*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO
ORDINARIO LIBRO III. SEMANA 5*
LUNES SEMANA
I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Entremos a la presencia del Señor
dándole gracias.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entremos a la presencia del Señor
dándole gracias.
Himno: DEJADO YA EL DESCANSO DE LA NOCHE
Dejado ya el descanso de la noche,
despierto en la alegría de tu amor,
concédeme tu luz que me ilumine
como ilumina el sol.
No sé lo que será del nuevo día
que entre luces y sombras viviré,
pero sé que, si tú vienes conmigo,
no fallará mi fe.
Tal vez me esperen horas de desierto
amargas y sedientas, mas yo sé
que, si vienes conmigo de camino,
jamás yo tendré sed.
Concédeme vivir esta jornada
en paz con mis hermanos y mi Dios,
al sentarnos los dos para la cena,
párteme el pan, Señor.
Recibe, Padre santo, nuestro ruego,
acoge por tu Hijo la oración
que fluye del Espíritu en el alma
que sabe de tu amor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. A ti te suplico, Señor; por la mañana escucharás mi voz.
Salmo 5, 2-10. 12-13 - ORACIÓN DE LA MAÑANA DE UN JUSTO PERSEGUIDO
Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío.
A ti te suplico, Señor;
por la mañana escucharás mi voz,
por la mañana te expongo mi causa,
y me quedo aguardando.
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor.
Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con toda reverencia.
Señor, guíame con tu justicia,
porque tengo enemigos;
alláname tu camino.
En su boca no hay sinceridad,
su corazón es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto,
mientras halagan con la lengua.
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre.
Porque tú, Señor, bendices al justo,
y como un escudo lo rodea tu favor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A ti te suplico, Señor; por la
mañana escucharás mi voz.
Ant 2. Alabamos, Dios nuestro, tu nombre
glorioso.
Cantico: SÓLO A DIOS HONOR Y GLORIA 1Cro 29, 10-13
Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,
tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria,
tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos.
Por eso, Dios nuestro,
nosotros te damos gracias,
alabando tu nombre glorioso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabamos, Dios nuestro, tu nombre
glorioso.
Ant 3. Postraos ante el Señor en el atrio
sagrado.
Salmo 28 - MANIFESTACIÓN DE DIOS EN LA TEMPESTAD.
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
La voz del Señor sobre las aguas,
el Dios de la gloria hace oír su trueno,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica,
la voz del Señor descuaja los cedros,
el Señor descuaja los cedros del Líbano.
Hace brincar al Líbano como a un novillo,
al Sarión como a una cría de búfalo.
La voz del Señor lanza llamas de fuego,
la voz del Señor sacude el desierto,
el Señor sacude el desierto de Cadés.
La voz del Señor retuerce los robles,
el Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El trono del Señor está encima de la tempestad,
el Señor se sienta como rey eterno.
El Señor da fuerza a su pueblo,
el Señor bendice a su pueblo con la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Postraos ante el Señor en el atrio
sagrado.
LECTURA BREVE 2Ts 3, 10b-13
Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma. Porque nos hemos enterado que
hay entre vosotros algunos que viven desconcertados, sin trabajar nada, pero
metiéndose en todo. A éstos les mandamos y les exhortamos en el Señor
Jesucristo a que trabajen con sosiego para comer su propio pan. Vosotros, hermanos,
no os canséis de hacer el bien.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendito el Señor ahora y por siempre.
R. Bendito el Señor ahora y por siempre.
V. Solo él hizo maravillas.
R. Ahora y por siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Bendito el Señor ahora y por siempre.
V. Enséñame
a cumplir tu voluntad.
R. Y a guardarla de todo corazón.
V. Enséñame a cumplir tu
voluntad.
R. Y a guardarla de todo corazón.
PRIMERA
LECTURA AÑO (I)
De la primera carta a los Corintios 1, 18-31
LA NECEDAD DE LA CRUZ
Hermanos: El mensaje de la cruz es necedad para los qué están en
vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación -para nosotros-
es fuerza de Dios. Dice la Escritura: «Destruiré la sabiduría de los sabios,
frustraré la sagacidad de los sagaces.» ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el
letrado? ¿Dónde está el sofista de nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en
necedad la sabiduría del mundo?
