*Lecturas del Viernes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 7 de octubre de 2022
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Gálatas (3,7-14):
Comprended de una vez que hijos de Abrahán son los hombres de fe. Además, la
Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, le
adelantó a Abrahán la buena noticia: «Por ti serán benditas todas las
naciones.» Así que son los hombres de fe los que reciben la bendición con
Abrahán, el fiel. En cambio, los que se apoyan en la observancia de la ley
tienen encima una maldición, porque dice la Escritura: «Maldito el que no cumple
todo lo escrito en el libro de la ley.» Que en base a la ley nadie se justifica
ante Dios es evidente, porque lo que está dicho es que «el justo vivirá por su
fe», y la ley no arranca de la fe, sino que «el que la cumple vivirá por ella.»
Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros un
maldito, porque dice la Escritura: «Maldito todo el que cuelga de un árbol.»
Esto sucedió para que, por medio de Jesucristo, la bendición de Abrahán
alcanzase a los gentiles, y por la fe recibiéramos el Espíritu prometido.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 110,1-2.3-4.5-6
R/. El Señor recuerda siempre su alianza
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R/.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente. R/.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R/.
*Lecturas del Viernes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 7 de octubre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(11,15-26)*
En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud
dijeron: «Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los
demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo.
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la
ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil,
¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder
de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos,
¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces.
Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de
Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su
palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo
vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está
conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando un espíritu
inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para
descansar; pero, como no lo encuentra, dice: “Volveré a la casa de donde salí.”
Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete
espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre
resulta peor que el principio.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Si
yo echo los demonios con el dedo de Dios)
*Es confortable saber que un solo dedo de mi Señor,
tiene mayor poder que todas las tinieblas del dueño del mal. El Señor me pide
que haga mío un viejo refrán que dice: Que al que buen albor se arrima, buena
sobra le da. Con sus palabras me está mostrando que si hay en mí un hombre
fuerte que está sujetando mi alma, llenándola de tristeza, angustia y miedo que
no tema; porque vendrá otro mucho más fuerte que él, y viene vestido y
ceñido de majestad, con la fuerza de un búfalo, y con el poder de cambiar mi
tristeza, en danza, con el poder de cambiar mi luto, en alegría y con el poder
de cambiar mi miedo, en seguridad*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.