*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*SEMANA VI DEL TIEMPO
ORDINARIO*
TIEMPO
ORDINARIO
LUNES DE LA SEMANA VI
Del Común de pastores. Salterio II
14 de febrero
SANTOS CIRILO, monje y METODIO, obispo. (MEMORIA)
Cirilo nació en Tesalónica y obtuvo en Constantinopla una excelente formación.
Junto con su hermano Metodio, se trasladó a Moravia para predicar la fe
cristiana. Ambos hermanos prepararon los textos litúrgicos en lengua eslava, escrito
con los caracteres que luego se llamaron "cirílicos". Llamados a
Roma, murió allí Cirilo el día 14 de febrero del año 869; Metodio fue ordenado
obispo y marchó a Panonia, a la cual evangelizó incansablemente. Tuvo que
sufrir mucho a causa de los envidiosos, pero los papas lo apoyaron. Murió el
día 6 de abril de 885 en la ciudad de Velahrad (Checoslovaquia).
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo.
Himno: CRISTO, CABEZA, REY DE LOS PASTORES.
Cristo, cabeza, rey de los pastores,
el pueblo entero, madrugando a fiesta,
canta a la gloria de tu sacerdote
himnos sagrados.
Con abundancia de sagrado crisma,
la unción profunda de tu Santo Espíritu
lo armó guerrero y lo nombró en la Iglesia
jefe del pueblo.
El fue pastor y forma del rebaño,
luz para el ciego, báculo del pobre,
padre común, presencia providente,
todo de todos.
Tú que coronas sus merecimientos,
danos la gracia de imitar su vida,
y al fin, sumisos a su magisterio,
danos su gloria. Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Salmo 41 - DESEO DEL SEÑOR Y ANSIAS DE CONTEMPLAR EL TEMPLO
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»
Recuerdo otros tiempos,
y mi alma desfallece de tristeza:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.
Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.
De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.
Diré a Dios: Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Ant 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Cántico: SÚPLICA EN FAVOR DE LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN Sir. 36,
1-7. 13-16
Sálvanos, Dios del universo,
infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que sienta tu poder.
Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.
Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.
Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.
Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.
Llena a Sión de tu majestad
y al templo de tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Ant 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
LECTURA BREVE Hb 13, 7-9a
Acordaos de aquellos superiores vuestros que os expusieron la palabra de Dios:
reflexionando sobre el desenlace de su vida, imitad su fe. Jesucristo es el
mismo hoy que ayer, y para siempre. No os dejéis extraviar por doctrinas
llamativas y extrañas.
RESPONSORIO BREVE
V. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
V. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor.
R. He colocado centinelas.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
V. Enséñame,
Señor, a caminar con lealtad.
R. Porque tú eres mi Dios y Salvador.
PRIMERA LECTURA
De la primera carta a los Tesalonicenses 2, 13—3, 13
AMISTAD ENTRE PABLO Y LOS TESALONICENSES
Hermanos: Continuamente damos gracias a Dios, porque, habiendo recibido la
palabra de Dios predicada por nosotros, la acogisteis, no como palabra humana,
sino -como es en realidad- como palabra de Dios, que ejerce su acción en
vosotros, los creyentes.
Hermanos, tomasteis como modelo las Iglesias de Dios que están en Judea,
convocadas en el nombre de Cristo Jesús, pues habéis padecido de parte de
vuestros conciudadanos, lo mismo que ellas de los judíos, los cuales dieron
muerte a Jesús, el Señor, y a los profetas, y nos han perseguido a nosotros.
Ellos desagradan a Dios y van contra todos los hombres, pues quieren impedir
que hablemos de la salud a los gentiles. Así van colmando constantemente la
medida de sus pecados. Pero ya la ira de Dios está por caer sobre ellos con
vehemencia.
Por nuestra parte, hermanos, separados por el momento de vuestra presencia, no
de vuestro corazón, hemos sentido un vivo deseo de volver a veros, y, así, yo
mismo, Pablo, lo he intentado una y otra vez, pero Satanás nos lo impidió. Pues
¿cuál es nuestra esperanza, nuestro gozo, la corona de la que nos sentiremos
orgullosos, ante nuestro Señor Jesús en su venida, sino vosotros? Sí, vosotros
sois nuestra gloria y nuestro gozo.
