*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*JUEVES SEMANA II DE PASCUA*
LAUDES
(Oración de
la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor.
Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque el
Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene en
su mano las simas de la tierra,
son suyas
las cumbres de los montes;
suyo es
el mar, porque él lo hizo,
la tierra
firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque él
es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el rebaño
que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el
día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron
de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es un
pueblo de corazón extraviado,
que no
reconoce mi camino;
por eso
he jurado en mi cólera
que no
entrarán en mi descanso»
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: EL AGUA PURA, DON DE LA MAÑANA
El agua
pura, don de la mañana,
da a los
ojos el brillo de la vida,
y el alma
se despierta cuando escucha
que el
ángel dice: «¡Cristo resucita!»
¡Cómo
quieren las venas de mi cuerpo
ser
música, ser cuerdas de la lira,
y cantar,
salmodiar como los pájaros,
en esta
Pascua santa la alegría!
Mirad
cuál surge Cristo transparente:
en medio
de los hombres se perfila
su cuerpo
humano, cuerpo del amigo
deseado,
serena compañía.
El que
quiera palparlo, aquí se acerque,
entre con
su fe en el Hombre que humaniza,
derrame
su dolor y su quebranto,
dé
riendas al amor, su gozo diga.
A ti,
Jesús ungido, te ensalzamos,
a ti,
nuestro Señor, que depositas
tu santo
y bello cuerpo en este mundo,
como en
el campo se echa la semilla. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Yo soy la vid, vosotros sois los
sarmientos. Aleluya.
Salmo 79 - VEN A VISITAR TU VIÑA
Pastor de
Israel, escucha,
tú que
guías a José como a un rebaño;
tú que te
sientas sobre querubines, resplandece
ante
Efraím, Benjamín y Manasés;
despierta
tu poder y ven a salvarnos.
¡Oh
Dios!, restáuranos,
que
brille tu rostro y nos salve.
Señor
Dios de los ejércitos,
¿hasta
cuándo estarás airado
mientras
tu pueblo te suplica?
Le diste
a comer llanto,
a beber
lágrimas a tragos;
nos
entregaste a las disputas de nuestros vecinos,
nuestros
enemigos se burlan de nosotros.
Dios de
los ejércitos, restáuranos,
que
brille tu rostro y nos salve.
Sacaste
una vid de Egipto,
expulsaste
a los gentiles, y la trasplantaste;
le
preparaste el terreno y echó raíces
hasta
llenar el país;
su sombra
cubría las montañas,
y sus
pámpanos, los cedros altísimos;
extendió
sus sarmientos hasta el mar,
y sus
brotes hasta el Gran Río.
¿Por qué
has derribado su cerca
para que
la saqueen los viandantes,
la
pisoteen los jabalíes
y se la
coman las alimañas?
Dios de
los ejércitos, vuélvete:
mira
desde el cielo, fíjate,
ven a
visitar tu viña,
la cepa
que tu diestra plantó,
y que tú
hiciste vigorosa.
La han
talado y le han prendido fuego:
con un
bramido hazlos perecer.
Que tu
mano proteja a tu escogido,
al hombre
que tú fortaleciste.
No nos
alejaremos de ti:
danos
vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor Dios
de los ejércitos, restáuranos,
que
brille tu rostro y nos salve.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo soy la vid, vosotros sois los
sarmientos. Aleluya.
Ant 2. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes
de la salvación. Aleluya.
Cántico: ACCION DE GRACIAS DEL PUEBLO SALVADO -
Is 12, 1-6
Te doy
gracias, Señor,
porque
estabas airado contra mí,
pero ha
cesado tu ira
y me has
consolado.
Él es mi
Dios y salvador:
confiare
y no temeré,
porque mi
fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi
salvación.
Y
sacaréis aguas con gozo
de las
fuentes de la salvación.
Aquel
día, diréis:
Dad
gracias al Señor,
invocad
su nombre,
contad a
los pueblos sus hazañas,
proclamad
que su nombre es excelso.
Tañed
para el Señor, que hizo proezas;
anunciadlas
a toda la tierra;
gritad
jubilosos, habitantes de Sión:
«¡Qué
grande es en medio de ti
el Santo
de Israel!».
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en
el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de
la salvación. Aleluya.
Ant 3. El Señor nos alimentó con flor de
harina. Aleluya.
