*Lecturas del Sábado de la 6ª semana del Tiempo Ordinario*
Sábado, 19 de febrero de 2022
Primera
lectura
Lectura de
la carta del apóstol Santiago (3,1-10):
Sois demasiados los que pretendéis ser maestros, y tened por cierto que nuestra
sentencia será más severa. Todos faltamos a menudo, y si hay uno que no falta
en el hablar es un hombre perfecto, capaz de tener a raya a su persona entera.
A los caballos les ponemos el bocado para que nos obedezcan, y así dirigimos a
todo el animal; fijaos también en los barcos: por grandes que sean y por recio
que sople el viento, se gobiernan con un timón pequeñísimo y siguen el rumbo
que quiere el piloto. Eso pasa con la lengua: como miembro es pequeño, pero
puede alardear de muchas hazañas. Mirad cómo una chispa de nada prende fuego a
tanta madera. También la lengua es una chispa; entre los miembros del cuerpo,
la lengua representa un mundo de iniquidad, contamina a la persona entera, pone
al rojo el curso de la existencia, y sus llamas vienen del infierno. Toda
especie de fieras y pájaros, de reptiles y bestias marinas, se pueden domar y
han sido domadas por el hombre; la lengua, en cambio, ningún hombre es capaz de
domarla: es dañina e inquieta, cargada de veneno mortal; con ella bendecimos al
que es Señor y Padre; con ella maldecimos a los hombres, creados a semejanza de
Dios; de la misma boca salen bendiciones y maldiciones. Eso no puede ser,
hermanos míos.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
11,2-3.4-5.7- 8ab
R/. Tú nos guardarás,
Señor
Sálvanos, Señor, que se acaban los buenos,
que desaparece la lealtad entre los hombres:
no hacen más que mentir a su prójimo,
hablan con labios embusteros y con doblez de corazón. R/.
Extirpe el Señor los labios embusteros y la lengua fanfarrona
de los que dicen: «La lengua es nuestra fuerza,
nuestros labios nos defienden,
¿quién será nuestro amo?» R/.
Las palabras del Señor son palabras auténticas,
como plata limpia de ganga, refinada siete veces.
Tú nos guardarás, Señor,
nos librarás para siempre de esa gente. R/.
*Lecturas del Sábado de la 6ª semana del Tiempo Ordinario*
Sábado, 19 de febrero de 202
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (9,2-13)*
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos
solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se
volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del
mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está
aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para
Elías.» Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo
amado; escuchadlo.»
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con
ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que
habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar
de entre los muertos».
Le preguntaron: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir
Elías?»
Les contestó él: «Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué
está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado?
Os digo que Elías ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como
estaba escrito.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! ».
*El Señor, me deja ver que existe un lugar, Santo donde
se reúnen: (Jesús) (Moisés), y (Elías) esta reunión es Santa, y produce luz, que
se trasforma en un blanco tan deslumbrante, que nadie en este mundo lo puede
lograr. Ese lugar están bueno, que uno se olvida hasta de su propia vida. El
Señor, hizo con estos apóstoles, como una madre que sabe que su pequeño, tiene
mucha hambre y ella le está preparando su plato preferido, pero es para el
almuerzo, y esta madre toma un poquito y le da aprobar para que pueda ir
saboreando lo bueno que estará el almuerzo. El Señor, que de él, brota más amor
que el de una madre, también me invita a probar lo sabroso que es vivir, en el
amor, en los mandamientos y en su voluntad*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a
ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.