*Lecturas del Viernes de la Octava de Pascua*
Viernes, 22 de abril de 2022
Primera
lectura
Lectura del
libro de los Hechos de los apóstoles (4,1-12):
En aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo,
después de que el paralítico fuese sanado, se les presentaron los sacerdotes,
el jefe de la guardia del templo y los saduceos, indignados de que enseñaran al
pueblo y anunciaran en Jesús la resurrección de los muertos. Los apresaron y
los metieron en la cárcel hasta el día siguiente, pues ya era tarde. Muchos de
los que habían oído el discurso creyeron; eran unos cinco mil hombres.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos
y los escribas, junto con el sumo sacerdote Más, y con Caifás y Alejandro, y
los demás que eran familia de sumos sacerdotes, Hicieron comparecer en medio de
ellos a Pedro y a Juan y se pusieron a interrogarlos:
«¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso vosotros?».
Entonces Pedro, lleno de Espíritu Santo, les dijo:
«Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos
interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; quede bien
claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el Nombre de Jesucristo el
Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los
muertos; por este Nombre, se presenta este sano ante vosotros. Él es “la piedra
que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra
angular”; no hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a
los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos».
Palabra de Dios
Salmo
Sal
117,1-2.4.22-24.25-27a
R/. La piedra que
desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia. R/.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día que hizo el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.
Secuencia
(Opcional)
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
*Lecturas del Viernes de la Octava de Pascua*
Viernes, 22 de abril de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (21,1-14)*
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de
Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de
Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
«Me voy a pescar».
Ellos contestan:
«Vamos también nosotros contigo».
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya
amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no
sabían que era Jesús.
Jesús les dice:
«Muchachos, ¿tenéis pescado?».
Ellos contestaron:
«No».
Él les dice:
«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».
La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a
quien Jesús amaba le dice a Pedro:
«Es el Señor».
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se
echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque rio
distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los
peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice:
«Traed de los peces que acabáis de coger».
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces
grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice:
«Vamos, almorzad».
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían
bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de
resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar». Ellos
contestan: «Vamos también nosotros contigo». Salieron y se embarcaron; y
aquella noche no cogieron nada).
*Estas palabras me dan mucha fuerza, me llenan de
alegría y me ayudan a tener esperanza. Cuando ciento en mi vida, un vacío,
cuando estoy deprimido, triste o abatido, el Señor está pendiente de mí. Él me
deja experimentar, esas angustias, esas dificultades, para que aprenda, que
cuando para mí no hay nada, que todo está agostado, que en mi fuerza me he
pasado la noche sin resolver nada, él es para mí ese nuevo comienzo, ese nuevo
amanecer, y él tiene para mi cosas especiales, solo tengo que entrar en la
oración, en el silencio interior, y él aparecerá, porque él está
resucitado*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.