Y, como en la sabiduría de Dios el mundo no lo conoció por el
camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación,
para salvar a los creyentes. Porque los judíos exigen signos, los griegos
buscan sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para
los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados a Cristo -judíos
o griegos-: fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más
sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Fijaos en vuestra asamblea: no hay en ella muchos sabios en lo
humano, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; todo lo contrario: lo necio del
mundo lo ha escogido Dios para confundir a los sabios. Y lo débil del mundo lo
ha escogido Dios para humillar el poder. Aún más: ha escogido la gente baja del
mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta; de modo
que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en
Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría,
justicia, santificación y redención. Y así -como dice la Escritura- «el que se
gloría, que se gloríe en el Señor».
RESPONSORIO
1Co 2, 2; 1, 30. 22-23
R. Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a
Jesucristo, y éste crucificado; * al cual Dios ha hecho para nosotros
sabiduría.
V. Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría, pero
nosotros predicamos a Cristo crucificado.
R. Al cual Dios ha hecho para nosotros sabiduría.
PRIMERA LECTURA AÑO (II)
Del libro del Génesis 41, 1-17a. 25-43
LOS SUEÑOS DEL FARAÓN
Pasaron dos años, y el Faraón tuvo un sueño: Estaba en pie junto al Nilo, cuando
vio salir del Nilo siete vacas hermosas y bien cebadas que se pusieron a
pastar. Detrás de ellas, salieron del Nilo otras siete vacas flacas y mal
alimentadas, y se pusieron junto a las otras a la orilla del Nilo; y las vacas
flacas y mal alimentadas se comieron a las siete vacas hermosas y bien cebadas.
El Faraón despertó.
Tuvo un segundo sueño: Siete espigas brotaban de un tallo, hermosas y granadas;
y siete espigas secas y con tizón brotaban detrás de ellas. Las siete espigas
secas devoraban a las siete espigas granadas y llenas. El Faraón despertó;
había sido un sueño.
A la mañana siguiente, agitado, mandó llamar a todos los magos de Egipto y a
sus sabios, y les contó el sueño; pero ninguno sabía interpretárselo al Faraón.
Entonces, el copero mayor dijo al Faraón:
«Tengo que confesar hoy mi pecado. Cuando el Faraón se irritó contra sus
siervos, y me metió en la cárcel en casa del mayordomo, a mí y al panadero
mayor, él y yo tuvimos un sueño la misma noche; cada sueño con su propio
sentido. Había allí con nosotros un joven hebreo, siervo del mayordomo; le
contamos el sueño, y él lo interpretó, a cada uno su interpretación. Y tal como
él lo interpretó así sucedió: a mí me restablecieron en mi cargo, a él lo
colgaron.»
El Faraón mandó llamar a José. Lo sacaron aprisa del calabozo; se afeitó, se
cambió el traje y se presentó al Faraón. El Faraón dijo a José:
«He soñado un sueño, y nadie sabe interpretarlo; he oído decir de ti que oyes
un sueño y lo interpretas.»
Respondió José al Faraón:
«Sin mérito mío, Dios dará al Faraón respuesta propicia.»
El Faraón contó su sueño a José. José dijo al Faraón:
«Se trata de un único sueño: Dios anuncia al Faraón lo que va a hacer. Las
siete vacas gordas son siete años, y las siete espigas hermosas son siete años:
es el mismo sueño. Las siete vacas flacas y desnutridas que salían detrás de
las primeras son siete años, y las siete espigas vacías y con tizón son siete
años de hambre. Es lo que he dicho al Faraón: Dios ha mostrado al Faraón lo que
va a hacer: Van a venir siete años de gran abundancia en todo el país de
Egipto; detrás vendrán siete años de hambre, que harán olvidar la abundancia en
Egipto, pues el hambre acabará con el país. No habrá rastro de abundancia en el
país, a causa del hambre que seguirá, pues será terrible. El haber soñado el
Faraón dos veces indica que Dios confirma su palabra y que se apresura a
cumplirla.
Por tanto, que el Faraón busque un hombre sabio y prudente y lo ponga al frente
de Egipto; establezca inspectores que dividan el país en regiones y administren
durante los siete años de abundancia. Que reúnan toda clase de alimentos
durante los siete años buenos que van a venir, metan trigo en los graneros por
orden del Faraón, y los guarden en las ciudades. Los alimentos servirán de provisiones
para los siete años de hambre que vendrán después en Egipto, y así no perecerá
de hambre el país.»
El Faraón y sus ministros aprobaron la propuesta, y el Faraón dijo a sus
ministros:
«¿Podemos encontrar un hombre como éste, que posee el espíritu de Dios?»
Y el Faraón dijo a José:
«Ya que Dios te ha enseñado todo esto, nadie es sabio y prudente como tú. Tú
estarás al frente de mi casa, y todo el pueblo obedecerá tus órdenes; sólo en
el trono te precederé.»