Por eso, no pudiendo resistir más, nos conformamos con quedarnos solos en
Atenas, y os enviamos a Timoteo, hermano nuestro y colaborador de Dios en la
obra de la evangelización de Cristo. Él llevaba la misión de confortaros y
alentaros en vuestra fe, para que nadie se inquiete por estas tribulaciones.
Por otra parte, ya sabéis cuál es nuestro destino. Os lo previnimos una y otra
vez cuando estábamos entre vosotros: que tenemos que sufrir tribulaciones. De
hecho así ha sucedido. Así que ya lo sabéis.
Por eso, no pudiendo resistir ya más, envié a Timoteo, para recibir informes de
vuestra situación en la fe: no fuera que os hubiese tentado Satanás y
resultasen estériles nuestras fatigas.
Ahora, con la vuelta de Timoteo a nosotros y con las buenas noticias que nos ha
traído de vuestra fe y de vuestra caridad, y del grato recuerdo que conserváis
siempre de nosotros, deseando vivamente vernos —lo mismo que deseamos nosotros
veros—, hemos recibido, hermanos, un gran consuelo por vuestra fe en medio de
nuestras graves dificultades y tribulaciones. Ahora cobramos nueva vida,
sabiendo que perseveráis firmes en el Señor.
¿Qué acciones de gracias daremos ahora a Dios por este gran gozo con que, por
causa vuestra, nos regocijamos en su presencia? Noche y día, con toda
instancia, le rogamos nos conceda ver vuestro rostro y completar las
deficiencias que haya en vuestra fe. Que el mismo Dios, nuestro Padre, y Jesús,
nuestro Señor, nos allanen el camino hacia vosotros. Que el Señor os haga
aumentar y rebosar en amor de unos con otros y con todos, así como os amamos
nosotros, para que conservéis vuestros corazones intachables en santidad ante
Dios, Padre nuestro, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con todos sus
santos.
RESPONSORIO Cf. 1Ts 3, 12. 13; 2Ts 2, 16. 17
R. Que el Señor os haga aumentar y rebosar en amor de unos con otros
y con todos, * para que os conservéis en santidad.
V. Que el mismo Señor nuestro infunda valor en vuestros corazones.
R. Para que os conservéis en santidad.
SEGUNDA LECTURA
De la Vida eslava de Constantino
(Cap. 18: Denkschriften der kaiserlichen Akademie der Wissenschaften 19, Viena
1870, p. 246)
HAZ CRECER A TU IGLESIA Y MANTENLA SIEMPRE EN LA UNIDAD
Constantino Cirilo, sobrecargado de trabajo, cayó enfermo y, cuando hacía ya
muchos días que soportaba su enfermedad, tuvo en cierta ocasión una visión
divina y se puso a cantar estas palabras:
«Qué alegría para mi espíritu y que gozo para mi corazón cuando me dijeron:
" Entraremos en la casa del Señor."»
Después, permaneció así todo el día, lleno de alegría y diciendo:
«Desde ahora soy siervo, no ya del emperador ni de otro hombre alguno, sino tan
sólo del Dios todopoderoso. Antes no existía, pero ahora existo y existiré para
siempre. Amén.»
Al día siguiente vistió el santo hábito monástico y, como quien añade más luz a
la luz, tomó el nombre de Cirilo. Con este hábito permaneció durante cincuenta
días. Al acercarse ya la hora de recibir el descanso y de trasladarse a las
moradas eternas, elevando sus manos hacia Dios, rogaba con lágrimas en sus
ojos, pronunciando estas palabras:
«Señor, Dios mío, tú que creaste las diversas categorías de ángeles y todas las
fuerzas incorpóreas, que extendiste el cielo, diste solidez a la tierra y
sacaste de la nada todo lo que existe, tú que escuchas siempre a los que
cumplen tu voluntad, te respetan y observan tus preceptos, escucha mi oración y
guarda a la grey de tus fieles, al frente de la cual me pusiste a mí, tu siervo
inepto e indigno.
Líbralos de la malicia de los impíos y paganos que blasfeman de ti, haz crecer
en número a tu Iglesia y mantenla siempre en la unidad. Haz que tu pueblo se distinga
por su concordia en la fe verdadera y por la recta profesión de la misma, e
inspira en sus corazones la palabra de tu doctrina: porque es don tuyo el que
nos hayas aceptado como predicadores del Evangelio de tu Ungido, incitándonos a
que practicáramos las buenas obras que te son agradables. Te devuelvo los que
me confiaste, porque son tuyos; gobiérnalos con tu diestra poderosa y cúbrelos
con la sombra de tus alas, para que todos alaben y glorifiquen tu nombre, el
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.»