Salmo 80 - SOLEMNE RENOVACIÓN DE LA ALIANZA
Aclamad a
Dios, nuestra fuerza;
dad
vítores al Dios de Jacob:
acompañad,
tocad los panderos,
las
cítaras templadas y las arpas;
tocad la
trompeta por la luna nueva,
por la
luna llena, que es nuestra fiesta;
porque es
una ley de Israel,
un
precepto del Dios de Jacob,
una norma
establecida para José
al salir
de Egipto.
Oigo un
lenguaje desconocido:
«Retiré
sus hombros de la carga,
y sus
manos dejaron la espuerta.
Clamaste
en la aflicción, y te libré,
te
respondí oculto entre los truenos,
te puse a
prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha,
pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me
escuchases, Israel!
No
tendrás un dios extraño,
no
adorarás un dios extranjero;
yo soy el
Señor Dios tuyo,
que te
saqué del país de Egipto;
abre tu
boca y yo la saciaré.
Pero mi
pueblo no escuchó mi voz,
Israel no
quiso obedecer:
los
entregué a su corazón obstinado,
para que
anduviesen según sus antojos.
¡Ojalá me
escuchase mi pueblo
y
caminase Israel por mi camino!:
en un
momento humillaría a sus enemigos
y
volvería mi mano contra sus adversarios;
los que
aborrecen al Señor te adularían,
y su
suerte quedaría fijada;
te
alimentaría con flor de harina,
te
saciaría con miel silvestre.»
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor nos alimentó con flor de harina.
Aleluya.
LECTURA BREVE Rm 8, 10-11
Si Cristo
está en vosotros, aunque vuestro cuerpo haya muerto por causa del pecado, el
espíritu tiene vida por la justificación. Y si el Espíritu de aquel que
resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó
a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos
mortales por obra de su Espíritu que habita en vosotros.
RESPONSORIO BREVE
V. El
Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
R. El
Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
V. El que
por nosotros colgó del madero.
R.
Aleluya, aleluya.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El
Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
PRIMERA LECTURA
De los Hechos de los
apóstoles 7, 1-16
COMIENZO DEL DISCURSO DE
ESTEBAN SOBRE LA HISTORIA DE LOS PATRIARCAS
En aquellos días, el sumo sacerdote preguntó a Esteban:
«¿Es verdad lo que éstos dicen?»
Él contestó:
«Hermanos y padres, escuchad: El Dios de la gloria se apareció a
nuestro padre Abraham, cuando vivía en Mesopotamia, antes de establecerse en
Harán, y le dijo: "Sal de tu tierra y de tu parentela; y vete a la tierra
que yo te indicaré." Salió entonces del país de los caldeos y se
estableció en Harán. Y de allí, después de la muerte de su padre, Dios lo
trasladó a esta tierra que vosotros habitáis ahora. Y no le dio propiedad en
ella, ni siquiera de un palmo de terreno. Eso sí, le hizo promesa de darla en
posesión a él y a su descendencia, cuando no tenía hijos todavía.
Y Dios le habló así: "Tus descendientes vivirán en tierra
extranjera, y serán reducidos a esclavitud y maltratados por espacio de
cuatrocientos años; pero yo juzgaré al pueblo que los va a esclavizar -palabra
de Dios-. Después de esto, saldrán en libertad y me darán culto en este
lugar." Luego hizo un pacto con él, pacto que selló con la circuncisión.
De esta manera llegó a ser Abraham padre de Isaac, a quien circuncidó al octavo
día; e Isaac lo fue de Jacob, y Jacob de los doce patriarcas.
Los patriarcas, por pura envidia, vendieron a José como esclavo
con destino a Egipto; pero Dios, que estaba con él, lo libró de todas las
tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría ante el Faraón, rey de Egipto, quien
lo constituyó gobernador de Egipto y de toda su casa. Sobrevino entonces en
todo Egipto y en Canaán un hambre y una miseria tan grande que nuestros padres
no encontraban provisión alguna. Habiéndose enterado Jacob de que había trigo
en Egipto, envió allá a nuestros padres en un primer viaje. En el segundo
viaje, José se dio a conocer a sus hermanos, y así el Faraón llegó a tener
conocimiento del linaje de José.