Y añadió:
«Mira, te pongo al frente de todo el país.»
Y el Faraón se quitó el anillo del sello de la mano y se lo puso a José; le
vistió traje de lino y le puso un collar de oro al cuello. Le hizo sentarse en
la carroza de su lugarteniente, y gritar delante de él: «De rodillas»; así lo
puso al frente de Egipto.
RESPONSORIO Sb 10, 13. 14
R. La sabiduría no abandonó al justo vendido, sino
que lo libró de caer en mano de los pecadores, hasta entregarle el cetro
real * y el poder sobre sus tiranos.
V. Demostró la falsedad de sus calumniadores y le
dio una gloria eterna.
R. Y el poder sobre sus tiranos.
SEGUNDA LECTURA
Del Breviloquio de san Buenaventura, obispo
(Prólogo: Opera omnia 5, 201-202)
DEL CONOCIMIENTO DE JESUCRISTO DIMANA LA COMPRENSIÓN DE TODA LA
SAGRADA ESCRITURA
El origen de la sagrada Escritura no hay que buscarlo en la investigación
humana, sino en la revelación divina, que procede del Creador de los astros, de
quien procede toda familia en los cielos y en la tierra, de quien por su Hijo
Jesucristo se derrama sobre nosotros el Espíritu Santo, y por el Espíritu
Santo, que reparte y distribuye a cada uno sus dones como quiere, se nos da la
fe, y por la fe habita Cristo en nuestros corazones. En esto consiste el
conocimiento de Jesucristo, conocimiento que es la fuente de la que dimana la
firmeza y la comprensión de toda la sagrada Escritura. Por esto es imposible
penetrar en el conocimiento de las Escrituras, si no se tiene previamente
infundida en sí la fe en Cristo, la cual es como la luz, la puerta y el
fundamento de toda la Escritura. En efecto, mientras vivimos en el destierro
lejos del Señor, la fe es el fundamento estable, la luz directora y la puerta
de entrada de toda iluminación sobrenatural; ella ha de ser la medida de la
sabiduría que se nos da de lo alto, para que nadie quiera saber más de lo que
es justo, sino que abriguemos sentimientos de justa moderación, cada uno en la
medida de la fe que Dios le ha dado.
La finalidad o fruto de la sagrada Escritura no es cosa de poca importancia,
pues tiene como objeto la plenitud de la felicidad eterna. Porque la Escritura
contiene palabras de vida eterna, puesto que se ha escrito no sólo para que
creamos, sino también para que alcancemos la vida eterna, aquella vida en la
cual veremos, amaremos y serán saciados todos nuestros deseos; y, una vez éstos
saciados, entonces conoceremos verdaderamente el amor de Cristo, que excede
todo conocimiento, y así quedaremos colmados hasta poseer toda la plenitud de
Dios. En esta plenitud, de que nos habla el apóstol, la sagrada Escritura se esfuerza
por introducirnos. Ésta es la finalidad, ésta es la intención que ha de
guiarnos al estudiar, enseñar y escuchar la sagrada Escritura.
Y, para llegar directamente a este resultado, a través del recto camino de las
Escrituras, hay que empezar por el principio, es decir, debemos acercarnos, sin
otro bagaje que la fe, al Creador de los astros, doblando las rodillas de
nuestro corazón, para que él, por su Hijo, en el Espíritu Santo, nos dé el
verdadero conocimiento de Jesucristo y, con el conocimiento, el amor, para que
así, conociéndolo y amándolo, fundamentados en la fe y arraigados en la
caridad, podamos conocer la anchura y la longitud, la altura y la profundidad
de la sagrada Escritura y, por este conocimiento, llegar al conocimiento pleno
y al amor extático de la santísima Trinidad; a ello tienden los anhelos de los
santos, en ello consiste la plenitud y la perfección de todo lo bueno y
verdadero.
RESPONSORIO Lc 24, 27. 25
R. Jesús, empezando por Moisés y continuando por
todos los profetas, * les
fue explicando todos los pasajes de la Escritura que a él se referían.
V. «¡Oh hombres sin inteligencia y tardos de
entendimiento para creer todo lo que dijeron los profetas!»
R. Les fue explicando todos los pasajes de la
Escritura que a él se referían.
*Lecturas del Lunes de la 5ª
semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 6
de febrero de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,53-56)*
En aquel tiempo, terminada la travesía, Jesús y sus discípulos llegaron a
Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, lo reconocieron y se pusieron a
recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le
llevaba los enfermos en camillas. En los pueblos, ciudades o aldeas donde
llegaba colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar
al menos la orla de su manto; y los que lo tocaban se curaban.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro.
