Musica Para el Alma

viernes, 18 de noviembre de 2022

LUCAS 20,27-40 CICLO C


 

*Lecturas del Sábado de la 33ª semana del Tiempo Ordinario*

Sábado, 19 de noviembre de 2022

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Lucas (20,27-40)*

En aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano». Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer».
Jesús les dijo:
«En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.
Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».
Intervinieron unos escribas:
«Bien dicho, Maestro».
Y ya no se atrevían a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

(Se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección)

*Cuando el Señor habla de la resurrección, se puede sentir una esperanza que da vida. Creer en la otra vida después de la muerte solo me deja ganancia. Es normar la estrategia que utiliza el príncipe de la oscuridad insistiendo en decir que no hay resurrección. Esa es una herramienta que él, usa con mucha sutiliza para alejar y llevar al miedo. La buena noticia para mí es que mi fe está fundamentada en la resurrección, por eso digo: Creo en la resurrección de los muertos y en la vida eterna. Eso pone furioso al demonio porque él no puede decir nunca que cree en la resurrección de los muertos, porque si dice eso entraría en él la esperanza. Y la esperanza es una fuerza que me sostiene a mí y a todo el que desea y quiere la vida eterna*. 

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.