José hizo venir a su padre Jacob con toda su familia; eran setenta
y cinco personas en total. Y Jacob bajó a Egipto, donde murieron él y también
nuestros padres. Y los trasladaron a Siquem, y los depositaron en él sepulcro
que Abraham había comprado a precio de plata a los hijos de Emor, en Siquem.»
RESPONSORIO
Cf. Hch 18, 24. 25; 6, 8
R. Muy versado en las Escrituras e instruido en la doctrina del
Señor, hablaba con fervor de espíritu * y enseñaba rectamente todo lo referente
a Jesús. Aleluya.
V. Esteban, lleno de gracia y de poder sobrenatural, obraba
señales y prodigios entre el pueblo.
R. Y enseñaba rectamente todo lo referente a Jesús. Aleluya.
SEGUNDA LECTURA
De los Tratados de san
Gaudencio de Brescia, obispo
(Tratado 2: CSEL 68, 30-32)
EL DON DE LA NUEVA ALIANZA
QUE NOS DEJÓ EN HERENCIA
El sacrificio celestial instituido por Cristo es verdaderamente el
don de su nueva alianza que nos dejó en herencia, como prenda de su presencia
entre nosotros, la misma noche en que iba a ser entregado para ser crucificado.
Éste es el viático de nuestro camino, con el cual nos alimentamos y nutrimos
durante el peregrinar de nuestra vida presente, hasta que salgamos de este
mundo y lleguemos al Señor; por esto decía el mismo Señor: Si no coméis mi
carne y no bebéis mi sangre, no tendréis vida en vosotros.
Quiso, en efecto, que sus beneficios permanecieran en nosotros,
quiso que las almas redimidas con su sangre preciosa fueran continuamente
santificadas por el sacramento de su pasión; por esto mandó a sus fieles
discípulos, a los que instituyó también como primeros sacerdotes de su Iglesia,
que celebraran incesantemente estos misterios de vida eterna, que todos los
sacerdotes deben continuar celebrando en las Iglesias de todo el mundo, hasta
que Cristo vuelva desde el cielo, de modo que, tanto los mismos sacerdotes como
los fieles todos, teniendo cada día ante nuestros ojos y en nuestras manos el
memorial de la pasión de Cristo, recibiéndolo en nuestros labios y en nuestro
pecho, conservemos el recuerdo indeleble de nuestra redención.
Además, puesto que el pan, compuesto de muchos granos de trigo
reducidos a harina, necesita, para llegar a serlo, de la acción del agua y del
fuego, nuestra mente descubre en él una figura del cuerpo de Cristo, el cual,
como sabemos, es un solo cuerpo compuesto por la muchedumbre de todo el género
humano y unido por el fuego del Espíritu Santo.
Jesús, en efecto, nació por obra del Espíritu Santo y, porque así
convenía para cumplir la voluntad salvífica de Dios, penetró en las aguas
bautismales para consagrarlas, y volvió del Jordán lleno del Espíritu Santo,
que había descendido sobre él en forma de paloma, como atestigua el evangelista
san Lucas: Jesús regresó de las orillas del Jordán, lleno del Espíritu Santo.
Asimismo, también el vino que es su sangre, resultante de la unión
de muchos granos de uva de la viña por él plantada, fue exprimido en el lagar
de la cruz, y fermenta, por su propia virtud, en el espacioso recipiente de los
que lo beben con espíritu de fe.
Todos nosotros, los que hemos escapado de la tiranía de Egipto y
del diabólico Faraón, debemos recibir, con toda la avidez de que es capaz
nuestro religioso corazón, este sacrificio de la Pascua salvadora, para que
nuestro Señor Jesucristo, al que creemos presente en sus sacramentos,
santifique nuestro interior; él, cuya inestimable eficacia perdura a través de
los siglos.
RESPONSORIO
Lc 22, 19; Jn 6, 59
R. Jesús tomó pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus
discípulos, diciendo: * «Esto es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros;
haced esto en memoria mía.» Aleluya.
V. Éste es el pan que ha bajado del cielo; el que coma de este pan
vivirá para siempre.
R. Esto es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced
esto en memoria mía. Aleluya.
*Lecturas del Jueves de la 2ª semana de Pascua*
Jueves, 28 de abril de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (3,31-36)*
EL que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de
la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de
todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su
testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.
