*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO
ORDINARIO LIBRO III. SEMANA 4*
MIERCOLES
SEMANA IV
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría.
Himno: AL RETORNAR ESTE DÍA.
Al retornar este día,
con voz alegre y canora,
celebrando al Redentor,
cantemos de Dios la gloria.
Por Cristo, el Creador inmenso
hizo la noche y la aurora,
con inmóvil ley fijando
la sucesión de las horas.
La luz eterna eres tú,
la antigua ley perfeccionas,
y no conoces crepúsculo,
y no te apagan las sombras.
Concédenos, Padre eterno,
que vivamos hoy con loa,
con que agrademos a Cristo,
si tu Espíritu nos colma. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme.
Salmo 107 - ALABANZA AL SEÑOR Y PETICIÓN DE AUXILIO.
Dios mío, mi corazón está firme,
para tí cantaré y tocaré, gloria mía.
Despertad, cítara y arpa,
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor,
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria;
para que se salven tus predilectos,
que tu mano salvadora nos responda.
Dios habló en su santuario:
«Triunfante ocuparé Siquén,
parcelaré el valle de Sucot;
mío es Galaad, mío Manasés,
Efraín es yelmo de mi cabeza,
Judá es mi cetro;
Moab, una jofaina para lavarme,
sobre Edom echo mi sandalia,
sobre Filistea canto victoria.»
Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,
quién me conducirá a Edom,
si tú, ¡oh Dios!, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas?
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil;
con Dios haremos proezas,
El pisoteará a nuestros enemigos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi corazón está firme, Dios mío, mi
corazón está firme.
Ant 2. El Señor me ha revestido de
justicia y santidad.
Cántico: ALEGRIA DEL PROFETA ANTE LA NUEVA JERUSALÉN Is 61, 10—62, 5
Desbordo de gozo en el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como a un novio que se pone la corona,
o a una novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos, ante todos los pueblos.
Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que despunte la aurora de su justicia
y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes, tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.
Ya no te llamarán «Abandonada»;
ni a tu tierra, «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita»,
y a tu tierra, «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.
Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu Dios contigo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor me ha revestido de
justicia y santidad.
Ant 3. Alabaré al Señor mientras viva.
Salmo 145 - FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabaré al Señor mientras viva.
LECTURA BREVE Dt 4, 39-40a
Has de reconocer hoy y recordar que el Señor es Dios, en lo alto del cielo y
abajo en la tierra, y que no hay otro. Guarda los mandatos y preceptos que te
voy a dar hoy.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendigo al Señor en todo momento.
R. Bendigo al Señor en todo momento.
V. Su alabanza está siempre en mi boca.
R. En todo momento.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Bendigo al Señor en todo momento.
V. Ábreme, Señor, los ojos.
R. Y contemplaré las maravillas de tu voluntad.
PRIMERA LECTURA AÑO (I)
De la carta a los Romanos 14, 1-23
NINGUNO DE NOSOTROS VIVE PARA SÍ
Hermanos: Acoged benignamente a los espíritus débiles, sin criticar las
distintas opiniones. Unos creen que pueden comer de todo; otros, al contrario,
espíritus débiles, comen sólo legumbres. El que come de todo no desprecie al
que no come; y el que no come, no se meta a criticar a aquél. Dios lo acogió en
su Iglesia. ¿Quién eres tú para criticar al siervo ajeno? Que se mantenga en
pie o que caiga sólo interesa a su propio amo; pero ya se mantendrá en pie, que
poderoso es el Señor para sostenerlo.
Hay quienes tienen preferencia por unos días u otros; y hay quienes los
consideran todos iguales. Que cada uno se forme conciencia segura dentro de su
propia opinión. El que siente interés por tal día lo siente en honor del Señor.
Y el que come de todo come en el nombre del Señor, pues da gracias a Dios; el
que se abstiene de comer algo se abstiene por el Señor, y da gracias a Dios.
Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. Que si vivimos,
vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos. En fin, que tanto
en vida como en muerte somos del Señor. Para esto murió Cristo y retornó a la
vida, para ser Señor de vivos y muertos.