Besó a todos con el ósculo santo y dijo:
«Bendito el Señor, que no nos entregó como presa a los dientes de nuestros
adversarios invisibles, sino que rompió su red y nos libró del mal que tramaban
contra nosotros.»
Y así se durmió en el Señor, a la edad de cuarenta y dos años. El papa mandó
que todos los griegos que se encontraban en Roma, así como los romanos, se
reuniesen, con cirios en las manos, para cantar en sus exequias, que quiso que
se celebraran como si se tratase del mismo papa; y así se hizo.
RESPONSORIO Sal 88, 20. 21-22; Jr 3, 15
R. Un día hablaste en visión a tus amigos: "He levantado a un
elegido sobre el pueblo. Encontré a David, mi siervo; * lo
he ungido con óleo sagrado; para que mi mano esté siempre con él."
V. Os daré pastores conforme a mi corazón, que os apacentarán con
ciencia y con sabiduría.
R. Lo he ungido con óleo sagrado; para que mi mano esté siempre con
él.
*Lecturas del Santos Cirilo, monje,
y Metodio, obispo*
Lunes, 14 de febrero de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (10,1-9)*
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante,
de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño
de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando
como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y
no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa,
decid primero: "Paz a esta casa." Y, si allí hay gente de paz,
descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la
misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed
lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de
vosotros el reino de Dios."»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sirvieron al Señor con santidad y justicia todos los días de su vida.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvieron al Señor con santidad y justicia todos los días de su
vida.
PRECES
Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus
ovejas, y supliquémosle diciendo:
Apacienta a tu pueblo, Señor.
Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu
misericordia y tu amor,
haz que, por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.
Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único
pastor de tu pueblo,
no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.
Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los
cuerpos y de las almas,
haz que nunca falten en tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas
de una vida santa.
Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el
amor de los santos,
haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Tú, Señor, que por medio de los santos hermanos Cirilo y Metodio
iluminaste con la luz del Evangelio a las naciones eslavas, haz que nosotros,
unidos en la confesión de la fe verdadera, demos al mundo, por nuestra unidad,
testimonio del nombre cristiano. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: CANTEMOS AL SEÑOR CON ALEGRÍA.
Cantemos al Señor con alegría,
unidos a la voz del pastor santo;
demos gracias a Dios, que es luz y guía,
solícito pastor de su rebaño.
Es su voz y su amor el que nos llama
en la voz del pastor que él ha elegido,
es su amor infinito el que nos ama
en la entrega y amor de este otro cristo.
Conociendo en la fe su fiel presencia,
hambrientos de verdad y luz divina,
sigamos al pastor que es providencia
de pastos abundantes que son vida.
Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,
manda siempre a tu mies trabajadores;
cada aurora, a la puerta del aprisco,
nos aguarde el amor de tus pastores. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la
gracia.
Salmo 44 I - LAS NUPCIAS DEL REY.
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la
gracia.
Ant 2. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Salmo 44 II
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por
cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por
cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE 1Pe 5, 1-4
A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los
sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a descubrirse, os
exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios a vuestro cargo, gobernándolo, no a la
fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere, no por sórdida ganancia, sino con
generosidad, no como dominadores sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos
en modelos del rebaño. Y, cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la
corona de gloria que no se marchita.
RESPONSORIO BREVE
V. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
V. El que entregó su vida por sus hermanos.
R. El que ora mucho por su pueblo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Éstos son los santos gloriosos que llegaron a ser amigos de Dios y
fueron pregoneros insignes de la palabra divina.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Éstos son los santos gloriosos que llegaron a ser amigos de Dios y
fueron pregoneros insignes de la palabra divina.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los
hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:
Salva a tu pueblo, Señor.
Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.
Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban
por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los
santos.
Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu,
los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.
Tú que fuiste la heredad de los santos pastores,
no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado
de ti.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas
para que nadie las arrebate de tu mano,
salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.
Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre nuestro...
ORACION
Tú, Señor, que por medio de los santos hermanos Cirilo y Metodio
iluminaste con la luz del Evangelio a las naciones eslavas, haz que nosotros,
unidos en la confesión de la fe verdadera, demos al mundo, por nuestra unidad,
testimonio del nombre cristiano. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.