*Lecturas del Miércoles de
la 18ª semana del Tiempo Ordinario*
Miércoles, 3 de agosto de 2022
Primera lectura
Lectura del libro del profeta Jeremías (31,1-7):
En aquel tiempo –oráculo del Señor–, seré el Dios de todas las tribus de
Israel, y ellas serán mi pueblo. Así dice el Señor: Halló gracia en el desierto
el pueblo escapado de la espada; camina Israel a su descanso, el Señor se le
apareció de lejos. Con amor eterno te amé, por eso prolongue mi misericordia.
Todavía te construiré y serás reconstruida, Doncella de Israel; todavía te
adornarás y saldrás con panderos a bailar en corros; todavía plantarás viñas en
los montes de Samaría, y los que plantan cosecharán. «Es de día» gritarán los
centinelas en la montaña de Efraín: «Levantaos y marchemos a Sión, al Señor
nuestro Dios.» Porque así dice el Señor: «Gritad de alegría por Jacob,
regocijaos por el amor de los pueblos; proclamad, alabad y decid: "El
Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel."»
Palabra de Dios
Salmo
Jr 31,10-13
R/. El Señor nos guardará como pastor a su rebaño
Escuchen, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como pastor a su rebaño.» R/.
Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/.
*Lecturas del Miércoles de
la 18ª semana del Tiempo Ordinario*
Miércoles, 3 de agosto de 2022
Evangelio
*Lectura del santo Evangelio según san Mateo
(15,21-28)*
En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces
una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
«Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.»
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:
«Atiéndela, que viene detrás gritando.»
Él les contestó: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.»
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor, socórreme.»
Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»
Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las
migajas que caen de la mesa de los amos.»
Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.» En
aquel momento quedó curada su hija.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
*(Mujer,
grande es tu fe; que te suceda como deseas)*.
*El amor de una madre por un hijo, es para mí el
amor más grande que pueda existir aquí en esta tierra. Esta mujer meda un
signo, y es que la mejor forma de pedir algo al Señor es poniéndome en su presencia
y postrándome a sus pies; y en su presencia, sin tratar de aparentar, ni de
justificarme, mostrándole mi corazón desnudo, porque él sabe que cuando la
fuerza del pecado me atrapa no me comporto como un hijo de él. Y esta mujer me
da una fuerza y me invita a levantarme, porque las migajas que caen de las
manos y del corazón del Señor, son migajas enteras de amor para mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.