El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con
medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el
Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la
ira de Dios pesa sobre él.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Padre ama al Hijo y ha puesto en sus
manos todas las cosas. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito
sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha
visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos
una fuerza de salvación
en la
casa de David, su siervo,
según lo
había predicho desde antiguo
por boca
de sus santos profetas:
Es la
salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la
mano de todos los que nos odian;
ha
realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando
su santa alianza
y el
juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para
concedernos que, libres de temor,
arrancados
de la mano de los enemigos,
le
sirvamos con santidad y justicia,
en su
presencia, todos nuestros días.
Y a ti,
niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque
irás delante del Señor
a
preparar sus caminos,
anunciando
a su pueblo la salvación,
el perdón
de sus pecados.
Por la
entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos
visitará el sol que nace de lo alto,
para
iluminar a los que viven en tiniebla
y en
sombra de muerte,
para
guiar nuestros pasos
por el
camino de la paz.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Padre ama al Hijo y ha puesto en sus
manos todas las cosas. Aleluya.
PRECES
Oremos
confiados a Dios Padre, que quiso que Cristo fuera la primicia de la
resurrección de los hombres, y aclamémoslo, diciendo:
*Que el Señor Jesús sea nuestra vida*.
Tú que
por la columna de fuego iluminaste a tu pueblo en el desierto,
ilumina
hoy con la resurrección de Cristo el día que empezamos.
Tú que
por la voz de Moisés adoctrinaste a tu pueblo en el Sinaí,
haz que
Cristo, por su resurrección, sea hoy palabra de vida para nosotros.
Tú que con
el maná alimentaste a tu pueblo peregrino en el desierto,
haz que
Cristo, por su resurrección, sea durante este día nuestro pan de vida.
Tú que
por el agua de la roca diste de beber a tu pueblo en el desierto,
por la
resurrección de tu Hijo danos hoy parte en tu Espíritu de vida.
Se pueden
añadir algunas intenciones libres
Por Jesús
hemos sido hechos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Te
pedimos, Señor, que los dones recibidos en esta Pascua den fruto abundante en
toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por
los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: AL SEÑOR CONFESAMOS, ¡ALELUYA!
Al Señor
confesamos, ¡aleluya!
En la
hora de tercia a la mañana
se
llenaron los suyos de esperanza,
y lejos
de la noche y de la duda
salieron
con la llama y la palabra.
Al Señor adoramos,
¡aleluya!
Han
marcado sus pies nuestros caminos,
marcó su
nombre el nombre de los siglos,
y en la
tierra su voz cual voz ninguna
convoca
seguidores y testigos.
Al Señor
esperamos, ¡aleluya!
Y ahora
celebramos al Viviente,
a Jesús
victorioso de la muerte;
acéptanos,
oh Cristo, cual liturgia
de gloria
que ganaste y a ti vuelve. Amén.
SALMODIA
Ant 1.
Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 119
- DESEO DE LA PAZ
En mi
aflicción llamé al Señor,
y él me
respondió.
Líbrame,
Señor, de los labios mentirosos,
de la
lengua traidora.
¿Qué te
va a dar o a mandar Dios,
lengua
traidora?
Flechas
de arquero, afiladas
con
ascuas de retama.
¡Ay de
mí, desterrado en Masac,
acampado
en Cadar!
Demasiado
llevo viviendo
con los
que odian la paz;
cuando yo
digo: «Paz»,
ellos
dicen: «Guerra».
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 120
- EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto
mis ojos a los montes:
¿de dónde
me vendrá el auxilio?
El
auxilio me viene del Señor,
que hizo
el cielo y la tierra.
No
permitirá que resbale tu pie,
tu
guardián no duerme;
no duerme
ni reposa
el
guardián de Israel.
El Señor
te guarda a su sombra,
está a tu
derecha;
de día el
sol no te hará daño,
ni la
luna de noche.
El Señor
te guarda de todo mal,
él guarda
tu alma;
el Señor
guarda tus entradas y salidas,
ahora y
por siempre.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 121
LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué
alegría cuando me dijeron:
«Vamos a
la casa del Señor»!
Ya están
pisando nuestros pies
tus
umbrales, Jerusalén.
Jerusalén
está fundada
como
ciudad bien compacta.
Allá
suben las tribus,
las
tribus del Señor,
según la
costumbre de Israel,
a
celebrar el nombre del Señor;
en ella
están los tribunales de justicia
en el
palacio de David.
