*Lecturas del Viernes de la 20ª semana del
Tiempo Ordinario*
Viernes, 19 de agosto de 2022
Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (37,1-14):
En aquellos días, la mano del Señor
se posó sobre mi y, con su Espíritu, el Señor me sacó y me colocó en medio de
un valle todo lleno de huesos. Me hizo dar vueltas y vueltas en torno a ellos:
eran innumerables sobre la superficie del valle y estaban completamente secos.
Me preguntó: «Hijo de Adán, ¿podrán revivir estos huesos?»
Yo respondí: «Señor, tú lo sabes.»
Él me dijo: «Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles: "¡Huesos
secos, escuchad la palabra del Señor! Así dice el Señor a estos huesos: Yo mismo
traeré sobre vosotros espíritu, y viviréis. Pondré sobre vosotros tendones,
haré crecer sobre vosotros carne, extenderé sobre vosotros piel, os infundiré
espíritu, y viviréis. Y sabréis que yo soy el Señor."»
Y profeticé como me había ordenado y, a la voz de mi oráculo, hubo un
estrépito, y los huesos se juntaron hueso con hueso. Me fijé en ellos: tenían
encima tendones, la carne había crecido, y la piel los recubría; pero no tenían
espíritu.
Entonces me dijo: «Conjura al espíritu, conjura, hijo de Adán, y di al
espíritu: "Así lo dice el Señor: De los cuatro vientos ven, espíritu, y
sopla sobre estos muertos para que vivan."»
Yo profeticé como me había ordenado; vino sobre ellos el espíritu, y revivieron
y se pusieron en pie. Era una multitud innumerable.
Y me dijo: «Hijo de Adán, estos huesos son la entera casa de Israel, que dice:
"Nuestros huesos están secos, nuestra esperanza ha perecido, estamos
destrozados." Por eso, profetiza y diles: "Así dice el Señor: Yo
mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo
mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os
saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor. Os infundiré
mi espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el
Señor, lo digo y lo hago."» Oráculo del Señor.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 106,2-3.4-5.6-7.8-9
R/. Dad
gracias al Señor, porque es eterna su misericordia
Que lo confiesen los redimidos por el
Señor,
los que él rescató de la mano del enemigo,
los que reunió de todos los países:
norte y sur, oriente y occidente. R/.
Erraban por un desierto solitario,
no encontraban el camino de ciudad habitada;
pasaban hambre y sed,
se les iba agotando la vida. R/.
Pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.
Los guió por un camino derecho,
para que llegaran a ciudad habitada. R/.
Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
Calmó el ansia de los sedientos,
y a los hambrientos los colmó de bienes. R/.
*Lecturas del Viernes de la 20ª semana del
Tiempo Ordinario*
Viernes, 19 de
agosto de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,34-40)*
En aquel tiempo, los fariseos, al oír
que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos,
que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál
es el mandamiento principal de la Ley?»
Él le dijo: «"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El
segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo."
Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros
corazones antes que mis palabras*
(Amarás
a tu prójimo como a ti mismo).
*Digo ser cristiano y evito tocar al que sufre.
Puedo ver que a mí alrededor hay personas que no son de mi agrado, que no los
soporto y en ocasiones hago lo posible para evitarlo, no hablarle, ni saludarle.
El Señor es mi muy claro conmigo si deseo amar al Señor, la única manera de
entrar a ese amor es a través de las personas que están a mi lado y que no son
de mi agrado porque ellos son mi prójimo*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.