Y tú, espíritu débil, ¿por qué críticas a tu hermano? O también, tú, espíritu
fuerte, ¿por qué desprecias a tu hermano? Mirad que todos compareceremos ante
el tribunal de Dios, como dice la Escritura: "Por mi vida —dice el Señor—,
ante mí se doblará toda rodilla, a mí me alabará toda lengua." Total, que
cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta a Dios de sí mismo. No nos
juzguemos, pues, ya más unos a otros. Más bien aplicad vuestro juicio a no
poner tropiezos o escándalos al hermano.
Yo, conforme a la doctrina de Jesús, Señor, sé y estoy convencido que nada hay
de suyo impuro. Más para quien juzga que una cosa es impura, para ese tal, sí,
lo es. Si, por los alimentos que tomas, provocas a tu hermano, ya no procedes
según la caridad. No malogres con tu comida a aquel por quien ha muerto Cristo.
No deis, pues, lugar a que vuestra buena obra sea objeto de maledicencia.
El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el
Espíritu Santo, pues el que en esto sirve a Cristo es grato a Dios y acepto a
los hombres. Por tanto, trabajemos por la paz y por nuestra mutua edificación.
Por un manjar no destruyas la obra de Dios. Cierto que todos los manjares son
puros; pero son perjudiciales para quien los come dando escándalo. Es mejor
abstenerse de carne y de vino y de todo aquello en que tu hermano encuentre
escándalo.
La seguridad de conciencia que tienes, guárdala para ti mismo en la presencia
de Dios. Dichoso aquel a quien su conciencia no remuerde por lo que resuelve
hacer. Pero quien come, con dudas de si hace bien o mal, ya es culpable ante
Dios; porque no procedió con buena conciencia. Todo lo que se hace con mala
conciencia es pecado.
RESPONSORIO Rm 14, 9. 8.
7
R. Para esto murió Cristo y retornó a la vida, para ser Señor de vivos y
muertos. * Tanto
en vida como en muerte somos del Señor.
V. Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí; que si vivimos,
vivimos para el Señor, y si morimos, para el Señor morimos.
R. Tanto en vida como en muerte somos del Señor.
PRIMERA LECTURA AÑO (II)
Del libro del Génesis
31, 1-18
JACOB HUYE DE SU SUEGRO
LABAN
En aquellos días, Jacob oyó que los hijos de Labán decían:
«Jacob se ha llevado toda la propiedad de nuestro padre y se ha enriquecido a
costa de nuestro padre.»
Jacob temió a Labán, porque ya no lo trataba como antes. El Señor dijo a Jacob:
«Vuelve a la tierra de tu padre, tu tierra nativa, y allí estaré contigo.»
Entonces, Jacob hizo llamar a Raquel y Lía, para que vinieran al campo de los
rebaños, y les dijo:
«He observado el gesto de vuestro padre, ya no me trata como antes; pero el
Dios de mis padres está conmigo. Vosotras sabéis que he servido a vuestro padre
con todas mis fuerzas; pero vuestro padre me ha defraudado cambiándome diez
veces el salario; aunque Dios no le ha permitido perjudicarme. Pues, cuando
decía: "Tu salario serán los animales manchados", todo el rebaño
paría crías manchadas; cuando decía: "Tu salario serán los animales
rayados", todo el rebaño paría crías rayadas. Dios le ha quitado el rebaño
a vuestro padre y me lo ha dado a mí. Una vez, durante el celo, vi en sueños
que todos los machos que cubrían eran rayados o manchados. El ángel de Dios me
llamó en sueños:
"Jacob."
Yo contesté:
"Aquí estoy."
Él me dijo:
"Alza la vista y fíjate: todos los animales que cubren son rayados o
manchados; he visto lo que Labán está haciendo contigo. Yo soy el Dios de
Betel, donde ungiste una estela e hiciste un voto. Ahora, levántate, sal de
esta tierra y vuelve a tu tierra nativa."»
Raquel y Lía contestaron:
«¿Nos queda algo que heredar en nuestra casa paterna? Nos trata como
extranjeras después de vendernos y de comerse nuestro precio. Toda la riqueza
que Dios le ha quitado a nuestro padre era nuestra y de nuestros hijos. Por
tanto, haz todo lo que Dios te manda.»
Jacob se levantó, puso a los hijos y a las mujeres en los camellos, y fue
guiando todo el ganado y todas las posesiones que había adquirido en Padán
Aram, y se encaminó a la casa de su padre, Isaac, en tierra de Canaán.