Desead la
paz a Jerusalén:
«Vivan
seguros los que te aman,
haya paz
dentro de tus muros,
seguridad
en tus palacios.»
Por mis
hermanos y compañeros,
voy a
decir: «La paz contigo.»
Por la
casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo
todo bien.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA
BREVE 1Co 12, 13
Todos
nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un
mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo
Espíritu.
V.
Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R. Y se
ha aparecido a Simón. Aleluya.
ORACIÓN
OREMOS,
Te
pedimos, Señor, que los dones recibidos en esta Pascua den fruto abundante en
toda nuestra vida. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R. Demos
gracias a Dios.
HORA SEXTA
INVOCACIÓN
INICIAL
V. Dios
mío, ven en mi auxilio
R. Señor,
date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno:
VERBO DE DIOS, EL SOL DE MEDIODÍA
Verbo de
Dios, el sol de mediodía,
amable
mensajero de tu rostro,
fecunda
nuestra tierra y la hermosea
como
fuente de luz, de vida y gozo.
Más
hermoso tu cuerpo, que es pleroma
del
infinito amor jamás gastado;
y de ese
mar sin fondo ni ribera
la
Iglesia es tu pleroma continuado.
Verbo de
Dios, que reinas sin fatiga,
que
emerges victorioso del trabajo,
reina
dichoso tú que nos esperas
mientras
nosotros vamos caminando. Amén.
SALMODIA
Ant 1.
Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 122
- EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti
levanto mis ojos,
a ti que
habitas en el cielo.
Como
están los ojos de los esclavos
fijos en
las manos de sus señores,
como
están los ojos de la esclava
fijos en
las manos de su señora,
así están
nuestros ojos
en el
Señor, Dios nuestro,
esperando
su misericordia.
Misericordia,
Señor, misericordia,
que
estamos saciados de desprecios;
nuestra
alma está saciada
del
sarcasmo de los satisfechos,
del
desprecio de los orgullosos.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 123
- NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si el
Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo
diga Israel-,
si el
Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando
nos asaltaban los hombres,
nos
habrían tragado vivos:
tanto
ardía su ira contra nosotros.
Nos
habrían arrollado las aguas,
llegándonos
el torrente hasta el cuello;
nos
habrían llegado hasta el cuello
las aguas
espumantes.
Bendito
el Señor, que no nos entregó
como
presa a sus dientes;
hemos
salvado la vida como un pájaro
de la
trampa del cazador:
la trampa
se rompió y escapamos.
Nuestro
auxilio es el nombre del Señor,
que hizo
el cielo y la tierra.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 124
- EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los que
confían en el Señor son como el monte Sión:
no
tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén
está rodeada de montañas,
y el
Señor rodea a su pueblo
ahora y
por siempre.
No pesará
el cetro de los malvados
sobre el
lote de los justos,
no sea
que los justos extiendan
su mano a
la maldad.
Señor, concede
bienes a los buenos,
a los
sinceros de corazón;
y a los
que se desvían por sendas tortuosas,
que los
rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a
Israel!
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA
BREVE Tt 3, 5b-7
Dios nos
trajo la salud mediante el baño bautismal de regeneración y renovación que obra
el Espíritu Santo. Él derramó con toda profusión sobre nosotros este Espíritu
por Cristo Jesús, nuestro salvador. Así, justificados por la gracia de Cristo,
hemos obtenido la esperanza de poseer en herencia la vida eterna.
V. Los
discípulos se llenaron de alegría. Aleluya.
R. Al ver
al Señor. Aleluya.
ORACIÓN
OREMOS,
Te pedimos,
Señor, que los dones recibidos en esta Pascua den fruto abundante en toda
nuestra vida. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R. Demos
gracias a Dios.
HORA NONA
INVOCACIÓN
INICIAL
V. Dios
mío, ven en mi auxilio
R. Señor,
date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno:
REINA EL SEÑOR ALLÍ DONDE NINGUNO
Reina el
Señor allí donde ninguno
ciñe
corona que haya dado el mundo;
reina el
Señor allí donde la vida
sin
lágrimas es río de delicias.
Reina el
Señor, el compasivo siervo,
que en
sus hombros cargó nuestro madero;
vive el
muerto en la cruz, el sepultado
y con
hierro sellado y custodiado.
Cruzó el
oscuro valle de la muerte
hasta
bajar a tumba de rebeldes;
fingía
que era suya nuestra pena,
y en
silencio escuchó nuestra sentencia.