PRECES
Proclamemos la grandeza de Cristo, lleno de gracia y del Espíritu
Santo, y acudamos a él diciendo:
*Concédenos, Señor, tu Espíritu*.
Concédenos, Señor, un día lleno de paz, de alegría y de inocencia
para que, al llegar a la noche, podamos alabarte con gozo y limpios de pecado.
Que baje hoy a nosotros tu bondad
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Muéstranos tu rostro propicio y danos tu paz
para que durante todo el día sintamos cómo tu mano nos protege.
Mira con bondad a cuantos se han encomendado a nuestras oraciones
y enriquécelos con toda clase de bienes.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Terminemos nuestra oración con la plegaria que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Tu gracia, Señor, inspire nuestras obras, las sostenga y acompañe;
para que todo nuestro trabajo brote de ti, como de su fuente, y tienda a ti,
como a su fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: LIBRA MIS OJOS DE LA MUERTE.
Libra mis ojos de la muerte;
dales la luz, que es su destino.
Yo, como el ciego del camino,
pido un milagro para verte.
Haz de esta piedra de mis manos
una herramienta constructiva,
cura su fiebre posesiva
y ábrela al bien de mis hermanos.
Haz que mi pie vaya ligero.
Da de tu pan y de tu vaso
al que te sigue, paso a paso,
por lo más duro del sendero.
Que yo comprenda, Señor mío,
al que se queja y retrocede;
que el corazón no se me quede
desentendidamente frío.
Guarda mi fe del enemigo.
¡Tantos me dicen que estás muerto!
Y entre la sombra y el desierto
dame tu mano y ven conmigo. Amén
SALMODIA
Ant 1. El Señor se complace en los justos.
Salmo 10 - EL SEÑOR ESPERANZA DEL JUSTO
Al Señor me acojo, ¿por qué me decís:
«escapa como un pájaro al monte,
porque los malvados tensan el arco,
ajustan las saetas a la cuerda,
para disparar en la sombra contra los buenos?
Cuando fallan los cimientos,
¿qué podrá hacer el justo?»
Pero el Señor está en su templo santo,
el Señor tiene su trono en el cielo;
sus ojos están observando,
sus pupilas examinan a los hombres.
El Señor examina a inocentes y culpables,
y al que ama la violencia él lo detesta.
Hará llover sobre los malvados ascuas y azufre,
les tocará en suerte un viento huracanado.
Porque el Señor es justo y ama la justicia:
los buenos verán su rostro.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor se complace en los justos.
Ant 2. Dichosos los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Salmo 14 - ¿QUIÉN ES JUSTO ANTE EL SEÑOR?
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aún en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosos los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Ant 3. Dios nos ha destinado en la persona
de Cristo a ser sus hijos.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios nos ha destinado en la persona
de Cristo a ser sus hijos.
LECTURA BREVE Col 1, 9b-11
Llegad a la plenitud en el conocimiento de la voluntad de Dios, con toda
sabiduría e inteligencia espiritual. Así caminaréis según el Señor se merece y
le agradaréis enteramente, dando fruto en toda clase de obras buenas y
creciendo en el conocimiento de Dios. Fortalecidos en toda fortaleza, según el
poder de su gloria, podréis resistir y perseverar en todo con alegría.
RESPONSORIO BREVE
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Porque he pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque Dios ha mirado mi
humillación.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Proclama mi alma la grandeza del
Señor, porque Dios ha mirado mi humillación.
PRECES
Demos gracias a Dios, nuestro Padre, que recordando siempre su
santa alianza, no cesa de bendecirnos, y digámosle con ánimo confiado:
Favorece a tu pueblo, Señor.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.
Congrega en la unidad a todos los cristianos:
para que el mundo crea en Cristo, tu enviado.
Derrama tu gracia sobre nuestros familiares y amigos:
que encuentren en ti, Señor, su verdadera felicidad.
Muestra tu amor a los agonizantes:
que puedan contemplar tu salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ten piedad de los que han muerto
y acógelos en el descanso de Cristo.
Terminemos nuestra oración con las palabras que nos enseñó Cristo:
Padre nuestro...
ORACION
Nuestro humilde servicio, Señor, proclame tu grandeza, y ya que
por nuestra salvación te dignaste mirar la humillación de la Virgen María, te
rogamos nos enaltezcas llevándonos a la plenitud de la salvación. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.