, que todos sean uno, para que el mundo crea que tú me
has enviado.
PRECES
En el comienzo de este día, alabemos a Jesucristo, fuente de
salvación eterna para todos los hombres, y pidámosle con humildad:
Señor, óyenos
Jesús, Hijo de Dios vivo,
guíanos hacia la luz de la verdad.
Cristo, Palabra de Dios, que estás junto al Padre desde siempre
y por siempre,
consagra a tu Iglesia en la unidad
Jesús, ungido por el Padre con la fuerza del Espíritu Santo,
consagra a tu Iglesia en la santidad.
Cristo, sumo sacerdote del Nuevo Testamento,
comunica a los sacerdotes tu santidad, para gloria del Padre.
Cristo, sabiduría de Dios, paz y reconciliación nuestra,
haz que nos mantengamos todos unánimes y concordes en tu Iglesia.
Cristo, sacerdote eterno, glorificador del Padre,
haz que sepamos ofrecernos contigo, para alabanza de la gloria
eterna.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Dirijamos ahora, todos juntos, nuestra oración al Padre, y
digámosle:
Padre nuestro …
ORACION
Oh Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano
constituiste a tu Hijo único sumo y eterno sacerdote, concede a quienes él
eligió para ministros y dispensadores de sus misterios la gracia de ser fieles
en el cumplimiento del ministerio recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
Amén.
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la
vida eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
V. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
HIMNO
A ti, sumo y eterno Sacerdote
de la nueva alianza,
se ofrecen nuestros votos y se elevan
los corazones en acción de gracias.
Desde el seno del Padre, descendiste
al de la Virgen Madre;
te haces pobre, y así nos enriqueces;
tu obediencia, de esclavos libres hace.
Tú eres el Ungido, Jesucristo,
el Sacerdote único;
tiene su fin en ti la ley antigua,
por ti la ley de gracia viene al mundo.
Al derramar tu sangre por nosotros,
tu amor complace al Padre;
siendo la hostia de tu sacrificio,
hijos de Dios y hermanos tú nos haces.
Para alcanzar la salvación eterna,
día a día se ofrece
tu sacrificio, mientras, junto al Padre,
sin cesar por nosotros intercedes.
A ti, Cristo pontífice, la gloria
por los siglos de los siglos;
tú que vives y reinas y te ofreces
al Padre en el amor del Santo Espíritu. Amén.
Salmodia
Salmo 109,1-5.7: El Mesías, Rey y Sacerdote
Ant: El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres
sacerdote eterno.»
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora».
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso, levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres
sacerdote eterno.»
Salmo 110: Grandes son las obras del Señor
Ant: Dios, rico en misericordia, nos ha hecho vivir con Cristo.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Dios, rico en misericordia, nos ha hecho vivir con Cristo.
Colosenses 1,12-20: Himno a Cristo, primogénito de toda criatura
y primer resucitado de entre los muertos
Ant: Cristo es imagen de Dios invisible, primogénito de toda
criatura.
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de Él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por Él y para Él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Cristo es imagen de Dios invisible, primogénito de toda
criatura.
LECTURA BREVE
Hb 10,19-23
Hermanos, teniendo entrada libre al santuario, en virtud de la
sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para
nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne, y teniendo un gran
sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero y
llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo
lavado en el agua pura. Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos,
porque es fiel quien hizo la promesa.
V. Estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor
Jesucristo.
R. Estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor
Jesucristo.
V. Y nos gloriamos apoyados en la esperanza de alcanzar la
gloria de Dios.
R/. Por medio de nuestro Señor Jesucristo.
V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor
Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant: Padre, te ruego por ellos, que son tuyos, y por ellos me
consagro yo, para que también ellos se consagren en la verdad.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Padre, te ruego por ellos, que son tuyos, y por ellos me
consagro yo, para que también ellos se consagren en la verdad.
PRECES
Dirijámonos confiadamente a Cristo, nuestro sumo y eterno
sacerdote, y presentémosle nuestros deseos y peticiones, diciendo con humildad:
Escúchanos, Señor, te suplicamos con fe
Cristo, tú que eres la Palabra del Padre,
pon en nuestros labios lo que hemos de pedir.
Cristo sacerdote, tú que eres el pan de la vida,
haz que los que tú has elegido vivan el don de su sacerdocio,
consumando en ti su propia oblación.
Cristo glorioso, que vives siempre para interceder ante el Padre
a favor nuestro,
haz que seamos fieles en la oración por tu Iglesia.
Cristo Señor, que fuiste enviado por el Padre,
haz que todos encuentren en ti la vida y el camino del reino.
Cristo, Hijo de Dios vivo, que con tu muerte venciste a la
muerte,
haz que la oblación final de nuestros difuntos los lleve al gozo
eterno de la gloria.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios,
acudamos confiadamente a nuestro Padre:
Padre nuestro…
Oh Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano
constituiste a tu Hijo único sumo y eterno sacerdote, concede a quienes él
eligió para ministros y dispensadores de sus misterios la gracia de ser fieles
en el cumplimiento del ministerio recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la
vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: SE INCLINA YA MI FRENTE
Se inclina ya mi frente,
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso.
Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.
Lucero que te fuiste,
con gran amor amado,
en tu gloria dormimos
y en sueños te adoramos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
Salmo 4 - ACCIÓN DE GRACIAS.
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis, reflexionad
en el silencio de vuestro lecho;
ofreced sacrificios legítimos
y confiad en el Señor.
Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»
Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino.
En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
Ant 2. Durante la noche, bendecid al Señor.
Salmo 133 - ORACIÓN VESPERTINA EN EL TEMPLO
Y ahora bendecid al Señor,
los siervos del Señor,
los que pasáis la noche
en la casa del Señor:
Levantad las manos hacia el santuario,
y bendecid al Señor.
El Señor te bendiga desde Sión:
el que hizo cielo y tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Durante la noche, bendecid al Señor.
LECTURA BREVE Dt 6, 4-7
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu
Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras
que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás
de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que
velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que
velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus
santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición
permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa
muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.