RESPONSORIO
Gn 31, 13; Is 49, 26
R. Yo soy el Dios de Betel, donde
ungiste una estela e hiciste un voto; ahora, levántate, * sal de esta tierra y
vuelve a tu tierra nativa.
V. Sabrá todo el mundo que yo soy el
Señor, tu salvador.
R. Sal de esta tierra y vuelve a tu
tierra nativa.
Segunda lectura
De los capítulos de Diadoco de Foticé, obispo,
sobre la perfección espiritual.
(Capítulos 6.26. 27. 30: PG 65, 1169. 1175-1176)
El auténtico conocimiento consiste en discernir sin error el bien
del mal; cuando esto se logra, entonces el camino de la justicia, que conduce
al alma hacia Dios, sol de justicia, introduce a aquella misma alma en la luz
infinita del conocimiento, de modo que, en adelante, va ya segura en pos de la
caridad.
Conviene que, aun en medio de nuestras luchas, conservemos siempre la paz del
espíritu, para que la mente pueda discernir los pensamientos que la asaltan,
guardando en la despensa de su memoria los que son buenos y provienen de Dios,
y arrojando de este almacén natural los que son malos y proceden del demonio.
El mar, cuando está en calma, permite a los pescadores ver hasta el fondo del
mismo y descubrir dónde se hallan los peces; en cambio, cuando está agitado, se
enturbia e impide aquella visibilidad, volviendo inútiles todos los recursos de
que se valen los pescadores.
Sólo el Espíritu Santo puede purificar nuestra mente; si no entra él, como el
más fuerte del evangelio, para vencer al ladrón, nunca le podremos arrebatar a
éste su presa. Conviene, pues, que en toda ocasión el Espíritu Santo se halle a
gusto en nuestra alma pacificada, y así tendremos siempre encendida en nosotros
la luz del conocimiento; si ella brilla siempre en nuestro interior, no sólo se
pondrán al descubierto las influencias nefastas y tenebrosas del demonio, sino
que también se debilitarán en gran manera, al ser sorprendidas por aquella luz
santa y gloriosa.
Por esto, dice el Apóstol: No apaguéis el Espíritu, esto es, no
entristezcáis al Espíritu Santo con vuestras malas obras y pensamientos, no sea
que deje de ayudaros con su luz. No es que nosotros podamos extinguir lo que
hay de eterno y vivificante en el Espíritu Santo, pero sí que al contristarlo,
es decir, al ocasionar este alejamiento entre él y nosotros, queda nuestra
mente privada de su luz y envuelta en tinieblas.
La sensibilidad del espíritu consiste en un gusto acertado, que nos da el
verdadero discernimiento. Del mismo modo que, por el sentido corporal del
gusto, cuando disfrutamos de buena salud, apetecemos lo agradable, discerniendo
sin error lo bueno de lo malo, así también nuestro espíritu, desde el momento
en que comienza a gozar de plena salud y a prescindir de inútiles
preocupaciones, se hace capaz de experimentar la abundancia de la consolación
divina y de retener en su mente el recuerdo de su sabor, por obra de la
caridad, para distinguir y quedarse con lo mejor, según lo que dice el Apóstol:
Y ésta es mi oración: Que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración
y en sensibilidad para apreciar los valores.
*Lecturas del Miércoles de
la 4ª semana del Tiempo Ordinario*
Miércoles,
1 de febrero de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Marcos
(6,1-6)*
En aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía
se preguntaba asombrada:
«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos
milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María,
hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con
nosotros aquí?».
Y se escandalizaban a cuenta de él.
Les decía:
«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su
casa».
No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las
manos. Y se admiraba de su falta de fe.
Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad todos nuestros días.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad
todos nuestros días.
PRECES
Cristo, reflejo de la gloria del Padre, nos ilumina con su palabra;
acudamos pues a él diciendo:
Rey de la gloria, escúchanos.
Te bendecimos, Señor, autor y consumador de nuestra fe,
porque de las tinieblas nos has trasladado a tu luz admirable.
Tú que abriste los ojos de los ciegos y diste oído a los sordos,
aumenta nuestra fe.
Haz, Señor, que permanezcamos siempre en tu amor,
y que este amor nos guarde fraternalmente unidos.
