*Lecturas del Viernes de la 21ª semana del Tiempo
Ordinario*
Viernes, 26 de agosto de 2022
Primera
lectura
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,17-25):
No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría
de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo. El mensaje de la cruz es
necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en
vías de salvación, para nosotros, es fuerza de Dios. Dice la Escritura:
«Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces.»
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el sofista de
nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo? Y
como, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la
sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a
los creyentes. Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría;
pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos,
necedad para los gentiles; pero para los llamados a Cristo, judíos o griegos,
un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es
más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
32
R/. La
misericordia del Señor llena la tierra
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.
Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos,
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.
*Lecturas del Viernes de la 21ª semana del Tiempo
Ordinario*
Viernes, 26 de agosto de 2022
Evangelio
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (25,1-13):
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos
se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al
esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar
las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas
de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se
durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a
recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron
a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un
poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas." Pero las sensatas
contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor
es que vayáis a la tienda y os lo compréis." Mientras iban a comprarlo
llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de
bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas,
diciendo: "Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Os lo
aseguro: no os conozco." Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la
hora.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«"¡Que
llega el esposo, salid a recibirlo!"»)
*Sé que tengo cosas dentro de mí que son necias,
pero también tengo dentro de mi hay cosas que son muy prudente. La buena
noticia para mi es que el Señor quiere enseñar mi pobre oído a escuchar el
sonido dulcísimo de su palabra, que en medio del sueño, en medio de la noche de
mis tinieblas, hay una pequeña luz siempre encendida dentro de mí, para que en
medio de mi sueño, tenga el deseo, de despertar a una vida nueva, con deseo de
hacer la voluntad del Señor*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.