*Lecturas
del Martes de la 4ª semana de Cuaresma*
Martes, 29 de marzo de 2022
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (5,1-16)*
Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en
hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos
enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.
Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:
«¿Quieres quedar sano?».
El enfermo le contestó:
«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua;
para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
Jesús le dice:
«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.
Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».
Él les contestó:
«El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”».
Ellos le preguntaron:
«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del
gentío que había en aquel sitio, se había alejado.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:
«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.
Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
«Señor,
no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para
cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
*Este hombre tenía un juicio en su interior contra
todo lo que estaban a su alrededor, son malo, nadie me ayuda, nadie me quiere,
a nadie le importa mi sufrimiento, el juicio no lo dejaba avanzar. Algo que me
gusta es, que el Señor, me puede sanar sin mi permiso, y me invita a reconocer
las cosas impuras que hay en mi interior. Esta palabra es una denuncia para mí,
porque tengo esos mismos juicios dentro de mí, y el Señor, me hace ver que
tengo mucho tiempo con esta misma enfermedad del juicio contra los demás*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.