Ayúdanos para que resistamos a la tentación, aguantemos en la tribulación
y te demos gracias en la prosperidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dejemos que el espíritu de Dios, que ha sido derramado en nuestros corazones,
se una a nuestro espíritu, para clamar:
Padre nuestro...
ORACION
Recuerda, Señor, tu santa alianza consagrada con el nuevo
sacramento de la sangre del Cordero, para que tu pueblo obtenga el perdón de
sus pecados, y un aumento constante de salvación. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: TE BENDECIMOS, CRISTO, EN ESTA NOCHE.
Te bendecimos, Cristo, en esta noche:
Verbo de Dios y Luz de Luz eterna,
emisor del Espíritu Paráclito;
te bendecimos porque nos revelas
la triple luz de una indivisa gloria
y libras nuestras almas de tinieblas.
A la noche y al día has ordenado
que se releven siempre en paz fraterna;
la noche compasiva pone término
a nuestras aflicciones y tareas,
y, para comenzar el nuevo surco,
el día alegremente nos despierta.
Da un sueño muy ligero a nuestros párpados,
para que nuestra voz no permanezca
muda por mucho tiempo en tu alabanza;
mientras dormimos se mantenga en vela
toda tu creación, cantando salmos
en compañía de la turba angélica.
Y, mientras duerme nuestro humilde cuerpo,
nuestro espíritu cante a su manera:
«Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu,
en el día sin noche donde reinan;
al Uno y Trino, honor, poder, victoria,
por edades y edades sempiternas.» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, tu saber me sobrepasa.
Salmo 138, 1-18. 23-24 - I TODO ESTÁ PRESENTE A LOS OJOS DE DIOS.
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me envuelves por doquier,
me cubres con tu mano.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;
si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
tu diestra llegará hasta mí.
Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tu saber me sobrepasa.
Ant 2. Yo, el Señor, penetro el corazón,
sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta.
Salmo 138 II
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has formado portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra,
tus ojos veían mis acciones,
se escribían todas en tu libro,
calculados estaban mis días
antes que llegase el primero.
¡Qué incomparables encuentro tus designios,
Dios mío, qué inmenso es su conjunto!
Si me pongo a contarlos, son más que arena;
si los doy por terminados, aún me quedas tú.
Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo, el Señor, penetro el corazón,
sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta.
Ant 3. Todo fue creado por él y para él.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Todo fue creado por él y para él.
LECTURA BREVE 1Jn 2, 3-6
Sabemos que hemos llegado a conocer a Cristo si guardamos sus mandamientos.
Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, miente; y la verdad
no está en él. Pero quien guarda su palabra posee el perfecto amor de Dios. En
esto conocemos que estamos en él. Quien dice que está siempre en él debe andar
de continuo como él anduvo.
RESPONSORIO BREVE
V. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
R. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
V. A las sombras de tus alas escóndenos.
R. Como a las niñas de tus ojos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Haz, Señor, proezas con tu brazo, dispersa a los soberbios y
enaltece a los humildes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Haz, Señor, proezas con tu brazo,
dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes.
PRECES
Invoquemos a Dios, cuya bondad para con su pueblo es más grande
que los cielos, y digámosle:
Que se alegren los que se acogen a ti, Señor.
Acuérdate, Señor, que enviaste a tu Hijo al mundo, no para condenarlo, sino
para salvarlo;
haz que su muerte gloriosa nos traiga la salvación.
Tú que constituiste a tus sacerdotes servidores de Cristo y administradores de
tus misterios,
concédeles un corazón fiel, ciencia abundante y caridad intensa.
Tú que desde el principio creaste hombre y mujer,
guarda a todas las familias unidas en el verdadero amor.
Haz que los que has llamado a la castidad perfecta por el reino de los cielos,
sigan con fidelidad a tu Hijo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que enviaste a Jesucristo al mundo para salvar a los pecadores,
Concede a todos los difuntos el perdón de sus faltas.
Movidos por el Espíritu Santo y llenos de su amor, dirijamos al Padre nuestra
oración:
Padre nuestro...
ORACION
Acuérdate, Señor, de tu misericordia, y, ya que a los hambrientos
los colmas de bienes, socorre nuestra indigencia con la abundancia de tus
riquezas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.