*Lecturas del Sábado de la 2ª semana de Pascua*
Sábado, 30 de abril de 2022
Primera
lectura
Lectura del
libro de los Hechos de los apóstoles (6,1-7):
En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega
se quejaron contra los de lengua hebrea, porque en el servicio diario no se
atendía a sus viudas.
Los Doce, convocando a la asamblea de los discípulos, dijeron:
«No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos del servicio de
las mesas. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena
fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea;
nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra».
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe
y de Espíritu Santo; a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás,
prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les
impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba creciendo y en Jerusalén se multiplicaba el número de
discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
32,1-2.4-5.18-19
R/. Que tu
misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.
La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.
Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
*Lecturas del Sábado de la 2ª semana de Pascua*
Sábado, 30 de abril de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (6,16-21)*
Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar, embarcaron y empezaron la
travesía hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había
alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando. Habían
remado unos veinticinco o treinta estadios, cuando vieron a Jesús que se
acercaba a la barca, caminando sobre el mar, y se asustaron.
Pero él les dijo:
«Soy yo, no temáis».
Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio adónde
iban.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
*(El Señor
les dijo: «Soy yo, no temáis»)*
*Hay algunas enseñanzas que puedo sacar de esta
lectura. Puedo ver que cuando estoy distante del Señor, hay algunos síntomas de
malestar que se acercan a mí como: el miedo, la soledad, el temor, etc. Mas
puedo ver cómo sale una palabra de fortaleza de los labios del Señor “Soy yo,
no temáis”. Esta palabra se me parece a los brazos de una madre, cuando se
extienden para recoger a su criatura que está llorando, y cuando la criatura
siente el calor, el olor y la voz de su madre se calma, porque se siente
protegida. Eso es lo que quiere el Señor, que pueda experimentar cuando escucho
su palabra en aquellos momentos, cuando mi alma se siente oprimida, agobiada y golpeada
por distintas situaciones que se me presentan. El Señor quiere que escuche en
mi corazón esta voz suave y dulce que me dice “Soy yo, no
temáis”*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.