*Lecturas del Domingo XII del
tiempo ordinario - Ciclo C*
Domingo, 19 de junio de 2022
Primera lectura
Lectura de
la profecía de Zacarías 12,10-11;13,1
Así dice el Señor: «Derramaré sobre la dinastía de
David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de clemencia.
Me mirarán a mí, a quien traspasaron, harán llanto como llanto por el hijo
único, y llorarán como se llora al primogénito. Aquel día será grande el luto
en Jerusalén, como el luto de Hadad-Rimón en el valle de Meguido.» Aquel día,
se alumbrará un manantial, a la dinastía de David y a los habitantes de
Jerusalén, contra pecados e impurezas.
Palabra de
Dios
Salmo responsorial
Sal 62
R/. Mi alma
está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R/.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
Segunda lectura
Lectura de
la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3,26-29
Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis revestido de
Cristo. Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres,
hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús. Y, si sois de Cristo,
sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.
Palabra de
Dios
*Lecturas del Domingo XII del
tiempo ordinario - Ciclo C*
Domingo, 19 de junio de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas 9,18-24*
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia
de sus discípulos, les preguntó: « ¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que
ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Pedro tomó la palabra y dijo: «El Mesías de Dios.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: «El Hijo del
hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos
sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»
Y, dirigiéndose a todos, dijo: «El que quiera seguirme, que se niegue a sí
mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera
salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.»
Palabra del
Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros
corazones antes que mis palabras*
(El que
quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se
venga conmigo)
*El Señor me invita a perder para poder ganar. Lo
primero es negarme a mí mismo, considera todo lo que tengo como basura, y tomar
mi cruz (Mi Cruz es aquello que está dentro de mí y que me hace sufrir, porque
es superior a mis fuerzas). El Señor me hace una invitación especialmente a
renunciar a todo aquello que limita mi relación con el Señor, que solo procura
mí mal como: la ira, la soberbia. De que me sirve el rencor, si no me permite
pedir perdón de corazón, de que me sirve la soberbia, si me aparta del Señor. "Cuántas
bendiciones pierdo". La buena noticia es que el Señor quiere que en mi nazca
el deseo de amar y de hacer su voluntad*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.