Pero
reina el Señor, la tierra goza,
y ya se
escuchan los cánticos de boda.
¡Gloria
al Señor Jesús resucitado,
nuestra
esperanza y triunfo deseado! Amén.
SALMODIA
Ant 1.
Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo
118, 65-72
Has dado
bienes a tu siervo,
Señor,
conforme a tus palabras;
enséñame
a gustar y a comprender,
porque me
fío de tus mandatos;
antes de
sufrir, yo andaba extraviado,
pero
ahora me ajusto a tu promesa.
Tú eres
bueno y haces el bien;
instrúyeme
en tus leyes;
los
insolentes urden engaños contra mí,
pero yo
custodio tus leyes;
tienen el
corazón espeso como grasa,
pero mi
delicia es tu voluntad,
Me estuvo
bien el sufrir,
así
aprendí tus mandamientos;
más
estimo yo los preceptos de tu boca
que miles
de monedas de oro y plata.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 55,
2-7b. 9-14 - CONFIANZA EN LA PALABRA DE DIOS
Misericordia,
Dios mío, que me hostigan,
me atacan
y me acosan todo el día;
todo el
día me hostigan mis enemigos,
me atacan
en masa.
Levántame
en el día terrible,
yo confío
en ti.
En Dios,
cuya promesa alabo,
en Dios
confío y no temo:
¿qué
podrá hacerme un mortal?
Todos los
días discuten y planean
pensando
sólo en mi daño;
buscan un
sitio para espiarme,
acechan
mis pasos y atentan contra mi vida.
Anota en
tu libro mi vida errante,
recoge
mis lágrimas en tu odre, Dios mío.
Que
retrocedan mis enemigos cuando te invoco,
y así
sabré que eres mi Dios.
En Dios,
cuya promesa alabo;
en el
Señor, cuya promesa alabo,
en Dios
confío y no temo:
¿qué
podrá hacerme un hombre?
Te debo,
Dios mío, los votos que hice,
los
cumpliré con acción de gracias;
porque
libraste mi alma de la muerte,
mis pies
de la caída;
para que
camine en presencia de Dios
a la luz
de la vida.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 56
- ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO.
Misericordia,
Dios mío, misericordia,
que mi
alma se refugia en ti;
me
refugio a la sombra de tus alas
mientras
pasa la calamidad.
Invoco al
Dios Altísimo,
al Dios
que hace tanto por mí:
desde el
cielo me enviará la salvación,
confundirá
a los que ansían matarme,
enviará
su gracia y su lealtad.
Estoy
echado entre leones
devoradores
de hombres;
sus
dientes son lanzas y flechas,
su lengua
es una espada afilada.
Elévate
sobre el cielo, Dios mío,
y llene
la tierra tu gloria.
Han
tendido una red a mis pasos
para que
sucumbiera;
me han
cavado delante una fosa,
pero han
caído en ella.
Mi
corazón está firme, Dios mío,
mi
corazón está firme.
Voy a
cantar y a tocar:
despierta,
gloria mía;
despertad,
cítara y arpa;
despertaré
a la aurora.
Te daré
gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré
para ti ante las naciones:
por tu
bondad, que es más grande que los cielos;
por tu
fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate
sobre el cielo, Dios mío,
y llene
la tierra tu gloria.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA
BREVE Cf. Col 1, 12-14
Damos
gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del
pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha
trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la
redención, el perdón de los pecados.
V.
Quédate con nosotros, Señor. Aleluya.
R. Porque
ya es tarde. Aleluya.
ORACIÓN
OREMOS,
Te
pedimos, Señor, que los dones recibidos en esta Pascua den fruto abundante en
toda nuestra vida. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R. Demos
gracias a Dios.
VÍSPERAS
(Oración de
la tarde)
INVOCACIÓN
INICIAL
V. Dios
mío, ven en mi auxilio
R. Señor,
date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: ES
LA PASCUA REAL, NO YA LA SOMBRA
Es la
Pascua real, no ya la sombra,
la
verdadera Pascua del Señor;
la sangre
del pasado es sólo un signo,
la mera
imagen de la gran unción.
En
verdad, tú, Jesús, nos protegiste
con tus
sangrientas manos paternales;
envolviendo
en tus alas nuestras almas,
la
verdadera alianza tú sellaste.
Y, en tu
triunfo, llevaste a nuestra carne
reconciliada
con tu Padre eterno;
y, desde
arriba, vienes a llevarnos
a la
danza festiva de tu cielo.
Oh gozo
universal, Dios se hizo hombre
para unir
a los hombres con su Dios;
se rompen
las cadenas del infierno,
y en los
labios renace la canción.
Cristo,
Rey eterno, te pedimos
que
guardes con tus manos a tu Iglesia,
que
protejas y ayudes a tu pueblo
y que
venzas con él a las tinieblas. Amén.
SALMODIA
Ant 1.
Cristo está constituido por Dios juez de vivos y muertos. Aleluya.
Salmo 71
I - PODER REAL DEL MESÍAS
Dios mío,
confía tu juicio al rey,
tu
justicia al hijo de reyes,
para que
rija a tu pueblo con justicia,
a tus
humildes con rectitud.
Que los
montes traigan paz,
y los
collados justicia;
que él
defienda a los humildes del pueblo,
socorra a
los hijos del pobre
y
quebrante al explotador.
Que dure
tanto como el sol,
como la
luna, de edad en edad;
que baje
como lluvia sobre el césped,
como
llovizna que empapa la tierra.
Que en
sus días florezca la justicia
y la paz
hasta que falte la luna.
Que
domine de mar a mar,
del Gran
Río al confín de la tierra.
Que en su
presencia se inclinen sus rivales;
que sus
enemigos muerdan el polvo;
que los
reyes de Tarsis y de las islas
le paguen
tributo.
Que los
reyes de Saba y de Arabia
le
ofrezcan sus dones;
que se
postren ante él todos los reyes,
y que
todos los pueblos le sirvan.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Cristo está constituido por Dios juez de vivos y muertos. Aleluya.
Ant 2. Él
será la bendición de todos los pueblos. Aleluya.
Salmo 71
II
Él
librará al pobre que clamaba,
al
afligido que no tenía protector;
él se
apiadará del pobre y del indigente,
y salvará
la vida de los pobres;
él
rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre
será preciosa a sus ojos.
Que viva
y que le traigan el oro de Saba;
él
intercederá por el pobre
y lo
bendecirá.
Que haya
trigo abundante en los campos,
y ondee
en lo alto de los montes,
den fruto
como el Líbano,
y broten
las espigas como hierba del campo.
Que su
nombre sea eterno,
y su fama
dure como el sol;
que él
sea la bendición de todos los pueblos,
y lo
proclamen dichoso todas las razas de la tierra.
Bendito
sea el Señor, Dios de Israel,
el único
que hace maravillas;
bendito
por siempre su nombre glorioso,
que su
gloria llene la tierra.
¡Amén,
amén!
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Él
será la bendición de todos los pueblos. Aleluya.
Ant 3.
Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo y lo será siempre. Aleluya.
Cántico:
EL JUICIO DE DIOS Ap. 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias
te damos, Señor Dios omnipotente,
el que
eres y el que eras,
porque
has asumido el gran poder
y
comenzaste a reinar.
Se encolerizaron
las naciones,
llegó tu
cólera,
y el
tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar
el galardón a tus siervos los profetas,
y a los
santos y a los que temen tu nombre,
y a los
pequeños y a los grandes,
y de
arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se
estableció la salud y el poderío,
y el
reinado de nuestro Dios,
y la
potestad de su Cristo;
porque
fue precipitado
el
acusador de nuestros hermanos,
el que
los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le
vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la
palabra del testimonio que dieron,
y no
amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto,
estad alegres, cielos,
y los que
moráis en sus tiendas.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ayer
como hoy, Jesucristo es el mismo y lo será siempre. Aleluya.
LECTURA
BREVE 1Pe 3, 18. 21b-22
Cristo
murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para
conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu,
fue devuelto a la vida. Lo que actualmente os salva no consiste en limpiar una
suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la
resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles,
autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.
RESPONSORIO
BREVE
V. Los
discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
R. Los
discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
V. Al ver
al Señor.
R. Aleluya,
aleluya.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los
discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. El
que tiene fe en el Hijo tiene la vida eterna. Aleluya.
Cántico
de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se alegra
mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha
mirado la humillación de su esclava.
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre
es santo,
y su
misericordia llega a sus fieles
de
generación en generación.
El hace
proezas con su brazo:
dispersa
a los soberbios de corazón,
derriba
del trono a los poderosos
y
enaltece a los humildes,
a los
hambrientos los colma de bienes
y a los
ricos los despide vacíos.
Auxilia a
Israel, su siervo,
acordándose
de su misericordia
-como lo
había prometido a nuestros padres-
en favor
de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El
que tiene fe en el Hijo tiene la vida eterna. Aleluya.
PRECES
Alabemos
y glorifiquemos a Cristo, a quien Dios Padre constituyó fundamento de nuestra
esperanza y primicia de la humanidad resucitada, y aclamémoslo, suplicantes:
Rey de la
gloria, escúchanos.
Señor
Jesús, tú que, por tu propia sangre y por tú resurrección, penetraste en el
santuario de Dios,
llévanos
contigo al reino del Padre.
Tú que,
por tu resurrección, robusteciste la fe de tus discípulos y los enviaste a
anunciar el Evangelio al mundo,
haz que
los obispos y presbíteros sean fieles heraldos de tu Evangelio.
Tú que,
por tu resurrección, eres nuestra reconciliación y nuestra paz,
haz que
todos los bautizados vivan en la unidad de una sola fe y de un solo amor.
Tú que,
por tu resurrección, diste la salud, al tullido del templo,
mira con
bondad a los enfermos y manifiesta en ellos tu gloria.
Se pueden
añadir algunas intenciones libres
Tú que,
por tu resurrección, fuiste constituido primogénito de los muertos que
resucitan,
haz que
los difuntos que en ti creyeron y esperaron participen de tu gloria.
Terminemos
nuestra oración con las palabras del Señor:
Padre
nuestro...
ORACION
Te
pedimos, Señor, que los dones recibidos en esta Pascua den fruto abundante en
toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración
antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN
INICIAL
V. Dios
mío, ven en mi auxilio
R. Señor,
date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE
CONCIENCIA
Hermanos,
habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso
ante Dios todopoderoso
y ante
vosotros, hermanos,
que he
pecado mucho
de
pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi
culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso
ruego a santa María, siempre Virgen,
a los
ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que
intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El
Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y
nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: EL
CORAZÓN SE DILATA
El
corazón se dilata
sin noche
en tu santo cuerpo,
oh morada
iluminada,
mansión
de todo consuelo.
Por tu
muerte sin pecado,
por tu
descanso y tu premio,
en ti,
Jesús, confiamos,
y te
miramos sin miedo.
Como
vigilia de amor
te
ofrecemos nuestro sueño;
tú que
eres el paraíso,
danos un
puesto en tu reino. Amén.
SALMODIA
Ant 1.
Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 15
- CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN.
Protégeme,
Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo
al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los
dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican
las estatuas
de dioses
extraños;
no
derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré
sus nombres en mis labios.
El Señor
es mi heredad y mi copa;
mi suerte
está en tu mano:
me ha
tocado un lote hermoso,
me
encanta mi heredad.
Bendeciré
al Señor, que me aconseja,
hasta de
noche me instruye internamente.
Tengo
siempre presente al Señor,
con él a
mi derecha no vacilaré.
Por eso
se me alegra el corazón,
se gozan
mis entrañas,
y mi
carne descansa serena.
Porque no
me entregarás a la muerte,
ni
dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me
enseñarás el sendero de la vida,
me
saciarás de gozo en tu presencia,
de
alegría perpetua a tu derecha.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA
BREVE 1Ts 5, 23
Que el
mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser, alma y
cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor
Jesucristo.
RESPONSORIO
BREVE
V. En tus
manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
R. En tus
manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
V. Tú, el
Dios leal, nos librarás.
R.
Aleluya, aleluya.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus
manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
CÁNTICO DE
SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora,
Señor, según tu promesa,
puedes
dejar a tu siervo irse en paz,
porque
mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien
has presentado ante todos los pueblos
luz para
alumbrar a las naciones
y gloria
de tu pueblo Israel.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
ORACION
OREMOS,
Señor,
Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas,
desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te
serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor
todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA
FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Reina del
cielo, alégrate, aleluya,
porque
Cristo,
a quien
llevaste en tu seno, aleluya,
ha
resucitado, según su palabra, aleluya.
Ruega al
Señor por nosotros, aleluya.